No habrá tregua este verano para la economía mundial. A los malos datos de crecimiento para Estados Unidos, peores a todos los pronósticos, y con las cifras de consumo totalmente debilitadas, se suma la negativa del Senado de aumentar el techo de la deuda. Por primera vez en su historia, Estados Unidos se enfrenta a la perspectiva de una bancarrota real que puede dar un nuevo choque a ya famélica economía global. Ahora todas las estimaciones son a la baja y las agencias de calificación no tardarán en reducir la calidad de la deuda de la primera potencia económica.
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