Puede que pienses que eso de procrastinar es una palabra rara que no va contigo, pero si sigues leyendo, verás que más de una vez lo has hecho, incluso cada día.
Decisiones importantes que no somos capaces de tomar, tareas domésticas, exámenes que dejamos para el último momento, llamadas de teléfono que aplazamos por miedo a la respuesta, y un sin fin de cosas que nos cuesta hacer porque nos resultan incómodas, son fácilmente desplazadas por nuestra mente, que nos atrapa en su afán de protegernos, haciendo que nos refugiemos en tareas más placenteras y por lo general, poco productivas. A ésto se le llama procrastinar.
Todos nos hemos envuelto alguna vez en el arte de procrastinar, y a más de uno, nos ha traído de cabeza no saber controlar ese mal hábito.
Tanto si has leído mi último artículo como si no, te sonará todo lo que te estoy contando, ya que, a todos nos ha pasado ésto alguna vez. Si no lo has leído, te invito a que lo hagas pinchando en el siguiente título:
El arte de procrastinar
Si quieres dejar de procrastinar, ahora puedes saber como aprovechar tu tiempo:
10 Estrategias que pueden ayudarte a dejar de procrastinar
Si piensas que procrastinas más veces de las que deberías, que te resulta difícil concentrarte en aquello importante que tienes que hacer, y que ya has adquirido éste mal hábito, te invito a que leas las siguientes estrategias, las cuales pueden ayudarte a salir de ese embrollo que puede llegar a resultar caótico si se te va de las manos.
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Tira de agenda
Si tienes muchas cosas pendientes es importante organizarlas. Hacer una lista con todo lo que tienes que hacer y marcarte los tiempos en una agenda puede resultarte de gran ayuda. Cuando vemos las cosas de forma gráfica, nos ayuda a clarificar nuestra mente. -
Ordena tus tareas
Cuando hayas hecho el listado, ordénalas por orden de urgencia. Si hoy tenías tres tareas por hacer y has conseguido hacer dos, marca esas tareas con tu color favorito y pasa la que quedó pendiente para el día siguiente. A medida que vayas cumpliendo cada día con tus objetivos diarios, tu agenda se irá llenando con ese color favorito. Esa visión te motivará para continuar, ya que irás viendo que eres capaz de conseguir lo que te has propuesto.
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Ponte pequeñas metas y marca unos tiempos
No pretendas hacerlo todo en un día. Es preferible que hagas dos cosas bien, que tres mal. Dedica un tiempo a planificar tu día y marca unos tiempos para cada tarea. Es importante que combines esfuerzo con descanso. Después de un tiempo de máxima concentración es importante otro de mínimo esfuerzo. Aprovecha para descansar, o para hacer eso que acaparaba tu atención al principio de tu tarea. Eso si, es necesario que cumplas tanto los tiempos de la tarea como los de descanso, no vale el típico “un ratito más”. Tienes que ser firme.
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Anticípate
Quita toda distracción, móvil, acceso a redes sociales, libros, tele… prepara todo lo que te pueda hacer falta para no despistarte, es decir, pónselo difícil a tu mente.
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Observa tus pensamientos
Lo más normal es que, cuando vayas a hacer una tarea que te resulte incómoda, tu mente busque un sin fin de alternativas para que dejes de hacerlo. Se firme y no te dejes engañar. Tras unos minutos de rechazo a las ideas de tu mente, ésta se rendirá y te será más fácil concentrarte en lo que tienes que hacer y conseguirlo.
También puede ocurrir que te aparezcan pensamientos negativos tipo “no lo conseguiré, para que sirve todo ésto, lo dejaré para después”… Estos pensamientos intentan restarte valía y pretenden que desistas. No lo permitas. Piensa siempre que tú puedes dominar tu mente y no al revés, por lo que, cuando aparezcan, dales la vuelta por otros como “puedo hacerlo, soy tan capaz como todos los demás, haré mi tarea cuanto antes…”
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Se consciente. Infórmate a ti mismo de que estás procrastinando
Si tu mente logra que te despistes en otra cosa, repite varias veces “estoy procrastinando”, hasta que seas consciente de ello. Te darás cuenta de que, en ese momento tu mente ha vencido, y te será más fácil volver a la actividad y dejar lo que te entretiene. Se trata de echarle un pulso a tu mente y ganarlo.
