En casa la usamos desde hace tiempo, se presta a muchas recetas y también es ideal para llevarla en el tupper, porque me gusta tanto en frio como en caliente. Antes de servir se puede echar un poquito de aceite de oliva por encima, o si quieres algún tipo de aceite acalórico.
La receta de hoy nos la hemos comido calentita, pero es perfecta para llevarla de paseo ahora que llega el verano y salimos más de casa.
Una manera fácil, casera, saludable y sobretodo sabrosa de comer sano alli donde vayamos o en nuestra propia casa.
En cuanto a las cantidades, suele guiarme por los "puñados" (lo que agarro con la mano). Un puñado de quinoa en crudo para cada uno, y un poquito más. Eso sí, es muy importante que lavemos bien la quinoa antes de hervirla, ya que tiene un polvito que puede ser toxico. La ponemos en un colador o recipiente bajo el grifo y la enjuagamos bien.
- Quinoa (un puñado por persona y un poquito más)
- 1 o 2 zanahorias
- Una cebolla grande
- Un calabacín pequeño o la mitad de uno grande
- Un pimiento rojo pequeño
- Brocoli
- Dos o tres cucharadas de aceite de oliva virgén
- Un pellizco de sal
1. En el paquete de quinoa suele venir las instrucciones de uso. Una vez lavada la quinoa, la añadéla a una olla de agua hirviendo y cocina unos 15 minutos. Puedes probarla antes, sacando un poquito con una cuchara para comprobar que está tierna.
2. Corta la verduras en trocitos pequeños, y sofríe con dos o tres cucharadas de aceite de oliva a fuego lento-medio. Hasta que la verdura esté tierna.
3. Escurre la quinoa, y añadela a la sartén. Añade un pellizco de sal, al gusto.
4. Cocina unos diez minutos a fuego lento, para que la quinoa se mezcle bien con las verduras y coja todo el sabor. Mueve de vez en cuando para evitar que se pegue y para que se mezcle bien.