Banksy es el pseudónimo de un prolífico artista del grafiti británico. El grafitero enigmático, el más famoso del mundo, el más cotizado, criticado, admirado, perseguido y comentado, el más misterioso, escurridizo y silencioso… sigue siendo anónimo.Este héroe de la protesta y la reivindicación es en sí mismo el espíritu de la contradicción. Sus actividades plásticas van desde “acciones” que tienen su antecedente más cercano en los movimientos artísticos de los 60 hasta la venta de pinturas en circuitos comerciales o en la galería de su agente oficial, Steve Lazarides, en el Soho londinense.Incluso, se le ha llegado a acusar de “vendido” por otros artistas y activistas, al incurrir en una evidente contradicción, ya que por un lado va contra el sistema que ahoga a la sociedad y por otro, forma parte de eso que tanto critica en sus grafitis.Banksy genera con la misma intensidad reacciones de la más absoluta devoción y odios viscerales.Su iconografía anticapitalista choca de frente con los trabajos remunerados que hace por encargo de grandes firmas internacionales como Puma y la cadena MTV ó para organizaciones benéficas como Greenpeace. También publica libros con títulos tan sugerentes como “Golpeando tu cabeza contra una pared de ladrillos” donde recopilaba imágenes de sus grafitis más importantes.La figura de este provocador nato está rodeada de misterio.Se cree que nació en Bristol (Inglaterra) aunque no se sabe en qué barrio, en 1974, que es de raza blanca y tiene unos 38 años. A partir de ahí todo son conjeturas. Se cree que su nombre de pila puede ser Robert o Robin y su apellido Banks, aunque hay quien piensa que el segundo forma parte de una broma debido a la semejanza fonética entre Robin Banks y la frase inglesa ‘robbing banks’ (robando bancos).Los turistas hacen tantas fotografías de sus dibujos callejeros como de los barcos del puerto; su libro se encuentra entre las camisetas y las catedrales de miniatura en las tiendas de recuerdos; a los empleados de la limpieza de los vagones de los trenes de esta ciudad les entregaron el año pasado una guía de arte grafitero para que aprendieran a identificar sus pintadas y conservarlas.Desde muy joven formó parte de la vivísima cultura de la pintura callejera de Bristol, tal vez junto a Birmingham, la más talentosa de todo el Reino Unido.Comenzó empleando la técnica del spray aplicado directamente a la pared. Pero una noche decidió cambiar. Él lo explica en un libro suyo, Wall and piece (Muro y pieza): Estábamos poniendo “siempre llega tarde” en el vagón de pasajeros de un tren. De repente llegó la policía y salimos corriendo. Pero yo me arañé con las espinas de un arbusto y no me dio tiempo a llegar a nuestro coche. Mis amigos se fueron. Yo me escondí debajo de un camión de basura. El motor estaba a la altura de mi cara: un hilillo de aceite se filtraba y me caía en la cabeza. Estuve así durante una hora, mientras oía a los polis andando por los raíles, buscándonos. Decidí cambiar de táctica o dejarlo: tenía que tardar menos tiempo en pintar. Entonces vi que el tanque del motor del camión tenía letras pintadas con una plantilla. Yo podía hacer lo mismo con letras mucho más grandes.Desde esa noche, Banksy hace plantillas con cartones que coloca en la pared y que luego rocía con el spray de pintura de coches. Es simple, directo, rápido e impactante.En 2000 organiza su primera exposición, en un restaurante-barco llamado Severnshed. Después se mudó a Londres, ciudad que también llenó de dibujos, y viajó a Los Ángeles, San Francisco o Barcelona. Su fama y su cotización crecieron. Los admiradores locales que compraron en Severnshed obras suyas por 100 libras las revenden ahora por 30.000.Cerca, hay otro barco-pub, el Thekla, que mantiene en la línea de flotación una pintura que el grafitero hizo hace años una noche montado en una barquita. Todo en Banksy invita un poco a la esquizofrenia. Él ha escrito: "A los que gobiernan las ciudades no le gustan los grafitis porque piensan que nada debe existir a menos que dé un beneficio". Pero es precisamente lo contrario: el Ayuntamiento de Londres, que asegura que su trabajo no consiste en diferenciar el arte del gamberrismo, manifestó recientemente que está dispuesto a borrar la treintena de grafitis de Banksy en esta ciudad aunque valgan miles de libras (a pesar del autor).Por su parte, el Ayuntamiento de Bristol reconoce que hay grafitis que pueden considerarse arte y otros no y que Banksy se ha ganado una reputación internacional. Como en el caso de los ferrocarriles, si el dibujo callejero es de Banksy se queda, pero si no... se borra.Algunos compañeros opinan que sigue siendo el mismo que ensuciaba trenes con "siempre llega tarde". Aunque son conscientes de que ha creado un personaje a la altura del antifaz, un Robin Hood al revés, que pinta para los pobres, pero al que compran los ricos.El Arte callejero de Banksy está distribuido por ciudades de todo el mundo, pero su centro de actividad favorito es Londres. Sus muros están llenos de testimonios de su presencia a base de ratas gigantescas, ángeles fumadores y paisajes que hablan de libertad. Buen ejemplo de ello es la intervención que llevó a cabo en 2005 sobre el muro de Gaza levantado por Israel en los territorios ocupados de Palestina.Otra de sus más llamativas provocaciones convertía a Paris Hilton en víctima de una broma genial: a finales de 2006, Banksy sustituyó en las tiendas de discos más de quinientas copias de una grabación de la rica heredera por otras tantas en las que él había manipulado fotografías, títulos de las canciones y hasta la música.En los más grandes museos del arte del mundo tampoco se han librado de sus intervenciones. Los visitantes de museos como la Tate Gallery londinense o el MoMA de Nueva York han visto las obras de Banksy colocaba entre las piezas exhibidas en sus salas. Naturalmente, no las habían colocado allí los responsables de esos museos.Ha hecho exposiciones multitudinarias en Los Ángeles y ha vendido cuadros a Brad Pitt y Angelina Jolie.Luchador incansable contra la injusticia social o hipócrita sin ninguna clase de escrúpulos, según quién hable de él, lo cierto es que Banksy es una de las figuras capitales de la plástica postmoderna y su cotización sigue subiendo como la espuma en las casas de subasta, hasta donde llegan sus murales cuidadosamente extraídos de los muros. Más información en : Web Official Lazarides Web ???