Muy pocos o casi nadie sabe de vinos, por eso es tal vez el exito del Sr. Parker que se erigio en el arbitro de la industria del vino y con su puntuación decide que vino es bueno y por consiguiente ensalza a unos y derrumba prestigios de otros, sus miles de seguidores repartidos por los cinco continentes estan pendientes de sus listas que publica cada año en el Wine Advocates https://www.erobertparker.com, de un tiempo para acá el mercado incluso produce vinos de acuerdo con el gusto que a impuesto Parker, siguiendo con esta linea de argumentación el mundo del vino y su glamour tambien esta invadido de traficantes de vinos, aduladores y estafadores que se valen de la ignorancia generalizada para hacer dinero, la foto que traigo a colación, ilustra de la mejor manera esta situación en la que millonarios pierden su compostura o ante una bella mujer o por una vieja botella de vino, sabiendo esto el comerciante de vinos alemán Hardy Rodenstock (amigo del Sr. Parker) tejio una historia que comienza cuando recibe una llamada de París en la que lo hacen participe de un descubrimiento, ya que al derrumbar una pared en un viejo edifico aparecen en el sotano una botellas muy antiguas con unas iniciales marcadas “Th. J.” que presumiblemente pertenecierón al tercer presidiente de los EE.UU Thomas Jefferson, el marchante de vinos con un gran prestigio, debido en parte por haber recibido elogios del Sr parker en el que ponia por las nubes sus catas de vinos magistrales se involucra en esta historia truculenta. Los descubridores de estos raros vinos tuvierón la “suerte” que las botellas estaban lacradas lo que hace que el contenido permanezca en buen estado dado que fechan estas botellas de 1784, para que la cosa funcionara habia que rodearse de credibilidad, se vale de casa de subastas Christie’s y con esta trama magistral logran vender por US $ 500.000 estas botellas de vino achacadas al Château Lafitte pero que en realidad su procedencia es mas que dudosa.