Quien evita el fracaso está evitando el éxito

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

por Francisco Alcaide Hernandez

El pasado jueves 14 de mayo estuvimos en Marbella (Málaga) presentandoTu futuro es Hoy (Alienta, 2ª edición) junto a Dani García (2 estrellas michelín del restaurante Dani García) y Charo Moreno (CEO de Studio Ideas).

Muchas fueron las ideas que abordamos, pero hay una que fue la que dominó principalmente la presentación y que podríamos resumir en una frase que ya en alguna ocasión hemos citado en boca del inversor Robert Kiyosaki, uno de los personajes incluido en Aprendiendo de los mejores(Alienta, 8ª edición):

"Los ganadores no tienen miedo a perder; los perdedores sí. El éxito es un proceso y el fracaso forma parte de él. La gente que evita el fracaso sin darse cuenta también está evitando el éxito".

La vida no es una línea recta y el camino está plagado de obstáculos: hay crisis, errores, fracasos, dudas, bajones emocionales, deslealtades, injusticias... Todo eso está ahí para ponernos a prueba y hacernos crecer. Lo hemos repetido en más de una ocasión: los obstáculos son la forma que tiene la vida de ver si queremos lo que decimos que queremos, de distinguir entre los que dicen que quieren algo de los que realmente lo quieren: los primeros, desisten; los segundos, insisten.

Quien no fracasado, no ha vivido... y no ha aprendido. Como decía Simon Bolívar: "El arte de vencer se aprende en las derrotas". También el Mariscal Turenne apuntaba: "Es preciso haber sido derrotado dos o tres veces antes de poder ser alguien". Todavía no se ha inventado un juego en el mundo en el que uno pueda ganar si no juega, y cuando uno juega, ya se sabe, a veces se pierde, no hay otra. ¿Escuece? Sí, y a veces mucho. ¿Hay otra alternativa? Yo no la conozco.

El chef Dani García, nos contó cómo fue el primer español no residente en abrir un restaurante en Nueva York, pero aquella aventura no salió bien. Lo pasó muy mal. A lo largo de un año se pasaba 3 semanas al mes en la ciudad de la gran manzana y cada vez que tenía que dejar España se le venía el mundo encima y lloraba... y lloraba mucho.

Además de la soledad propia de la distancia, muchos inconvenientes surgieron en aquel proyecto: porcentaje minoritario en el negocio, poca capacidad de decisión, falta de paciencia de los socios... En definitiva, no tenía control de nada. Y cuando no tienes control, sueles sufrir en los negocios. Pero con la claridad y la madurez que da el tiempo, aquella aventura era necesaria para su crecimiento personal. Eran piezas del puzle de la vida. Mucho aprendió: le engañaron, aprendió las tripas de los negocios, se volvió más resiliente, creció... y todo ello desembocó en su restaurante Dani García (2 estrellas michelín) y más recientemente en Bibo (donde pudimos cenar posteriormente).

Una de las claves del éxito de Dani García es que empezó a trabajar con 17 años (ahora tiene 39 años) y cuando esto sucede hay mucho margen para equivocarse, aprender y GANAR CONTROL (de ello hablamos en Una de las claves del éxito es empezar pronto). Siempre acabamos mirando al refranero, porque como se dice, es sabio. No es casual que la sabiduría popular afirme:

"Hay que fallar cien golpes en la herradura para acertar una vez en el clavo".

El miedo al fracaso es grande en el ser humano. O mejor dicho: el miedo al ridículo, porque el fracaso es la norma y el éxito es la excepción. La gente asume que las cosas pueden (y de hecho suele ser así) ir mal: uno monta una empresa y la tiene que cerrar; se casa y se tiene que divorciar; se va al extranjero a conquistar el mundo y se tiene que volver a casa porque no ha sacado los proyectos adelante... La pregunta es: ¿Por qué entonces la gente tiene tanto miedo a equivocarse?

Porque cuando arriesgas y te equivocas, la gente te critica, te señala, te dicen el clásico 'ya te lo decía yo', 'para que te complicas', 'eso se venía venir'... Del árbol caído todo el mundo hace leña. Nada nuevo bajo el sol. De ello también habló Dani García que contó anécdotas de cómo muchas personas hacen depender su felicidad de los tropiezos de los demás. Esas personas son los 'perdedores profesionales', gente que sube a base de bajar a los demás, para estar un poquito más cerca de ellos.

Cuando no arriesgas y no tomas decisiones, las cosas no pueden ir mal, y por tanto, nadie te puede atacar. Eso sí, a costa de renunciar a crecer como persona y como profesional. La mayoría de la gente prefiere ser mediocre sin sufrir, a crecer sufriendo el proceso de la vida y avanzar.

Para triunfar hay que aprender a manejar el fracaso. Hay que tener personalidad para aguantar el embiste de críticas y opiniones que vienen de todos los frentes: de los no-cercanos (que son las que menos afectan) y de los cercanos (que son las que más afectan). Mantener el tipo para no entrar al trapo y contestar a todos mientras uno sigue en su guerra particular y sigue escalando la montaña. Tener resistencia emocional, ser mentalmente fuerte, porque a nadie nos gusta escuchar críticas. Como decía Dante Gebel, y así aparece recogido en Tu futuro es Hoy:

"Cuando quieras emprender algo, habrá un montón de gente que te dirá que no lo hagas; cuando vean que no te pueden detener, te dirán cómo lo tienes que hacer; y cuando finalmente lo logres, dirán que siempre han creído en ti".

Fuente http://www.franciscoalcaide.com/2015/05/quien-evita-el-fracaso-esta-evitando-el.html

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