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¿Quién es el 11° pasajero? (aka They Were Eleven): Misterio intergaláctico.

Publicado el 13 marzo 2010 por Fantomas
“¿Quién es el 11° Pasajero?” (1986), es una cinta de animación de los directores Satoshi Dezaki y Tsuneo Tominaga, la cual está basada en el manga del mismo nombre escrito por Moto Hagio.
Tadatos Lain consigue llegar a la última fase del examen de admisión realizado por la Academia Galáctica, después de pasar enormes y difíciles pruebas. Su sueño es convertirse en el mejor piloto espacial del universo. La última prueba consiste en sobrevivir durante 53 días en una nave espacial. Pero algo extraño ha sucedido. Normalmente, los grupos suelen ser de diez pasajeros. Pero en esta nave, llamada “La Esperanza”, hay once tripulantes. ¿Quién es el 11° pasajero?

En 1975, la artista del manga Moto Hagio publicaría “Jūichinin Iru!”, una historia de tres partes que dos años después sería adaptada por la cadena NHK como parte de su programa de televisión, Shônen Drama Series. Diez años después, los directores Satoshi Dezaki y Tsuneo Tominaga le encomendarían la misión de adaptar el relato de Hagio a los guionistas Toshiaki Imanizuni y Katsumi Koide, con el fin de convertirlo en un largometraje animado. En “¿Quién es el 11° Pasajero?” tenemos a un grupo de potenciales cadetes espaciales quienes han viajado desde todos los puntos de la galaxia para intentar integrarse en una destacada Academia Galáctica. Después de pasar una serie de pruebas, los cadetes reciben su última asignación: un grupo de diez personas debe subir a bordo de una nave espacial abandonada, lograr que esta entre nuevamente en funcionamiento, y sobrevivir una determinada cantidad de tiempo a bordo de la nave. El único contacto que tienen con el resto del mundo es un botón de pánico, el cual en caso de ser presionado, atraerá a un grupo de rescate y automáticamente descalificará a todos los cadetes, impidiendo su ingreso a la Academia.
Una vez que ingresan a la nave abandonada, los cadetes (quienes nunca han tenido contacto entre ellos), se dan cuenta de que hay once personas abordo. Aunque primero piensan que se trata de un simple error administrativo, luego intuyen que la persona que no pertenece al grupo es parte de la prueba a la que están siendo sometidos. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo comienzan a ocurrir una serie de confusos accidentes, lo que se suma al hecho de que los cadetes comienzan a encontrar una serie de bombas escondidas en varios de los rincones de la nave. Por estos motivos, los involucrados no tardan en pensar que existe una tercera posibilidad, y que el onceavo pasajero bien podría ser un terrorista que pretende acabar con las vidas de todos aquellos que se encuentran a bordo de la nave. Pese al peligro que conlleva convivir con un potencial enemigo, ninguno de los cadetes está dispuesto a sacrificar su ingreso a la Academia, razón por la cual dividirán sus esfuerzos en intentar resolver que fue lo que sucedió con los antiguos tripulantes de la nave, y en intentar develar quien es el falso miembro del equipo y cuáles son sus intenciones.

