Quiero ser inversionista ¿cómo lo hago?

Por Finproyectos @FinProyectos

Ser inversionista puede ser una de las aspiraciones de quienes están buscando hacer crecer sus arcas personales, sin necesariamente emprender un proyecto de negocios propio. Son varias las personas que me abordan con el tema de las inversiones y cómo hacerlas realidad, y planteándome lo siguiente: "Tengo "X" monto de dinero en el banco y me interesa invertirlo ¿Qué usted me recomienda?"

En ese sentido, nos interesa tocar el tema acerca de cómo ser un inversionista en el mundo de hoy, llegar a ser quien capitalice proyectos empresariales, identificando cuáles son las alternativas disponibles en el mercado y cuál de estas es la que se ajusta a las necesidades y expectativas individuales.

Es posible que al hablar de inversionistas nos llegue a la mente Warrent Buffet o Ben Graham, y quizás otras personas (mujeres y hombres) no tan reconocidas o listadas en las grandes revistas financieras como Forbes, pero que se han desempeñado en el mundo de las inversiones. Y al ver el éxito que han tenido puede que nos cuestionemos si podemos ser o no inversionistas.

Tomando esto como punto de referencia, y respondiendo a dicha inquietud, cualquier persona con la intención y el capital disponible para invertir puede ser un(a) inversionista. Ya que dentro del mercado existen múltiples opciones para lograr llevar a cabo el proceso de generación de utilidades. Siendo el requisito básico la disponibilidad financiera y la intención de generar beneficio a través de capitalizar proyectos de negocios.

Como hemos mencionado para ser un(a) inversionista hay que tener dos elementos básicos: Capital y la intención de hacerlo. Luego de haber cubierto estos dos aspectos entonces se entra en un mundo de variables que se entrelazan para tener como resultado a alguien que logre financiar y extraer beneficios de las capitalizaciones que logre. Para esto es necesario definir el perfil de inversión

El perfil de inversión es aquel que parametriza las acciones que habrá de tomar quien pretender entrar el mundo de las capitalizaciones. En este se toman en cuenta varios factores relevantes como:

La sumatoria de estas variables son las que definen cómo se llevan a cabo las inversiones. Pero, de todas las posibles, la que tiene un mayor peso es la tolerancia al riesgo. Esto es la capacidad que tenga la persona de soportar los eventos contrarios a lo que estaba planeado. Es decir, cuando las cosas resultan diferente a lo que se esperaba.

Sobre esa base, el riesgo se califica en tres niveles

Cada uno de estos mide la manera en que quien invierte aborda su intención de capitalizar los proyectos y define, en primera instancia, el tipo de instrumento que vaya a utilizar.

Tomando todo lo anterior en consideración queremos proveer una serie de pasos concretos que sirvan como punto de referencia a la hora de entrar al mundo de las inversiones, de manera que pueden ser implementados dentro de la gestión financiera personal.

Paso No. 1: Definir objetivos

El primer paso es establecer los criterios de la inversión; esto es, definir el objetivo u objetivos por los cuales se están capitalizando tal o cual proyecto. Estos pueden darse en tres vertientes básicas:

  • Creación de más capital para otras inversiones.
  • Liquidez.
  • Adquisición de un bien o servicio.

Es importante resaltar que la creación objetivos da sentido a la inversión y plantea un marco de referencia para medir el éxito de la misma. En la medida en que este es satisfecho entonces se están llevando a cabo las inversiones de manera adecuada y se satisfacen las expectativas planteadas.

De manera que tenerlos no es un mero acto burocrático sin sentido, sino que, plantearlos sugiere organización, proyección y control dentro del mundo de las inversiones.

Paso No. 2: Apartar la porción de capital para ello

Luego de definir lo que se está buscando con la inversión, entra en escena la cantidad de dinero que se va a invertir. Y esto es algo delicado, porque, dentro del marco de la posibilidad, la persona no debe quedarse ilíquido, es decir, no disponer todo su dinero en inversiones. Ya que, como hemos mencionado, toda inversión está sujeta a riesgo; y si este toma efecto, quedarse sin la capacidad de solventar sus compromisos puntuales puede ser desastroso. Por lo que, parte de la estrategia de inversión debe incluir la porción específica de dinero que se va a poner a producir y que esta no afecte el flujo de efectivo personal.

Paso No. 3: Determinar el tipo de inversión que se va a hacer

El mercado ofrece una serie de opciones para invertir, desde aquella vinculada a una idea sencilla con poco futuro como las relacionadas con megaproyectos a largo plazo y altas inversiones. En ese tenor es clave saber el tipo de inversión que se va a hacer. Esto es, definir: Instrumento, tiempo y mercado.

El instrumento es la manera en que se va a canalizar la inversión (Certificado de financiero o de depósito, compra de acciones en una empresa, compra de títulos de deuda en el mercado de valores, etc).

Mientras que el tiempo es el rango que define el período de recuperación de la inversión. Esto es clave dentro de la estructura de inversión personal, ya que es posible que el instrumento o el proyecto que se elija no concuerde con la expectativa de tiempo esperada. Y esto invita a quien capitaliza a reevaluar su abordaje respecto de la inversión que quiere hacer.

Para ello, es determinante auxiliarse de profesionales en el área de inversiones. Son personas o empresas que se dedican día tras día a capitalizar proyectos y a encontrar oportunidades de negocio. En ese sentido, la inclusión de un(a) profesional o experto(a) en la materia, dentro de la estrategia de inversión es sinónimo de sabiduría y de buena gestión financiera.

Paso No. 4: Tomar la decisión

Por último está tomar la decisión de emprender. Es común ver a personas que tienen el deseo de iniciar un proyecto de inversión que pasa el tiempo y ya sea por desconocimiento, temores o dudas, no dan el paso firme hacia la consecución de su meta.

En ese sentido, la sugerencia es dar el paso. Quien no se arriesga no gana. Por lo tanto, la única manera de averiguar si es capaz de capitalizar a terceros(as) es haciéndolo. Esto no quiere decir que sea obligatorio, que todo va a salir viento en popa, y que no va a pasar nada malo. No. Con esto lo que estamos diciendo es que para llegar a Roma hay que dar el primer paso. Y para ser inversionista hay que invertir.

De manera que ármese de valor, sea cauteloso(a) en sus movimientos, busque ayuda, pero tome la decisión y dé el primer paso.

El mundo de las inversiones está abierto a toda aquella persona que tenga la intención y el capital disponible, y ofrece una serie amplia de opciones que se ajustan de manera idónea a cada perfil de inversión, en ese sentido, solo queda de quien desee hacerlo, investigar y documentarse al respecto, para luego tomar la decisión y emprender en el mercado de capitales privados o públicos.

En ese tenor, si le interesa profundizar en el tema de las inversiones, le sugerimos adquirir el libro Cómo Invertir En El Mercado De Valores Para Principiantes escrito por Richard Stooker y Mariana Barrancos haciendo clic en la imagen más abajo. Y si esta entrada sobre cómo ser un(a) inversionista le ha sido de utilidad le invitamos a que comente y la comparta. Sus aportes y opiniones son de gran importancia para esta comunidad y enriquecen el debate.