Crónicas de Vestuario. –“Quiero creer”Perdonen que regrese de nuevo a esa vieja serie de televisión, como diría algún recién llegado “mítica” cuando en realidad querían decir “legendaria”, “Expediente X”. Cuando a Mulder, nuestro investigador favorito, le llevaron al más oscuro sótano, casi como nuestra Segunda División B, un pozo profundo, alejado de todo y de todos, uno de sus puntos de apoyo, cuando acondicionó su cubículo, fue un póster. Había un platillo volante y, sobre él, se leía “Quiero creer”. En esas estamos ahora, vista la realidad que nos ha mostrado el Rácing de Santander, la de un equipo muy serio, compacto, bien construido, roqueño, y con la convicción que un entrenador de la clase de Paco Fernández es capaz de transmitir. Sólo nos queda aspirar a la segunda plaza, un largo camino de sufrimiento donde asaltarán tantas dudas como hoy. Es lo que hay, diremos. No queda otra, nos conformaremos. “Quiero creer”, dice el póster. Y queremos creer, no queda otra. Y esta frase, ese póster de Mulder cuando había sido denigrado hasta lo más bajo de su categoría, como muchos hemos vivido, a través de individuos astutos que se deslizan como alimañas entre las sombras de los intereses creados para tratar de oscurecer a quienes poseen un imperceptible brillo, ese último y desesperado aliento –el de la supervivencia por encima de enemigos trapaceros- es lo que debe impulsar al equipo.Falta gol, falta fuerza, faltan muchas cosas… Y estoy seguro que podríamos, entre todos, llenar una lista de las carencias que el equipo tiene. Pero, por encima de todo, no hay que perder esa fe que salvó al equipo en los días más difíciles. “Quiero creer”. Repitánselo una y otra vez. El camino va a estar lleno de piedras. Pero esa es una constante en la historia del Real Oviedo. Ni los caminos fueron fáciles ni nada fue entregado con facilidad. Repásense la vida de un equipo que, cuando pudo ser de los mejores, se cruzó con la Guerra Civil. Hemos sufrido mucho y, prepárense para lo que va a llegar, sufriremos hasta el último segundo.Al Real Oviedo le sigue faltando mandar, poseer el ritmo, puesto que el toque lo tiene y el poder y el talento también. Fallan las inseguridades, y ahora que ya hemos dejado de divisar el primer puesto, lo que hace falta es sentirse fuerte, sin dudas, sin nadie que nos diga nada. Rectos. Va a ser un camino de muchas piedras, no esperen rosas, no crean en héroes, ahora que la semana que viene llegan los Stranglers para cantarnos una vez más el “No more heroes”. Nada debe importar salvo sobrevivir a todas y cada una de las circunstancias. Y, señoras y señores, si he de remitirme a mi experiencia, todos aquellos que han tratado de fastidiarme han sido derrotados. Por la fuerza de la más absoluta convicción: “Quiero creer”.
MANOLO D. ABADPublicado en la edición papel del diario "El Comercio" el domingo 30 de marzo de 2014