Querido Zolder:

Publicado el 16 febrero 2011 por Martinherzog
La paz en determinados países árabes se suele basar no en un régimen democrático a la europea, sino en diversos factores que, aunados o dispersos, llevan a que la gente en esos lares no se esté tirando los trastos a la cabeza. Estos factores serían principalmente una bonanza económica y el factor religioso, que une a las personas… hasta que las separa. A ambos factores, hay que sumar en casi todos a un repelente jerarca convertido en rey, sultán o como se le antoje llamarse, que lleva la vara de mando y la emplea con firmeza y sin misericordia. O sea, una dictadura, disfrazada en la mayoría de los casos o semioculta tras el velo de la intransigencia del gobernante.
A todo esto, leía ayer que en el Reino de Bahrein se estarían contagiando de la sed de democracia que está espolvoreándose por todos estos países, que no creo que sea tal, sino una sed de poder, de quitar al fulano de turno para poner a otro que se termine convirtiendo en otro cacique más. Y en Bahrein da la casualidad que será la primera carrera de F1 de la temporada 2011, el próximo 13 de marzo. Resulta que para hacerse ver, los insurgentes-protestantes-disconformes están planeando hacerse ver en la celebración de GP, cuando el planeta esté con la cabeza vuelta hacia el país árabe ¡pues qué mejor momento para mostrarse al mundo que en una carrera de F1! Eso dice Bernie. En Bahrein prometen sangre, y no creo que debieran tomarse a chufla determinadas cosas.
¡Pues me alegro! Y ojalá se haga realidad la amenaza y estallen las revueltas (si se tienen que producir) cuando esté todo el circo allí. Y que se me entienda bien, pues me encantaría ver los coches correr cuanto antes, como aficionado que soy, ávido de disfrutar del sonido de los motores. Pero sí, para qué os voy a mentir, me encantaría que la carrera de Bahrein no se pudiese celebrar, y que el ejemplo cundiese y los chinos también se levantasen contra el régimen que les oprime, y que elijan las fechas de la carrera de F1, y los turcos, y en Singapur, y en Abu Dhabi, y en la India. De Corea ni hablo. Sí, que cunda el ejemplo, y que Ecclestone tenga que tomarse la amarga medicina del desaliento por haber llevado la F1 a países políticamente inestables, con disidencias religiosas internas, con hambre, o con dictaduras que oprimen al pueblo.
Y me alegraría mucho de que el calendario de la F1 de 2011 se quedase en 8 o 10 carreras, y que el Cyborg se tuviese que ver obligado a regresar a sedes más tradicionales y con un entorno social y político más adecuado para la celebración de un gran evento deportivo, aunque paguen menos. Y ya sería el delirio, el éxtasis, que Bernie dimitiese. ¡Qué poco cuesta soñar!
Os propongo para terminar, volver la vista atrás y fijarnos en lo que era el calendario de 1979, con citas en circuitos y sedes que son verdadera historia en el mundo del motor, y eso, ni el Cyborg Ecclestone nos lo quitará.
Aunque por ahora solo nos queda el recuerdo.
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