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Medita
A veces tenemos tanto jaleo en la cabeza que nos resulta muy difícil aclararnos. Algo que te aportará mucho beneficio en ese momento es la meditación. Si no estás acostumbrado o no sabes como hacerlo, te resultará al principio muy difícil, pero si todos los días dedicas, aunque sea cinco minutos, notarás como poco a poco, tu mente se relaja y comienza a clarificarse. Para ello solo tienes que buscar una postura que sea cómoda, preferiblemente sentado, con la espalda erguida y los ojos cerrados, y tratar de concentrarte en tu respiración. No se trata de eliminar tus pensamientos, sino de dejarlos pasar según te aparezcan, volviendo a centrarte en la respiración. Ésto hará que tu mente se calme, por lo que te será más fácil concentrarte después en lo importante. Puedes empezar con un solo minuto, antes de hacer tu tarea pendiente, o elegir una hora fija para hacerlo a diario. Si te acostumbras, en un tiempo notarás la diferencia, y buscarás mas momentos de paz con tu mente. -
Pregúntate…¿por qué me despisto?
¿Qué puede ser más importante que lograr tus objetivos? ¿realmente lo que voy a hacer para evitar mi tarea es más importante que lo que tengo que hacer? ¿me merece la pena? ¿qué es lo que me ocurre? ¿Es miedo? ¿a que se debe? ¿por qué me resulta incómodo de hacer? Estas y otras preguntas pueden ayudarte a tomar perspectiva de lo que te impide realizar aquello que aplazas sin fin.
Continuamente nuestra mente busca protegernos de nuestros miedos y de todo lo que nos resulta incómodo, y para ello, es frecuente que quiera mantenernos en un estado de placer, y cuanto más instantáneo sea, mejor, aunque luego a la larga no resulte tan gratificante. Ésto hace que sea mucho más difícil conseguir nuestros objetivos si son a largo plazo, pero piensa que el esfuerzo habrá merecido la pena, ya que vendrá acompañado con una sensación de éxito y satisfacción personal, mientras que, si solo nos dedicamos a hacer lo que nos aporta placer inmediato, dejando de lado lo importante, nos aparecerá el sentimiento de frustración, rabia y/o culpa
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Pregúntate… Si consigo realizar la tarea ¿Que beneficios voy a obtener?
Es importante que tengas algo sólido a lo que agarrarte. Normalmente, lo que más deseamos es lo que más miedo nos da hacer, pero si lo conseguimos, el beneficio será importante. Eso es lo que tienes que buscar.
Reflexiona, no te quedes en lo primero que te venga a la cabeza, escribe o visualiza en tu mente lo que conseguirás y por qué merecerá la pena el esfuerzo, y tenlo presente cada vez que pienses que lo vas a dejar de hacer o que no vas a poder conseguirlo. Eso te dará armas para poder continuar.
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Se perseverante
No siempre todo lo que queremos conseguir se logra con esfuerzo, pero si la mayoría de las veces. Cuando pienses en dejar de hacer las cosas porque no te ves capaz o crees que no lo vas a conseguir nunca, piensa que todo se aprende con práctica y perseverancia. Eres tan capaz como cualquiera, pero necesitas constancia.
Como siempre digo, muchos “poquitos” se convierten en un “muchito”, así que, cuando creas que es mejor dejar de intentarlo porque no lo vas a conseguir, da la vuelta a tu pensamiento y ponte en marcha. Si haces un “poquito” cada día lo notarás a largo plazo
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Ten paciencia contigo mismo
Sobre todo al principio, hasta que tu decisión de dejar de procrastinar sea firme, puede que te cueste más cumplir los objetivos que te marques. Ten paciencia y no te juzgues, no te critiques y no te enfades contigo mismo. Eso hará que no dejes de motivarte y que cada vez te sea más fácil conseguir la realización de tus tareas.
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Consigas lo que consigas, cuídate
Cuando empieces por fin a vencer a tu mente y lograr realizar las tareas que tenías que hacer, no dudes en premiarte, pues te lo mereces. Realiza aquello que estabas deseando hacer, date un capricho (siempre que sea sano, claro). Eso si, si no has logrado tus objetivos, no te castigues, ni te culpes. Cuídate como si cuidaras a tu mejor amigo cuando ha cometido un error. Piensa que si hoy no lo has logrado, la próxima vez lo lograrás, y podrás sentirte satisfecho contigo mismo. Date nuevas oportunidades, porque todos tenemos derecho a equivocarnos y a volver a empezar.
Como habrás visto, es muy fácil procrastinar, pero también existen estrategias que pueden servirte para dejar de hacerlo, o por lo menos, que no se convierta en un mal hábito. Recuerda que un día perezoso puede tenerlo cualquiera, y no pasa nada, siempre y cuando la pereza no sea una forma continua de actuar en tu vida. Tenlo claro, ¡te mereces darte siempre lo mejor de ti mismo!
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