Luisana Colomine.
El siguiente diálogo, tomado de El Universal hace reflexionar sobre la locura colectiva en Venezuela y el desenfreno por adquirir cosas, no importa si las necesitamos o no. La nota es comprar:-¿Señora, por qué hizo más 15 horas de cola?
–Buscando economía.
-¿Qué vino a comprar?
-No sé, lo que consiga.
-¿Qué le hace falta en su casa?
-Una laptop, quizás…
En otro escenario, aprovechando las “rebajas”, una señora sostenía algo en su mano y preguntaba insistentemente “¿Para qué sirve esto, para qué sirve esto?”…Nadie le explicó pero ella terminó comprando el objeto que parecía algo para usar en los baños, porque le pareció que estaba “a buen precio”…
Hemos presenciado las colas de gente en las tiendas intervenidas con toda justicia por parte del gobierno del presidente Maduro, debido a delitos de usura. Pero también pudimos ver en los alrededores de Daka, en Bello Monte, camionetas y carros de lujo y a sus dueños (con toda la pinta de no necesitar nada) tratando de comprar algo y no sabemos si más adelante revenderán “a dólar negro”.
Se instala también la palabra ROBAR en los medios de comunicación y redes sociales, pese a que el llamado del presidente Maduro fue muy claro: vender a precios justos. No saquear ni robar.
Si observan bien los videos del saqueo en Daka Valencia, verán los carros de lujo donde los saqueadores montaban los objetos. Ese no era el pueblo ni tampoco fue la intención del gobierno.
Los titulares de los grandes medios hoy son elocuentes. Ninguno de esos medios tituló con la verdad sino con medias verdades. La verdad hubiese sido, por ejemplo, titular algo como: “En Daka robaban a consumidores”; o “Tiendas de electrodomésticos con ganancias de hasta 1000%”; o “”Compraron con dólar Cadivi pero vendieron a dólar negro”. No, señor. La medida ni siquiera fue reconocida como buena ni justa, pero tampoco fue la noticia.
El Universal dice: “Rebaja de precios generó caos en tiendas de electrodomésticos”; El Nacional, por la misma línea (de nuevo estamos ante una cartelización de estos medios) afirma: Colas, caos y saqueos “por orden de bajar los precios”; Últimas noticias dice: “Gentío arrasó con aparatos” y todos lanzan la “bola” (sin fuentes que lo confirmen) de que ya se acabó la existencia de electrodomésticos para generar más ansiedad, frustración y rabia en el público consumidor. Es de suponer entonces que ese “caos” continuará en la semana, esfumándose del discurso periodístico la verdadera razón: la culpabilidad de los dueños de esos comercios que ahora son mostradas como víctimas de un gobierno saqueador.
Ricos en necesidades
Pero la otra reflexión a la luz de l visto y oído este intenso fin de semana, es que cada vez es menos convincente la idea de socialismo en Venezuela, esa que promovió hasta su último aliento el Comandante Chávez, pues seguimos sucumbiendo a las necesidades creadas por el propio capitalismo que nos incitan a comprar lo que sea bajo la absurda idea de que eso nos hará más felices…En otras palabras, seguimos con la mentalidad del “Ta’barato…Dame dos”.
Se ha desatado el deseo de tener más y más, algo absolutamente reñido con el llamado socialismo del siglo XXI, o con ese hombre nuevo que soñó el Ché Guevara.
Los ricos están comprando ahora más barato, gracias a las políticas de protección del salario de los más pobres, pero los más pobres ahora tienen acceso a los objetos soñados y desde el gobierno se les invita a gastar las utilidades en cosas que le hagan feliz. Diciembre promete. Hay demasiado dinero en circulación. Tal vez hasta me pueda comprar un pinito canadiense natural, de esos que huelen…Y luego en enero botaré esos reales ya marchitos. No importa. Eso me hizo feliz un rato. ¿Y ahora qué?
Tenemos, como decía Carlos Marx, un hombre rico en necesidades y hay que producir más para satisfacerlas. Y si no las producimos, las importamos. Creía el filósofo que el hombre sería libre sólo al tener la libertad de decir “no” al deseo de poseer y contentarse con lo necesario, pero lo que estamos viendo en este momento, en la Venezuela de hoy es todo lo contrario. Seguimos sucumbiendo a las falsas necesidades y el capital explota eso al máximo. Se nos habla de la “calidad de vida”, que no es otra cosa que si me sobran unos realitos me compro eso que tanto he soñado…Seré feliz si llego a tener un TV tecnología LCD para poder ver mi blue ray que le compré al buhonero de la esquina; seré feliz si me puedo comprar el traje de baño de un millón de dólares exhibido en el Miss Universo; seré feliz si me puedo comprar ese celular que sale en la cuña y que se ve de lo más “nice”; seré feliz si puedo comprar las cosas que deseo…
Decía Marx que el socialismo es la “sociedad buena” que hace posible la satisfacción de las necesidades reales y espirituales del ser humano. “El socialismo es la abolición de la enajenación y la recuperación del ser humano como una persona que tiene el derecho a ser feliz y bueno”. Entonces ahora la felicidad es caerle a Daka, JVC, y pare usted de contar para comprar cualquier cosa aprovechando que el gobierno está tratando de poner orden en los precios. ¿No tomaremos medidas para poner orden en el consumismo?¿ Es ese el socialismo que defendió el presidente Chávez?.
No estamos formados para ser socialistas. Nos han entrenado para consumir, para gastar completo el cupo que nos da Cadivi, o para comprar un pasaje a donde sea y raspar la tarjeta aunque no salga ni a conocer el lobby del hotel. ¿Será que el capitalismo no está ganando la partida? ¿Estamos defendiendo realmente el legado de Chávez?. Y ahora: ¿En qué gastarás tus utilidades?