Pues bien, Puyol ya ha tomado la decisión cuando faltan tres meses para acabar la temporada. El capitán dejará el club porque es plenamente consciente que no puede aguantar el ritmo de una temporada tan exigente –la rodilla derecha responde aceptablemente pero tampoco se la puede forzar más de la cuenta– y además considera que aún esta a tiempo para abrirse las puertas a otras Ligas y a otros países para seguir creciendo en su profesión y como persona.
Los últimos acontecimientos le han dejado poco margen de duda al defensa, que se ha dado cuenta que no puede jugar mucho más allá de un partido por semana y que además la competencia que cuenta es simplemente brutal, con la eclosión del joven Marc Bartra y la consistencia atrás de la pareja de centrales Piqué y Mascherano. Y teniendo además en cuenta que el club se está planteando seriamente –y ya era hora que se tomase en serio el asunto– de fichar de cara a la próxima temporada un central de garantías para frenar la sangría de goles que sufre el equipo cada vez que tiene un córner o una falta lateral en contra.