Querido Facebook: deja de darme el coñazo con cosas que no me importan

Publicado el 28 marzo 2016 por Ireneballestar @ireneballestar

Querido Facebook: sé que eres todopoderoso y que seguramente podrás encontrar fácilmente esta carta y leerla. ¿Podría haberla colgado en mi perfil? Sí, claro, pero me parecía demasiado descortés y mis amigos podrían mirarme más raro de lo habitual. Solo serán un par de cosas, espero que podamos llegar a un entendimiento y acabar con esta situación.

Hace ya casi ocho años que nos conocemos. Recuerdo por qué accedí a hacerme una cuenta contigo: había salido con mis amigas de la universidad para celebrar el final del curso y, en la era en la que los grupos de WhatsApp aún no existían, compartir las fotos de la noche era algo más complicado. “Las puedo colgar en Facebook”, dijo la fotógrafa de la noche. Como buena chica de pueblo, yo no sabía qué era eso. Así que tuve que hacerme una cuenta y convertirme en la pionera entre mis amigas de mi lugar de origen con un perfil que tenía la friolera cantidad de 12 amigos y ni una mísera foto de perfil.

Al principio me parecías divertido: podía marujear las fotos de noches alocadas de mis amigos y hacer interesantísimos tests para descubrir, entre otras cosas, qué orgánulo celular soy o con qué famoso me voy a casar. Pero, de un tiempo a esta parte, gran parte de las cosas que me enseñas no me interesan para nada. Tal vez me falta instinto cotilla, tal vez soy una antisocial. Pero has cambiado y me parece todo un tanto excesivo. Te ilustraré con algunos ejemplos:

La chica que no puede bailar

A es una conocida mía aficionada al baile y S, entiendo, una compañera suya. Algo terrible le ha ocurrido y ahora apenas puede moverse, pero espera poder recuperarse pronto. En serio, Facebook: ¿a mí qué me importa? No sé quién es esta chica, no puedo ocuparme de todas las miserias del mundo.

La chica embarazada

P es la antigua compañera de piso de mi compañero de piso. Es brasileña y una vez la acogimos en casa porque venía aquí de viaje. La he visto una vez en mi vida y tal vez no vuelva a verla más. No sé quién es la tipa de la foto y ya deberías saber que, si hay algún estilo fotográfico que odio, es el de las chicas embarazadas y su aire esperanzado mostrando “esa barriguita tan bonita”. En serio, déjalo.

El tipo del campeonato de los Food Trucks

O es una antigua compañera de clase de la universidad. Es asturiana y, entiendo, S debe de ser un amigo suyo de por ahí. No le conozco a él ni a las personas que lo acompañan en tan suculento evento; ni tampoco puedo trasladarme hasta allí para ponerme como un cerdo a base de comida basura servida en caravanas cuquis. ¿Para qué, Facebook, para qué necesito saber que un tipo que no conozco esta pasándoselo bien en un sitio al que no puedo ir?

La chica del horóscopo

D es una antigua compañera de colegio, hace tiempo que no la veo, pero tenemos una relación cordial vía Facebook, aunque me felicitó el cumpleaños dos días antes y eso me molestó un poco porque el suyo sigo recordándolo y soy bastante sensible con este tema porque mi yo interior tiene 10 años. Me alegro de que encuentre consuelo en el horóscopo y que le sirva para autoanalizarse y encontrar el camino a la sabiduría, pero, francamente, querida, me importa un bledo.

Viaje de tortolitos

M es la prima de mi madre. No sé quiénes son C ni su novio J, y me importa bien poco que hayan ido a pasar la semana santa a Estocolmo para celebrar su amor y aprovechar para poner cursiladas en el Facebook. Para los no afortunados que no entiendan el catalán: “ojalá todo el mundo encontrara en alguien aquello que yo encontré en ti… Te quiero muchísimo, vida”. Sigo preguntándome porque la gente hace esas cosas, ¿no es un poco raro estar delante del otro pasando de su cara para poder ponerle algo romántico y que lo vea todo el mundo en Facebook, especialmente yo, que no los conozco?

No he tardado mucho en encontrar este tipo de spam en mi página de inicio, querido Facebook, así que imagina cómo son mis días y lo poco que me apetece seguir entrando a ver cómo gente que no conozco hace cosas que no me importan. Por favor, arréglalo ya. Si pudimos superar lo del Candy Crush, estoy segura de que también podremos superar esto.

Atentamente,

Irene