Querida Alicia: aceptando el diagnóstico de TDPM

Por Ms

En este blog comento en numerosas ocasiones cómo el año 2023 tuve una gran crisis mental. Esta crisis mental me llevó a límites que jamás pensé rozaría y a plantearme que la vida no tenía sentido ni podría seguir.

A raíz de investigar, preguntar, dar mil vueltas y probar tantas opciones en un período corto de tiempo, di con la piedra filosofal. Habían muchos elementos en juego: traumas, creencias irracionales, TOCs, problemas intestinales… pero solo uno que le daba sentido al conjunto, y era el TDPM o trastorno disfórico premenstrual. Cuando entendí que esto era lo que me sucedía y agravaba los síntomas de todo lo demás, empecé a crear un alter ego al que llamé «Alicia».

Alicia es mi segundo nombre y ya que apenas lo había usado en mi vida, decidí llamarme así y dividir mi persona en dos. La «normal» que era la parte de mí que quería tener siempre (Irene), y la asociada al trastorno (Alicia). Pero entendí que a pesar de sufrir tanto con ella, tenía que empezar a aceptarla y quererla. Y escribí esta primera carta:

Querida Alicia, quiero empezar a escribirte para que no te olvides de mi cuando yo me vaya.

Aunque en esos días sepas de mi existencia, se te suele olvidar con facilidad, y no te culpo, es más, ahora te entiendo y por ello quiero empezar a cuidarte en lugar de rechazarte.

Parece que al final voy a tener dos nombres aunque siempre oculté uno.

Durante todos estos meses he luchado lo incansable por excluirte. He imaginado una inmensa cantidad de enfermedades, de razones para ocultar lo que siempre estuvo ahí.

En Octubre del año pasado me llevé un gran susto, y a partir de ahí indagué en los recovecos de mi pasado para encontrar esa única razón, y con ella su cura. Pero resulta que la respuesta era mucho más compleja pues tenía una coraza llamada ansiedad. Esta ansiedad, a pesar de ser la parte más desagradable, y de hacerme pensar que mi vida terminaría de un modo gris, me hizo descubrirte y aceptarte a ti Alicia.

¡Así que cuanto me alegro de que pasase! pues de otro modo seguiría mi vida sin hacer las paces contigo y por ende provocándome tanto dolor y dudas.

Cuando llevas toda una vida luchando contra alguien tan fuerte como tú, acabas desarrollando un disfraz tremendo, y por eso mismo es tan difícil reconocer quién es la persona real.

Ya estoy cansada de disfrazarme y solo quiero dejarme llevar, vivir en paz, con sus bajadas y subidas pero sin que esto me carcoma por dentro.

Para cuando cojas el relevo y vengas a conocer a Jazz, quiero que leas todas mis líneas y sepas que te quiero y que recuerdes cada minuto que la vida es muy bonita y que merece la pena ser vivida aunque te cueste verlo.

Sé que tienes otras necesidades así que te dejaré aquí algunas pautas para que sigas el camino cuando no sepas por dónde tirar.

Confía en mi.