Querida madrastra Europa

Publicado el 17 mayo 2014 por Cronicasbarbaras

La pérdida de tiempo que supuso seguir el debate entre Elena Valenciano y Miguel Arias Cañete no debería echarnos atrás en la voluntad de votar en las elecciones europeas del día 25, porque al margen de la decepción que produjeron estos dos personajes, Europa fue, es, y será, fundamental en nuestras vidas.

Quienes vivieron mundo adelante antes de la adhesión a la actual Unión Europea todavía recuerdan la vergüenza de ser español porque, incluso ya en democracia, España era lenta, anticuada, sin infraestructuras, de economía artificial, con el secular e irritante vuelva usted mañana.

Fueron los fondos europeos, fundamentalmente de Alemania, tanto la popular o cristianodemócrata, como la socialdemócrata, ahora en coalición, las que enviaron a España los fondos con los que cambió radicalmente el país y acercó unas regiones a otras, comunicándolas, y en calidad de vida.

Quizás la pérdida relativa de la diferencia ricos-pobres es lo que irrita a los nacionalistas catalanes, que ven como, aún con ingresos menores, las Hurdes ya no son como en la película de Buñuel, y ahora se parecen más al campo leridano.

Se discute sobre quien ganó el debate Valenciano-Cañete, cuando tanto la socialista como el popular perdieron por no tocar ni uno solo de los problemas reales que afronta España en Europa, y Europa en el mundo: crecientes ultras, de izquierdas y derechas, nacionalismos étnico-culturales, inmigración, empequeñecimiento internacional…

Mientras los cabezas de lista españoles hablaban del sexo de los ángeles, quienes compiten por la presidencia de la Comisión Europea, el socialdemócrata alemán aliado de Merkel, Martin Schulz, y el democristiano luxemburgués pro-Merkel, Jean-Claude Juncker, debatían sobre el independentismo catalán, del que huyeron Valenciano y Cañete. 

Fue el único acierto común: el independentismo no merece mucha atención, sobre todo porque se va a apagar como una vela de sebo malo. Artur Mas y los suyos no se creen aún tamaño desprecio.

Pero, al margen de esto, con madres o padres así es mejor tener como madrastra a Europa.

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SALAS