Los conceptos de quema de grasas y quema de calorías están muy relacionados entre sí. No obstante son conceptos diferentes que no se deben confundir. Vamos a analizar las diferencias que existen.
Nuestro organismo necesita energía para poder realizar las funciones vitales. Esa energía se obtiene a través de la alimentación. La energía de la alimentación se mide en calorías. Cuantas más calorías tengan los alimentos que ingerimos, más energía estamos aportando a nuestro organismo.
Las grasas son la forma que tiene nuestro organismo de almacenar la energía sobrante. Evolutivamente es un concepto muy importante, ya que el organismo almacena energía para poder utilizarla en épocas de hambre.
Afortunadamente en la sociedad occidental no hay hambre, hay más bien un exceso de calorías. Cuando estamos ingiriendo más calorías de las que vamos a consumir, nuestro organismo acumula esa energía en forma de grasas.
Quema de calorías y de grasas
Para mantener nuestro peso de forma constante, tenemos que ingerir más o menos la misma cantidad de energía de la que consumimos. De esta manera nos mantendremos estables.
Si ingerimos más calorías de las que consumimos, engordaremos, y si consumimos menos energía de la que gastamos, perderemos peso.
Una de las formas que tenemos de gastar energía es mediante la práctica deportiva. Cuando hacemos deporte nuestro organismo necesita energía para poder practicarlo. Esta energía la va a obtener de dos fuentes fundamentales, el glucógeno y las grasas.
Durante los primeros 25 o 30 minutos de cualquier actividad física, nuestro organismo utiliza principalmente como fuente de energía el glucógeno, y en un porcentaje más bajo las grasas.
Es a partir de los 25 o 30 minutos cuando el organismo comienza a utilizar las grasas como combustible.
En este concepto también es importante incluir la intensidad del ejercicio. Cuanto más intenso sea el ejercicio se van gastar más calorías, porque se necesita más energía, pero esa energía va a ser principalmente en forma de glucógeno.
Es en las actividades físicas con intensidades bajas y moderadas cuando nuestro organismo va a utilizar principalmente las grasas como combustible. Por este motivo se recomienda hacer actividades de resistencia y a baja intensidad cuando el objetivo fundamental es perder grasa.