Quick Change: Un robo para la risa

Publicado el 20 marzo 2012 por Fantomas

“Quick Change” (1990), es una comedia dirigida por Howard Franklin y Bill Murray, la cual está protagonizada por el mismo Murray, Geena Davis y Randy Quaid.
Tras robar un banco disfrazado de payaso, Grimm (Bill Murray) y sus cómplices deberán intentar salir de Nueva York con destino a un lugar paradisiaco. Seguidos de cerca por la policía, escapar de la ciudad que tanto odian puede resultar aún más difícil que cometer el curioso robo que han decido llevar a cabo.

A través de los años, han sido varias las películas que pueden ser vistas como verdaderas odas cinematográficas a la ciudad de Nueva York. Algunas siguen siendo recordadas hasta el día de hoy, como por ejemplo “Manhattan” (1979) de Woody Allen, o “King of Comedy” (1983) de Martin Scorsese. Otras sin embargo, terminan siendo relegadas a un segundo plano, siendo olvidadas por completo con el paso del tiempo. Ese es precisamente el caso de “Quick Change”, la primera y única cinta como director del actor Bill Murray. Cuando su carrera no estaba precisamente en su mejor momento, Murray se embarcó en la adaptación de la novela del mismo nombre del escritor Jay Cronley, la cual ya había sido llevada al cine anteriormente por el director Alexandre Arcady bajo el título de “Hold-Up” (1985), siendo protagonizada por Jean-Paul Belmondo. El guionista Howard Franklin sería el encargado de adaptar la novela. Sin embargo, cuando este se embarcó en el proyeco nunca esperó que eventualmente pasaría a dirigir la cinta en compañía de Murray. Esto sucederia luego de que la dupla no pudiera encontrar a un director de su gusto, tras las negativas de Jonathan Demme y Ron Howard.
Un hombre vestido como payaso se baja del metro de Nueva York con dificultad, intentando pasar entre la gente que le impide bajarse del vagón, con un montón de globos que lleva en una de sus manos, para dirigirse a uno de los tantos bancos de la ciudad. Pese a que el banco está por cerrar sus puertas, el payaso con arma en mano, convence al guardia de seguridad que le permita entrar para realizar uno de los robos cinematográficos más vistosos e inteligentes de la historia del cine. El hombre que está a punto de salir del banco con un par de millones de dólares es Grimm, un trabajador público que está aburrido de la vida en la Gran Manzana, y que ahora ha tomado una decisión radical que a su manera de ver, es la única forma de escapar de la ciudad que tanto odia. Es asi como comienza esta peculiar cómedia, que intenta darle un original giro al cine centrado en intricados robos llevados a cabo por un grupo de personas, el cual gozó de bastante popularidad en la década de los cincuenta. Como es de esperarse, Grimm no trabaja solo, sino que es ayudado por Phyllis (Geena Davis), su pareja, quien lo ha seguido en su alocado plan solo por el amor que esta le tiene; y por Loomis (Randy Quaid), su mejor amigo, quien lo admira ciegamente y que está dispuesto a seguirlo donde sea.

