Quien sólo trabaja acaba trabajando peor

Por Falcaide @falcaide

Ayer martes estuve impartiendo una conferencia al equipo de dirección (Carmen Moreno, Carlos Arévalo, Julio Moreno...) y encargados de las tiendas de la empresa Pastelería Mallorca, una empresa con 84 años de vida, con una facturación de 40 millones de euros, 650 empleados, 15 tiendas, responsable del catering de todos los palcos VIP del estadio Santiago Bernabéu, y que en una semana, el próximo 21 de abril, abrirá su primera tienda en el extranjero, concretamente en Tokio (Japón) [leer la noticia en Expansión].

Muchos y variados fueron los temas que tratamos en la jornada. Entre otros:


- Orientación al cliente.
- Mentalidad de excelencia.
- Actitud de servicio.
- Diferenciación emocional.
- Inexistencia de límites [sólo limitaciones mentales].
- Liderazgo.
- Comunicación.

Pero hoy sólo quiero detenerme en uno de los aspectos abordados y que muy pocas veces se trata: la NECESIDAD DE PARARSE A PENSAR para hacer mejor lo que hacemos, buscar la excelencia y para desarrollar la innovación: nuevos productos, nuevos canales de venta, nuevos aperturas...

Esto de primeras choca, porque parece que pararse a pensar es una pérdida de tiempo. Parece que el que no está en movimiento no está haciendo nada. Es conocida la siguiente anécdota que le ocurrió a Henry Ford, empresario del automóvil, y uno de los personajes incluidos en Aprendiendo de los mejores (Alienta, 7ª edición):

Henry Ford contrató a un experto en eficiencia para que echara un vistazo por la fábrica y descubriera qué empleados no eran productivos. El experto hizo un recorrido y finalmente regresó a la oficina de Henry Ford con su informe.

- He encontrado una persona improductiva. Cada vez que paso cerca de él, lo veo sentado sin hacer nada. Creo que usted debería considerar deshacerse de él.

Cuando Henry Ford oyó el nombre al que se refería el experto, negó con la cabeza y dijo:

- Imposible. A ese hombre le pago para pensar y eso es precisamente lo que está haciendo.

Aquel hombre, curiosamente, le había ahorrado al empresario muchos miles de dólares por haber desarrollado sistemas eficientes de mejora del trabajo y la productividad. Fue el propio Henry Ford quien decía:

"Pensar es el trabajo más difícil que existe. Quizás sea ésta la razón

por la que haya tan pocas personas que lo practiquen"


Y todo esto lo comentaba porque en la exposición Ferrán Adriá: auditando el proceso creativo [ver vídeo promocional], de la Fundación Telefónica, el chef de El Bulli, cinco veces mejor restaurante del mundo, decía:

"En los paréntesis crece la innovación.
Parar, pensar, planear... Y después producir"


El Bulli cerraba 6 meses al año y sólo abría los otros 6 meses: ¿Fue quizás ese uno de sus secretos? ¿Quizás gracias a esos paréntesis anuales el restaurante de Roses (Gerona) llegó donde llego? ¿Tal vez es necesario saber parar para acertar? ¿Tal vez es esencial reducir para acelerar más y mejor?...


Charlando un día con un directivo me confesaba:

Un buen directivo tiene que ir un poco sobrado de tiempo.

La claridad exige distancia. Un directivo que no da más de sí,


Así lo pienso también yo, pero pocas personas lo practican - y además, a veces, muchas veces, está mal visto- y la mayoría van derrapando en las curvas, y así es fácil que la calidad se resienta, que uno se comporte como un autómata que repite tareas pero con poco margen para la calidad, la mejora, la innovación. A veces, hacer menos es hacer más, porque haces cosas de más calidad y te las pagan mejor.

* Hoy te dejo el
álbum fotográfico del evento #AprendiendoDeLosMejores en IMF Business School junto a Nico García [medalla plata taekwondo JJOO Londres 2012] y José Luis Abajo "Pirri" [medalla de bronce en JJOO Pekín 2008] al que asistieron casi 200 personas y fue Trending Topic (TT) en Madrid.