Elige un deporte, aprende a alimentarte, realiza los chequeos médicos necesarios son algunas de las cosas que necesitas hacer antes de empezar a realizar cualquier tipo de actividad física
No subestimes nunca la comodidad del calzado y las prendas adecuadas para hacer ejercicio. Ph. Shutterstock
Si no estás acostumbrada a hacer ejercicio, pero quieres comenzar hoy mismo, primero necesitas informarte sobre algunas cosas para que esto se convierta en algo que puedas mantener a largo plazo y no renuncies al mes de haber empezado. Lo ideal sería que pudieras mantener tu rutina de ejercicios o el deporte que elijas practicar durante todo el año como un hábito saludable, y no que te mates los meses previos al verano para llegar en forma. Con ese objetivo por delante, ten presentes estos consejos al momento de comenzar con cualquier tipo de actividad física:
No te dejes llevar por las modas. Elige el deporte o la actividad física que a ti más te guste y con la que creas que mejor te vas a sentir. Crossfit, Kangoo Jump y Power Jump pueden estar muy de moda, pero quizás sean demasiado fuertes para alguien que recién está comenzando y corres el riesgo de lastimarte. Es preferible que hagas algo más controlado como una clase de gimnasia que, si la realizas con constancia, notarás los resultados y te ayudará a sentirte mucho mejor.No abuses. Debes integrar el deporte a tu vida y no tu vida al deporte, que no se convierta en una obsesión. Además, se hace muy difícil sostener a largo plazo una actividad física con tanta intensidad y, nuevamente, estás más expuesta a lesionarte. Es preferible ir tres veces a la semana al gimnasio y poder mantenerlo en el tiempo, a ir todos los días y abandonar al mes.
Cuida tu alimentación. Para hacer actividad física es necesario tener energía, así que debes alimentarte bien. Siempre conviene ingerir los hidratos de carbono antes de hacer ejercicio, porque son una poderosa fuente de energía, y dejar las proteínas para después ya que ayudan a regenerar la musculatura.
Establece una relación formal y duradera. Haz que tu relación con el deporte o con la actividad física que elijas se convierta en una a largo plazo. ¿Cómo? En primer lugar, no te obsesiones porque te aburrirás rápido o terminarás con una lesión. Y en segundo, puedes probar poniéndote metas. Por ejemplo, si decides hacer running, entrénate para correr la próxima carrera que se organice en tu ciudad. Eso te ayudará a comprometerte más y también te dará una sensación de satisfacción cuando cumplas con tu objetivo.
Escucha las señales de tu cuerpo. Tu cuerpo te dirá cuándo se encuentra cansado o cuándo puede seguir adelante. ¡Hazle caso! Cuando te sientas cansada, tómate un breve descanso. Lo mismo sucede si vienes haciendo todo bien, pero tienes ganas de tomarte una semana para hacer otras cosas. Está perfecto. Eso te ayudará a renovar la energía y regresarás más motivada. Incluso habrá quienes extrañen ese tiempito sin actividad física.
Usa prendas y calzado adecuados. Aunque parezca mentira, notarás una gran diferencia si realizas ejercicio con las prendas y el calzado adecuados. Empezando por el calzado, es fundamental usar el correcto para cada disciplina para evitar lesiones. Mientras que, gracias a la tecnología de las prendas, estarás mucho más cómoda y sentirás que haces menos esfuerzo porque están preparadas para que tu cuerpo respire a través de ellas.
Realiza los exámenes físicos de rutina. Antes de comenzar a realizar ejercicio debes hacerte un chequeo médico para ver cómo te encuentras. El médico te dirá si estás en condiciones de realizar esa disciplina, incluso te indicará si es necesario que la practiques con moderación. Mucho cuidado si tienes sobrepeso. Conviene que comiences de menor a mayor intensidad y que cuentes con el seguimiento de tu médico de cabecera y de una nutricionista.
¡Toma la iniciativa! No esperes hasta que llegue el lunes o al regreso de tus vacaciones, ¡cuánto antes comiences mucho mejor!
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