Podría hablar de Fukushima y el apocalipsis nuclear, sobre lo de que en Madrid hasta los recién nacidos y ancianos tienen más de un perfil en Facebook por barba, acerca de eso de que la sociedad sale ganando si desaparecen las cajas de ahorros, lo de Ricky Martin, la niña y el perrito, que muchos juraban incluso haber visto... Pero por razones de actualidad me voy a centrar sólo en uno de los últimos casos contrastables, el de Marta Domínguez:
La Justicia exculpa a Marta Domínguez de un supuesto delito de dopaje.
Leyendo con más detalle el artículo, nos encontramos no con un error administrativo o el aprovechamiento de algún resquicio legal para escaparse de la acusación, sino que se ha probado que las botellas que en teoría la involucraban, no tenían en realidad ninguna sustancia dopante. Literalmente:
El auto, con fecha del 14 de abril, añade que tras el análisis realizado posteriormente «la Agencia Estatal del dopaje confirmó que no ha sido hallado ninguno de los productos dopantes prohibidos en la reglamentación».
Pero parece que vivimos en una sociedad similar a la que retrataba La fuga de Logan, en la que todos atendían al altavoz computerizado y seguían todas sus instrucciones y doctrinas sin preguntarse nada en absoluto. Hoy, tras varios días de hacerse público este hecho, todavía hay muchos que siguen pensando que algo oscuro habrá por ahí cuando hasta el Telediario lo dijo. Si algo dijo, ¿pero el qué?
Imagen: Gómez Acebo
Tenemos la jodida costumbre de convertir a los presuntos loquesea en culpables ciertos. Hoy día sólo existe la presunción de culpabilidad, porque la otra, la de inocencia, en realidad no se practica. Y eso a pesar de que sea un principio reconocido por casi todas la leyes nacionales, internacionales e incluso un derecho reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Artículo 11).¿Nadie piensa nunca que hay muchos casos como este en los que un demandado, imputado o incluso juzgado, termina demostrando ser inocente? Y no digo no-culpable por fallos de forma o cosas así, sino gente que ha tenido que demostrar su inocencia, ya que otros han juzgado previamente que seguro que era culpable. Gente a la que se le hace un daño prácticamente irreparable, porque siempre seguirá en el recuerdo de muchos, incluso demostrada absolutamente su inocencia, aquello de Cuando el río suena....
Rafael Ricardi es un tipo que ha pasado 13 años en prisión por violador, hasta que un análisis genético ha demostrado que era imposible su autoría y que el culpable era otro. No me quiero imaginar la de gente que en su ciudad seguirá pensando aún después de la prueba, que Rafael es un hijoputa por mucho que ahora se demuestre que no lo es. Serían dignos de ver los titulares y los comentarios vox populi de las fechas en las que fue detenido.
Pero volviendo al caso de Marta, todavía leo y oigo comentarios del tipo: "Sí, claro. A ver entonces porque llevaba esas botellitas misteriosas", "No si ya dijo su antiguo entrenador que se dopaba", "Mira, ahora dirán lo que quieran porque esta tiene muchas influencias, pero la pillaron in fraganti", etc. etc.
Y eso que en este caso, tiene la suerte de que ser sometida a juicio legal, porque si sólo dependiera del juicio del público, nunca lograría hacer cambiar la opinión a nadie, por más pruebas que aportara. Hoy día, si te quieres cargar a alguien o a algo sólo tienes que conseguir que se publique algún buen titular y sentarte a esperar. La gente o los medios harán el resto.
Quede claro que sólo sé lo que una juez acaba de decir, en virtud de un análisis pericial: las sustancias incautadas a Marta Domínguez NO son sustancias dopantes. Todo lo demás se puede decir de mil maneras diferentes según el interés de cada cual. Algunas cosas pueden llegar en algún momento a convertirse en verdades irrefutables o todas podrían llegar a ser incorrectas.
Ni soy periodista ni lo pretendo y por supuesto, no tengo ninguna cualificación que me permita juzgar artículos de profesionales. Pero creo que sí tengo el suficiente sentido común como para diferenciar lo que es una interpretación de datos, de los propios datos que la fundamentan; una opinión de una información; o el titular falaz del contenido posterior en sentido contrario.
El Periódico (22-Dic-2010).
Siendo cierto el titular, otro un poquito menos dañino o neutral pero igual de cierto, sería algo como: "Marta Domínguez imputada por dopaje, aunque queda en libertad mientras se comprueban las sospechas.Urgente24 (11-Dic-2010)
En el contenido de la noticia se indica que "...una vez que haya sido probada su intervención, le espera una sanción...", blablabla, de lo que se infiere rápidamente que ha intervenido realmente en la supuesta trama y que sólo es cuestión de trámite que sea probado, condenada y por tanto, culpable.La Gaceta (14-Dic-2010
Poniendo tierra de por medio y arrojándola sobre la protagonista. De manera nada sutil ni disimulada, por cierto. Una opinión convertida en noticia a la que probablemente se le da absoluta credibilidad. Las declaraciones de la afectada sobre su inocencia, no tienen ningún valor. Estas sí, por supuesto.Es sólo una pequeñísima muestra de lo que se puede encontrar, pero hay centenares de artículos más publicados a lo largo de estos cuatro meses. Sin embargo, la noticia de la exculpación, seguro que no ocupará ni la décima parte que estas y que cesarán en dos o tres días. No hay proporción entre el linchamiento y las rectificaciones, entre el escarnio y las disculpas.
¿Quién repara lo irreparable? Nadie... así que por favor, vamos a ser menos sensacionalistas y a explicar claramente desde los titulares, cual es realmente la información que vamos a desarrollar después. Información, no opinión. Las opiniones como esta, que quede claro que lo son y de quién proceden. En este caso, de un ignorante que no conoce de nada a Marta Domínguez y que ni siquiera sabe qué demonios es el Clembuterol.
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