“¿Quién es masón?... El que está delante en el escalafón”

Por Masonaprendiz

Dibujo de Castelao

«La delación de compañeros sirvió para mostrar fidelidad al nuevo régimen franquista»
El profesor del IES de Valadares presentó en Vigo el libro en lengua gallega: Medo político e control social na retagarda franquista.   Jorge Lamas / LA VOZ DE GALICIA  

La Casa del Libro acogió (dia 11), la presentación del libro “Medo político e control social na retagarda franquista” (Xerais), del vigués Lucio Martínez Pereda. El profesor de Historia en el IES de Valadares fue acompañado en la presentación por el crítico literario Ramón Nicolás y por el director general de Edicións Xerais, Manuel Bragado.


Foto: Óscar Vázquez.
Martínez Pereda es profesor en IES de Valadares

¿Qué motivó este libro? Demostrar que la eliminación física y el encarcelamiento se complementó con la represión fría. Con esta se pretendía llegar hasta donde la primera no había llegado y, sobre todo, permeabilizar el miedo político entre amplias capas de la población, dotarse de mecanismos de control social y provocar una adaptación forzosa de los comportamientos a los principios ideológicos del nacional-catolicismo.
¿En qué cronología y espacio se mueve el estudio? Se centra en Pontevedra y, secundariamente en el resto de Galicia, entre el comienzo de la guerra civil y el primer franquismo.
Más allá de los asesinatos y de las ejecuciones sumarísimas, ¿qué medidas de represión tomó el franquismo? Encarcelamiento, incautación de bienes, expulsión de puestos de trabajo, inhabilitaciones profesionales, multas económicas, destierros, traslados forzosos a localidades alejadas y castigos de humillación social.
¿Quiénes fueron los objetivos prioritarios a depurar? Las bases sociales más comprometidas con los partidos políticos de izquierda, los funcionarios del estado republicano partidarios del republicanismo, los activistas sindicales y culturales, los galleguistas de izquierda y los masones defensores de las reformas laicistas.
¿Qué papel jugó la Iglesia? Importantísimo en Galicia. No solo proporcionó legitimación a la rebelión calificando la guerra civil como «Guerra Santa» justa y necesaria, sino que participó activamente enviando informes sobre la conducta privada y pública a comisiones de incautación, comisiones depuradoras de funcionarios, juzgados de responsabilidades políticas y tribunal represión de la masonería
¿Qué formas se emplearon para mostrar públicamente la aceptación del nuevo régimen? Fundamentalmente, la participación en actos y celebraciones patriótico-religiosas, pero también la entrega de dinero. Otra forma menos publica, pero más eficaz -no ya de participación, sino de colaboración- fue la delación de compañeros de trabajo. En la época circulaba un chiste expresivo de este estado de cosas. «¿Quién es masón?, le preguntaba un funcionario a otro. El que está delante en el escalafón».
¿Era importante la masonería en Vigo? ¿Fue muy reprimida? La logia viguesa Vicus fue muy activa en la defensa del reformismo republicano. Fue la que más afiliados tuvo al final de la II República en Galicia. Los masones vigueses incluso pensaron en crear una Gran Logia Gallega federada con el Gran Oriente Español. La represión fue dura, a pesar de lo cual, algunos consiguieron librarse de la cárcel y huir a Latinoanoamérica pagando importantes cantidades de dinero a militares. Allí contaban con el apoyo de una red de logias con gran influencia gallega. Los que carecían de suficientes ingresos fueron encarcelados, expulsados de sus puestos de trabajo, inhabilitados y desterrados.
Fuente: LA VOZ DE GALICIA