Quiero ser monja

Publicado el 28 abril 2016 por Alejandropumarino

La cuatro se acaba de sacar de la manga un nuevo “reality”, el ya famoso “quiero ser monja”, en el que juntan cinco aspirantes a novicia a través de las cámaras de televisión, en una suerte de “gran hermano” eclesiástico en vez de seglar, o sea. Uno, agnóstico de vocación, comprende que las creencias, convicciones, o como quiera usted llamarlo, son algo profundamente arraigado en el espíritu de las personas y merecen, por ello, el máximo de los respetos. Precisamente la libertad y la tolerancia con la fe ajena, ha llevado a esta vieja Europa a teñir sus calles de sangre, sangre derramada por el fanatismo de aquellos a quienes abrimos las puertas cuando buscaban un mundo mejor para sus familias, que también comían, además de alimentarse con el espíritu del profeta. Me pregunto si alguna cadena tendrá la idea brillante de producir un programa del tipo “quiero ser yihadista”, tratando con la misma ligereza y superficialidad las creencias musulmanas que las católicas, en este caso. Uno recuerda a los mormones, aquellos simpáticos muchachotes de Michigan, que se paseaban por la calle, biblia en mano, saludándote con exquisitez y soltándote una parrafada a la que nunca hice demasiado caso; la verdad es que de convertirme a una religión, sería la que más posibilidades alberga de convencerme, más que nada por la cuestión esa de la poligamia. Pero chanzas aparte, no se me ocurriría, por mera cuestión de respeto, producir un programa bajo el título “quiero ser mormón”. Con las creencias y la fe no se juega, se pueden herir sensibilidades profundas, y lo que empieza como un juego, puede terminar en una tragedia. Cientos de franceses y de españoles ya no lo saben, porque algún fanático se empeñó en presentarles a Dios antes de tiempo, y no faltará algún otro que vea en este tipo de programa alguna clase de provocación.