Oficialmente cualquier varón, católico -bautizado- y sin estar casado puede ser elegido como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica; eso dice el papel pero, la realidad, es un poco distinta ya que la tradición marca que es uno, de un selecto grupo, quién puede aspirar a dicho cargo.
Dicho selecto clan de varones se le conoce como Colegio Cardenalicio, conformado por los cardenales -cargo eclesial-, nombrados directamente por el papa en función, de todo el mundo.
Por lo regular el Colegio es conformado por poco más de doscientos miembros aunque no siempre todos de ellos pueden aspirar al papado ya que para ser elegido -y participar en la secreta votación- se debe de contar con menos de ochenta años de edad.
Llegar a ser Cardenal es un proceso difícil y complicado además de largo ya que conlleva en sí mismo la espera de muchos años de formación.
Entre lo primero que un aspirante a candidato papal debe cubrir es ser varón y católico e ingresar al seminario -escuela de formación de sacerdotes- para graduarse -en un aproximado de siete años- como presbítero.
Para lograr ser ordenado sacerdote el aspirante debe de comprometerse a vivir célibemente durante el resto de su vida además de haber acreditado la formación en licenciatura en filosofía y teología católica.
Ya en funciones los sacerdotes por lo regular se hacen cargo de una parroquia la cual es supervisada por un obispo; alcanzar ése título -de obispo- es necesario si se desea participar, al menos una vez en la vida, en la elección papal.
Ser obispo no es algo fácil, la norma exige que por lo menos se cuente con cinco años de sacerdocio y treinta y cinco de edad además de alguna especie de doctorado en teología o similares.
Los candidatos al cargo son cuidadosamente seleccionados por el nuncio apostólico -representante papal- de cada país; con cada renuncia -a los setenta y cinco años- o muerte de un obispo es enviada a un colegio de obispos una lista -por país- con tres potenciales sustitutos.
El obispado se encarga de filtrar aún más la lista entregando solo pocos nombres al pontífice quien, con asesoría, selecciona a unos pocos al cargo.
Tan privilegiado es el número de obispos que de los aproximadamente cuatrocientos mil sacerdotes que existen en el mundo solo cinco mil de ellos son obispos.
Una vez obispo se necesita un elemento más: ser cardenal. Ésto último en sí no significa ascender en cuanto a jerarquía -propiamente dicho- aunque el título sí conlleva consigo más responsabilidades.
Para ser cardenal se necesita que el papa seleccione personalmente al obispo, mande hacer sobre él una investigación -de su persona y manera de actuar y pensar- para así emitir un juicio y determinar si es digno o no a ser llamado Príncipe de la Iglesia -como son conocidos también-.
Mencioné al principio que a pesar de formar parte de los Príncipes no todos ellos, una vez que el Vaticano se queda sin papa, pueden participar de la elección. Es requisito indispensable contar con menos de ochenta años de edad.
Si aquél que desea ser papa cuenta con la fortuna de que la Sede Apostólica -el Vaticano- quede vacante y que él cubra con la edad requerida entonces sí podrá participar en el Cónclave: una serie de votaciones -entre los cardenales- secretas al mundo para designar al sucesor de Pedro.
De los poco más de doscientos obispos suelen ser ciento quince los considerados como papables -que pueden votar y ser votados- y la cifra no deberá nunca rebasar los ciento veinte.
En la votación -que se lleva a cabo dentro de la Capilla Sixtina en total hermetismo- los sufragios son secretos y continuos hasta la favorable elección de un nuevo líder católico.
Para la victoria, el candidato debe de alcanzar dos tercios de la votación pues en caso contrario las papeletas se queman y se reinicia la elección -hasta cuatro por día- cíclicamente.
Debido a ésta quema de papeles se instala una chimenea sobre el techo de la capilla en donde emana humo negro -si el resultado fue negativo- o blanco -si es positivo- para avisar al mundo la elección de un nuevo Sumo Pontífice.
Como una imagen vale más que mil palabras le comparto, amable lector, un vídeo que me hizo llegar un buen amigo y lector del bLog de miguE: Daniel Cortés con el título How to become Pope? -¿Cómo convertirse en papa?-
El corto animado está en inglés -aunque es fácilmente entendible- y, además, si lo desea, puede habilitar los subtítulos integrados que proporciona Youtube que, aunque no son cien por ciento coherentes, dan una excelente interpretación al audio.
papa, elección papa, cónclave, cardenales, requisitos para ser papa, sumo pontífice, iglesia católica
La imagen de la silla vacía la obtuve en el diario en línea El Informador y el vídeo se puede visualizar directamente en el canal de CGPGrey.