Entre las preguntas que los redactores Marian Wang , Nicholas Kusnetz y Lois Beckett de Pro Publica se hacen sobre lo que ha pasado y puede pasar en Libia, no deja de sorprender si el final de Muamar el Gadafi es obra de los "rebeldes" o de la Otan, de la Onu, o de Francia con la Otan y la Onu.
El editorial de Le Monde, que enarbola semejante primera página, como puede verse, a toda plana, plantea esto tan bonito y tan poco claro de "después de (ganar) la guerra, ganar la paz".
Parece equívoco entender qué sea "ganar la paz" cuando en Libia hay tanto petróleo, les queda tan escaso armamento, y casualmente Francia comenzó el fulgurante despliegue militar en horas bajas de Sarkozy y luego ha invertido tanto ejército y tanto sevicio secreto en defenestrar el régimen (como todo el mundo sabía desde hace años) tiránico de Gadafi. No está claro qué va a resultar ahora con la resurrección de las rencillas y los odios tribales libios so capa democrática. ¿Un nuevo colonialismo occidental del siglo XXI? De algún modo, en efecto, alguien tiene que ganar la paz.
En todo caso queda claro lo que da de sí una declaración de “no fligth zone” de la Onu exclusivamente para "proteger civiles", en manos de las buenas intenciones humanitarias y democráticas y desde luego en manos de los intereses de gobiernos y ejércitos occidentales. Aunque luego los libios que huyen y se lanzan al Mediterráneo en barcos de mala muerte resulten no ser "civiles a proteger", y los barcos bombardeantes o portaviones se los dejen a la guardia costera y el servicio de inmigración italiano.
No hemos visto en televisión (casi) nada de los bombardeos de la Otan, sólo de algunos de sus efectos materiales, pero sí hemos visto camionetas con ametralladoras y gente corriendo y gritando al ataque, como actuando en una mala y pobre película de guerra… ¿que es lo que realmente se ha hecho en Libia?
Por lo que puede leerse a continuación, publicado en Pro Publica, más bien se diría que la victoria -más que de los "insurrectos"- es de la Otan, probando armas y estrategias, formando un ejército de intereses y tribus rivales en plan Hernán Cortés, dando sobre todo la impresión de estar pendientes de conseguir cuanto antes el buscado petróleo…
Tiranos como Gadafi aún quedan en medio mundo. Por ejemplo, Bashar Asad en Siria… Y queda por ahí mucho emir o caudillo rico y poderoso por esos golfos llenos de petróleo... La Onu y la Otan y la Francia de Sarkozy lo dejan quizá para más adelante, para que lo vea un tribunal internacional de justicia que condene al autor de una masacre que sin duda se podía haber evitado… Eso, en todo caso, una vez estabilizado el botín libio a base de consejeros y armamento para la reconstruccion nacional libia o algo así, cuestión mucho más compleja por ser tribal, mientras que la del petróleo parece sólo cuestión técnica…
Se trata quizá de un tanteo, de un ensayo para el desarrollo de estrategias democratizantes occidentales en el mundo árabe, pero sobre todo parece una directa operación (bélica) orientada hacia las ventas de reposición del viejo armamento libio de orgen ruso, ahora destruído sobre todo por armas francesas, dado que alemanes y estadounidenses han tenido un perfil muy bajo en esta poco clara “Operación Libia”, al menos ante la opinión pública occidental…
(…) How much help have the United States and allies been giving the rebels?
A lot. NATO’s stated mission was simply to protect Libyan civilians, but its actual role appears to have gone well beyond that.
While NATO has denied that it has any “boots on the ground” in Libya, British and American officials speaking anonymously have said that there are “dozens” of British Special Forces soldiers, as well as American CIA operatives, working in Libya. An Al-Jazeera film crew captured images of armed Westerners in the rebel frontlines west of Misrata, and a rebel source told Al Jazeera in April that he had received training from American and Egyptian special forces.
In April, France and Italy also announced they would be sending a “small number” of military officers to “be mentors” to rebel forces.
NATO has also coordinated closely with rebels in directing air strikes against Qaddafi’s forces. Since its U.N.-approved operations began in March, NATO forces have conducted nearly 7,500 strike missions.
Rebel forces took advantage of this support, “selecting targets and transmitting their location, using technology provided by individual NATO allies, to NATO’s targeting team in Italy,” the New York Times reported.
“The rebels certainly have our phone number,” an unnamed diplomat told the Times.
Over the past few weeks, the Times reported, NATO’s strikes became increasingly sophisticated, “establishing around-the-clock surveillance over the dwindling areas that Libyan military forces still controlled, using armed Predator drones to detect, track and occasionally fire at those forces.”
NATO’s air strikes may have been particularly crucial in the hard-fought rebel recapture of the city of Zawiyah, which is only 30 miles from Tripoli, Libya’s capital.
Strikes over the weekend appeared to be closely integrated into the rebel offensiveon the capital, as the New York Times reported:
NATO warplanes had flown overhead for days, bombing targets in the capital and its surroundings to clear the path to Tripoli…An uprising in Tripoli on Saturday night also laid the groundwork. At the “zero hour,” as the rebels called it, residents took to the streets and held demonstrations that were met with deadly force by Qaddafi soldiers — who also further exposed their heavy artillery to NATO surveillance, one rebel leader said.
The Post reported that these efforts were part of a “pincer” strategy created with the help of British, French, and Qatari special forces on the ground.
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