Hace años que no tengo que hacer la declaración de la renta, porque no tengo beneficios sobre los que rendir cuenta alguna, a menos que se considere así al beneficio de la duda. Porque yo, licenciada en Filosofía, dudo en todas partes y a todas horas, dónde y cuando no se debe. Este es el legado de mi carrera. No recuerdo el sistema de pensamiento de uno solo de los filósofos que estudié, no recuerdo las características de los diferentes movimientos ni tengo una visión holística de la historia del pensamiento. Tengo, eso sí, un espíritu tremendamente crítico, a veces hasta criticón, siempre a la contra, siempre cuestionando lo incuestionable; por eso no me llueven los amigos como maná, más bien es un chispi chispi que parece que no moja, pero que termina empapando la calle más profundamente que un chaparrón repentino y abundante.
En definitiva, soy un poco insolente, irreverente y muy limpita. Esta es la tipa a la que encontrarás dentro de este blog. Avisados están, para que no me lluevan quejas en lugar de amigos.
Postdata: De las dos fotos yo soy la del pelo chungo que lleva ropa.