1En un recipiente de barro cocido se vierte el aguardiente y el azúcar, en la proporción de 120 gramos por cada litro de líquido.
2Se añaden mondaduras de limón y los granos de café.
3Se remueve y se le planta fuego, con un cazo en el que previamente habremos colocado un poco de azúcar con aguardiente.
4Muy despacio, se acerca al recipiente hasta que el fuego pase de uno a otro.
5Se remueve hasta que el azúcar se disuelva.
6En el mismo cazo se echa un poco más de azúcar, esta vez seco, y colocándolo sobre la queimada se mueve hasta convertirlo en almíbar, que se vierte sobre las llamas y, removiéndolo y esperando a que las llamas tengan un color azulado.
7Mientras, se realiza el conjuro famoso.