El primer tramo del film, que abarca todo el desarrollo del robo, es probablemente la mejor parte de la cinta. El plan es sencillo pero brillante, y el personaje de Murray es retratado como un sabelotodo con nervios de acero, lo que juega a favor de toda la situación. Realmente toma su papel de payaso en serio, y se atreve a burlarse de la policía, de los medios, e incluso de los rehenes, a quienes confunde con su desquiciada actitud. Su disposición con la gente que lo rodea es completamente comprensible cuando esta se yuxtapone con el circo que han formado los medios en las afueras del banco. Periodistas y curiosos se han agolpado en las inmediaciones del lugar, lo que varios vendedores ambulantes han identificado como una oportunidad comercial bastante rentable. El simple hecho de que todo el mundo esté intentando sacar provecho de una situación en esencia trágica, provoca que el espectador se identifique aún más con el protagonista, involucrándose de lleno en el resultado del robo. Por otra parte, aquí es donde comienza la rivalidad entre Grimm y Rotzinger (Jason Robards), el veterano jefe de la policía que intentará a toda costa detener al osado ladrón que está destruyendo la reputación que tantos años le ha costado construir.
Si bien toda la secuencia del robo es realmente ingeniosa y divertida, esta solo dura alrededor de 25 minutos, tras lo cual comienza el tortuoso escape del trío de improvisados ladrones por las calles de Nueva York. Es aquí donde no solo se exponen las razones por las cuales Grimm odia tanto a la ciudad, sino que también se profundiza en la relación que existe entre los protagonistas y las razones que los llevaron a planear y ejecutar el robo. La poca preocupación por el prójimo, la alta tasa de crímenes, la ineficacia de las autoridades, y la mala calidad de vida, entre otras cosas, son parte de las razones por las cuales el personaje de Murray desea escapar con su amada a una paradisiaca playa. Y es que para colmo, en su camino al aeropuerto, Grimm y compañía se toparan con ladrones, ciudadanos con alma de vigilantes, miembros de la mafia, un taxista que no habla inglés (brillantemente interpretado por Tony Shalhoub), y un conductor de autobús (Philip Bosco) que al intentar conservar el orden en el caótico mundo en el que se mueve, genera gran parte de las escenas más cómicas de la cinta. Si bien en lo personal muchas de estas situaciones me parecieron divertidas, es inevitable reconocer que en su gran mayoría son bastante inverosímiles, más aún cuando el protagonista logra resolverlas de manera bastante conveniente.

Bill Murray es un actor de mente ágil, lo que lo ha ayudado a improvisar en varias de las cintas en las cuales ha participado con exitosos resultados. Por ende, para que su genialidad funcione a toda su capacidad, necesita desenvolverse en una historia donde las situaciones vayan aconteciéndose de forma frenética, cosa que sucede en “Quick Change”. El actor realiza un buen trabajo interpretando a este hombre capaz de ir un paso adelante del resto, sin olvidar a quienes han decidido acompañarlo en su arriesgada aventura, razón por la cual probablemente este sea uno de sus personajes más queribles. Geena Davis por su parte, es una actriz versátil con marcados dotes para la comedia, la cual además exhibe una gran química con Murray, lo que ayuda a que su romance cinematográfico adquiera mayor credibilidad. En lo que respecta a Randy Quaid, si bien interpreta de buena manera a un personaje que se caracteriza por ser inocentón y bastante torpe, después de un rato este se vuelve algo cansador, lo que lo termina convirtiendo en uno de los puntos más bajos de la cinta. Por último cabe destacar la actuación de Jason Robards, quien se muestra como el perfecto rival del protagonista, no solo debido a su gran ingenio, sino además por la tenacidad que este exhibe durante todo el transcurso del film.
En el aspecto técnico, la cinta cuenta con un buen trabajo de fotografía de Michael Chapman, quien le saca un buen provecho a los distintos puntos de la ciudad por donde transitan los protagonistas, convirtiendo a Nueva York en un personaje más del film. En cuanto a la banda sonora compuesta por Randy Edelman, si bien resulta ser correcta, no es precisamente memorable y se olvida a los poco minutos de terminada la película. “Quick Change” es una cinta entretenida, que tiene un ritmo narrativo bastante frenético, buenos diálogos, destacables actuaciones, una buena cantidad de personajes secundarios interesantes, y situaciones realmente cómicas, lo cual solo es opacado por la inverosimilitud de algunas situaciones, lo que impide que la película pueda ser considerada como una comedia brillante. Es quizás por ese detalle que el film no fue muy bien recibido al momento de su estreno, aún cuando Bill Murray se había mostrado optimista en una entrevista llegando a declarar que: “todos disfrutarán esta película. En especial los neoyorkinos debido a que saben mejor que nadie lo horrible que es su ciudad”. A mi gusto, “Quick Change” es una de esas películas que parecen adquirir más valor con el paso del tiempo. Y es que básicamente, es una divertida fábula acerca de un grupo de personajes anónimos que intentan sobrevivir en un verdadero infierno urbano, y en ese sentido funciona bastante bien.

por Fantomas.