Todos son culpables, aunque culpar al pobre Pedro es lo más cómodo y quizás también lo más miserable y arbitrario. La culpa es del partido en pleno y de cada uno de los socialistas.
¿De quién es la culpa del desastre? ¿Es, como dicen los barones críticos, de Pedro Sánchez? No es verdad porque más culpable que Pedro Sánchez es Zapatero, el más inepto de los mediocres, y también los responsables de los abusos y corrupciones que han enfangado al partido con los EREs, las cursos de formación y los miles de delitos, faltas, abusos y enriquecimientos ilícitos en la política socialista que no tienen explicación.
Hay muchas culpas y culpables. Mencionemos algunos:
Zapatero, que hizo todo tipo de barbaridades, desde unirse al PP contra los trabajadores a interpretar mal la crisis y hundir a España económica y socialmente.
Rubalcaba perdió 4 millones de votos y 59 diputados en las elecciones de 2011.
Los EREs de Andalucía, uno de los mayores escándalos de corrupción de la democracia, hundieron la moral y la credibilidad del PSOE.
Chaves y Griñan, presidentes de la Junta de Andalucía, presidentes del PSOE y ministros de gobiernos socialistas están procesados.
El partido se ha negado sistemáticamente a regenerarse y hasta a renovarse.
El PSOE ha renunciado a la ideología y no profesa otra religión que el culto al poder y al reparto.
Los resentidos del partido, de manera irresponsable, han saboteado la vida interna y externa del socialismo. Dos ejemplos: Madina y Carme Chacón.
La corrupción no ha sido atajada y se ha convertido en parte del ADN del partido.
El PSOE está acorralado y no tiene otra salida que la regeneración. Pero una regeneración de verdad, no cosmética, un cambio profundo que expulse del poder a todo el que tenga antecedentes, responsabilidad o haya sido cómplice del desastre y de la deriva corrupta.
No se atreverán. Me apuesto un potosí.
Francisco Rubiales