Tiene 12 años pero quieren juzgarlo como a un adulto. Y si el juez lo autoriza y finalmente le condenan, pasará el resto de su vida en prisión, ya que el delito que cometió se castiga con la cadena perpetua. Se convertiría así en el norteamericano más joven con esta pena.
"Esta es una decisión triste y excepcional, pero es un paso que tenemos que dar porque tenemos que proteger a la ciudadanía de este joven", explica al diario británico Daily Mail la fiscal Angela Corey, que recuerda el historial violento del niño, que ya rompió la pierna al hermano que ha matado.