Aunque por lo general “¿Quién es el 11° Pasajero?” cae en la clasificación de “telenovela espacial”, la verdad es que se acerca más a un relato de misterio que presenta algunos elementos que uno perfectamente podría encontrar en una novela de Agatha Christie. Si bien presenta algunos elementos típicos de los relatos de ciencia ficción de los ochenta (como por ejemplo complejas naves espaciales y pistolas laser, entre otras cosas), la historia se concentra más en los personajes y su rol en el misterio en el que se ven involucrados. El protagonista del relato es el joven Tada, un cadete que posee poderes telepáticos que le permiten detectar cuando una persona miente. Al percatarse de que hay un pasajero extra, él se ofrece para averiguar quién está mintiendo. Sin embargo, se termina dando cuenta de que nadie está mintiendo en lo que respecta a su identidad, por lo que él pasa a ser el principal sospechoso debido a que no puede probar su inocencia. Además, a medida que transcurre la historia vamos descubriendo que Tada parece conocer varios detalles de la nave abandonada, lo que incrementa las sospechas de sus compañeros y del propio espectador.
Aunque la cinta presenta muy pocas escenas de acción, si presenta unas buenas dosis de suspenso que permiten que el espectador se involucre en la historia. No solo nos encontramos con la interrogante de quien es el misterioso pasajero extra y cuáles son sus intenciones, sino que además se nos presentan otras interrogantes que involucran el pasado de la nave, el destino de sus antiguos tripulantes, y la extraña conexión de Tada con la nave. Ya en la segunda mitad del film, los cadetes deben enfrentar un problema aún mayor que bien podría acabar con sus vidas; al interior de la nave se encuentra una planta que al subir la temperatura ambiente, lanza una serie de esporas que provocan un virus mortal para el cual no se tiene cura. Como mencioné anteriormente, la cinta se centra bastante en la interacción entre los diversos personajes, como estos se desenvuelven con el resto de sus compañeros con los cuales deben estar encerrados durante 53 días, y como estos reaccionan ante el temor de un enemigo desconocido y un destino fatal que parece ser inminente. Además de Tada, existen otros dos personajes que sobresalen del resto; uno es el Rey Maya, el gobernante de un planeta lejano que solo está cursando el examen de la Academia para probar su valor como líder, y Frol, una hermafrodita que proviene de un planeta donde el género solo se decide luego de unos años de vida (y por extraño que suene, Frol se convertirá en el interés amoroso del protagonista).

Todo el asunto de la sexualidad de Frol responde a un discurso feminista. En un determinado momento del film, Frol se ve en la obligación de explicarle a sus compañeros si es hombre o mujer. Es así como ella explica que en su planeta, solo a los primogénitos se les permite convertirse en hombres con la ayuda de hormonas, mientras que el resto de los hijos están destinados a convertirse en mujeres (Frol es la más pequeña de sus hermanos). En su planeta, es el hombre quien se lleva toda la gloria, mientras que las mujeres están obligadas a actuar en función de los deseos de este. Es por esta razón que ingresó a la Academia, para convertirse en hombre y poder gozar de todos los beneficios sociales que esto conlleva. Pese a esto, Frol es un personaje bastante femenino, por lo que en ningún momento resulta incómoda la relación que se da entre ella y el protagonista. La animación en términos generales responde a los estándares esperados de la animación japonesa de los ochenta. Algunos de los escenarios presentan un evidente cuidado en los detalles, mientras que otros son casi minimalistas. La animación es fluida, pero el diseño de los personajes no termina de convencer. Por otra parte, la banda sonora compuesta por Dan Oikawa es prácticamente irrelevante, y su único punto alto resulta ser la canción que cierra la cinta.
La historia es bastante episódica y tiene la virtud de presentar múltiples de giros dramáticos, que afortunadamente no resultan incoherentes o innecesarios. Cada uno de estos giros ayuda a aumentar la tensión que presenta el film, y al mismo tiempo involucran aún más al espectador en la trama. La dupla de directores le imprime un ritmo narrativo más que adecuado a la cinta, impidiendo que esta caiga en lagunas narrativas. El film además presenta algunas buenas dosis de comedia, que se ven en gran medida reflejadas en la construcción de algunos de los personajes y en la secuencia final que relata el destino de cada uno de los cadetes. “¿Quién es el 11° Pasajero?” es sin duda una cinta entretenida que dentro de su historia en apariencia simple, explora temas como la xenofobia o la importancia de la cooperación entre naciones (o planetas en este caso). A mi gusto es una pequeña joya olvidada de la animación ochentera, que escapa a los parámetros de las típicas historias de ciencia ficción de la época, para dar paso a un relato que mezcla comedia, misterio, melodrama, y unas pequeñas dosis de acción. No es una cinta perfecta ni mucho menos, pero si una obra interesante que merece un poco más de reconocimiento del que tiene en la actualidad.


por Fantomas.


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