Quién dijo: “El mal que afecta a la humanidad es una hipertrofia del derecho sobre una atrofia del deber”.

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Bueno, esta foto debe ser menos conocida que la de otros que he mencionado, mucho más famosos. Os voy  a dar otra pista. Es el autor de una frase que en su momento tuvo mucho éxito, y que hoy suena trasnochada: “No hay mujeres frígidas, sino hombres inexpertos”.

¿Ya lo tenéis? Gregorio Marañón.

Si vas a un Hospital de la Seguridad Social y miras la lista de Derechos del Paciente, y la de sus Obligaciones, poco te queda por hacer más que coincidir con el caballero. Y sin embargo, la cosa tiene su enjundia. Una Sociedad donde las personas estén sujetas por sus “deberes” tiende a ser represiva, cuando no abusiva. El “Hombre Nazi” como el “Hombre Soviético” eran modelos de conducta aplastados por sus deberes, entre los cuales, el más importante era “morir por la Patria”.

Es un delicado equilibrio. Si tengo muchos “deberes” soy explotado. Si tengo muchos “derechos”, la sociedad – y por ende la Empresa en ella- resultan difíciles o casi imposibles de mantener. Y los sistemas que hemos montado – por ejemplo, Convenios Colectivos, Derecho de huelga, Representación Sindical, Confederaciones, etc. – para negociar y ajustar el equilibrio entre ambos factores, están demostrando que se han quedado muy cortos. Son lentos, sesgados,  costosos de mantener y poco eficaces.

¿La solución? No la hay. Existen soluciones transitorias que deben ir cambiándose según varían los tiempos.  Quizás lo que nos está matando no es que nuestro sistema actual sea malo.