Embarcación chica de dos palos, con velas al tercio, algunos foques en un botalón a proa, y gavias volantes en tiempos bonancibles.
Nuestra palabra día, queridos amigos, procede del francés "chaiche marine", y leyendo la entrada del DRAE nos queda claro que se trata de un tipo de embarcación pequeña de dos palos -o mástiles-...
...Sin embargo nuestros problemas comienzan en la segunda parte de la definición, cuando el diccionario menciona rotunda y confiadamente que el susodicho quechemarín tiene "...velas al tercio, algunos foques en un botalón a proa, y gavias volantes en tiempos bonancibles" (¿¿??)
Sí, hemos de reconocer muy a nuestro pesar que en La Llave del Mundo no somos unos lobos de mar experimentados que se diga... así que vamos a tratar de desgranar un poco más esta confusa -para los legos en la materia- terminología marítima ;-):
*"Velas al tercio": velas de forma trapezoidal en vez de la forma rectangular estándar.*"Foque": Vela triangular *"Botalón a proa": Palo grueso, horizontal o algo inclinado en la proa del barco*"Gavia volante": Vela de quita y pon que se coloca en el mastelero (palo menor que va sobre el principal.*"Tiempo bonancible": Tranquilo, sereno, suave.
Bien, tras este interesante ejercicio, quizá quede algo más clara la definición en la entrada del DRAE... sea como fuere, os dejamos con los comentarios de nuestro custodio Altafulla, que amplía la información acerca de esta nave y nos trae una bella cita literaria:
******"Este tipo de embarcación ya era empleada en el siglo XVIII tanto para la pesca como para el pequeño cabotaje. Todavía en el Cantábrico era utilizado como pesquero a principios del siglo XX. En la actualidad aún se fabrican yates de recreo con esta técnica.
La melancólica ternura de Pío Baroja en su célebre “Elogio del Acordeón“:
“…¿No habéis visto, algún domingo al caer la tarde, en cualquier pueblecillo abandonado del Cantábrico, sobre la cubierta de un negro quechemarín, o al borde de un patache, tres o cuatro hombres de boina que escuchan inmóviles las notas que un grumete arranca de un viejo acordeón?. Yo no sé por qué, pero esas melodías sentimentales, repetidas hasta lo infinito, al anochecer, en el mar, ante el horizonte sin límites, producen una tristeza solemne.”******
¡Hasta la próxima singladura! :).
PD: No hay mejor forma de aprender nuevas palabras y asentarlas en nuestras mentes que ponernos manos a la obra y emplearlas en un texto propio, escrito por nosotros mismos, siendo plenamente conscientes de su significado...
La vuelta al mundo en 80 palabras nace como complemento del blog la La Llave del Mundo (LLdM), para poner en acción y compartir los cientos de fascinantes palabras que descubrimos cada día...
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