Una ola de propaganda favorable a que se celebren los Juegos Olímpicos del 2020 en Madrid inunda los medios de comunicación. La idea de que tendrá efectos positivos en la economía española se repite una y otra vez sin aportar datos que lo demuestren. En cambio, las opiniones contrarias, pese a existir, brillan por su ausencia.
El caso es que son las mismas élites de poder que han sumido a España en una de las peores crisis que se recuerdan gracias al modelo productivo basado en la burbuja inmobiliaria las que nos quieren convencer de que organizar unos juegos es rentable.
Poco parece importar que la capital de España tenga una deuda de 8.231 millones de euros, o que la Comunidad de Madrid gaste millones en promocionar la candidatura al mismo tiempo que recorta en educación y sanidad.
La experiencia demuestra que otras ciudades como Atenas o Pekin gastaron en sus Olimpiadas mucho más de lo presupuestado inicialmente. De hecho, los Juegos supusieron para la capital griega pérdidas millonarias.
Todo parece indicar que la aventura de Madrid 2020 puede suponer un derroche más de dinero público (ya lo está siendo la promoción de la candidatura) perpetrado por una clase política más preocupada en incrementar su prestigio que el bienestar de sus ciudadanos.
Despilfarro
Los mismos políticos que se llenan la boca pidiendo sacrificios a la población no dudan en malgastar los recursos de todos en promocionar la candidatura de Madrid 2020. Así, entre otros gastos, se han pagado 20.800 euros para la traducción del dossier de la misma, o 42.895,20 euros por la confección y suministro del uniforme de los miembros de la candidatura en Buenos Aires.
¿A quién benefician los juegos?
Las grandes constructoras se frotan las manos ante la posibilidad de saquear las arcas públicas con las adjudicaciones que Madrid 2020 puede generar. No hay más que ir a la página oficial de la candidatura para ver los patrocinadores de la misma. Entre ellos, empresas tan prestigiosas como OHL, Sacyr o FCC. Todas ellas figuran como donantes del Partido Popular en los papeles de Bárcenas. ¿Casualidad?