Hace tiempo que tenía pensamientos de subir una receta de quiche. Me extraña mucho que haya dejado pasar los días sin acordarme de ella, máxime que es algo que con cierta frecuencia me ayuda a salvar situaciones en las que no se a qué atenerme ante el anuncio inminente de una visita. Sabes de antemano que vas a acertar pues a todo el mundo le gusta una quiche.Alguien me dijo que ésta es alsaciana, la razón no lo he averiguado todavía, puede que sea por la cebolla ¿? (no le suelo poner), puede que por el queso Emmenthal francés, de momento me conformaré con saber que sabe muy bien.
Ingredientes:
- Base de pasta brisa o quebrada redonda 1.- Huevos L 5.- Nata 35 % 200 ml.- Bacon ahumado 200 g.- Cebolla ½.- Nuez moscada rallada 1 cdta.- Pimienta blanca molida ½ cdta.- Mantequilla 20 g.- Queso Emmenthal francés rallado.- Sal.
Elaboración:
Precalienta el horno a 200 ºC.
Sigue las instrucciones del paquete de pasta quebrada (la que hoy he usado es de Hacendado). Colócala sobre el molde con el papel de fábrica y ajusta al fondo y los lados. Pincha con un tenedor varias veces, sin taladrarla.
Rehoga la cebolla cortada menuda en la mantequilla y a medio hacer incorpora el bacón. Sofríe unos minutos y deja que temple.
Bate a mano los huevos. Añade la nata y mezcla. Salpimenta y añade la ralladura de nuez. Agrega el sofrito de bacón. Vuelca el preparado sobre la base e introduce en el horno. A los veinte minutos esparce el queso rallado encima, sin sacar la quiche del horno. Tardará en hacerse aprox. 30-40 minutos. Cuida que no se quemen lo bordes (tapa con aluminio si es preciso).
Presiona ligeramente el centro y comprueba su resistencia al tacto. Sirve templada, aunque del tiempo está también muy buena.
Aquí estoy de nuevo con vosotros, con ganas de seguir compartiendo mis recetas, aunque a mi ritmo. Aún tengo cuerda para rato, jjj. Quiero agradeceros el cariño que me demostráis en cada una de las entradas que publico y que me perdonéis por no estar al cien por cien, siempre hay un motivo justificado. Incluyo mi deseo de no estar agobiada por las nuevas tecnologías que acaban adueñándose de nuestra vida y arrebatándonos nuestros momentos personales. Es un sentir propio y me parece honesto contároslo.
Gracias chicos-as por comprenderlo. Yo también os correspondo.