Ya había probado la quinoa en restaurantes, y tenía ganas de introducirla en la cocina de casa. La quinoa es es un alimento que se suele clasificar dentro la categoría de 'superfood' por sus propiedades. La quinoa es una semilla, pero al utilizarse como cereal, en mucho sitios la clasifican como pseudo cereal. No soy ninguna experta, pero por lo que he leído, éstas serían algunas de sus propiedades:
- Alto aporte en fibra.
- Ayuda a controlar los niveles de colesterol en sangre.
- La pueden consumir diabéticos (bajo índice glucémico) y celiacos (no contiene gluten).
- Aporta a nuestra dieta potasio, magnesio, calcio, fósforo, hierro y zinc, así como vitaminas tipo B y vitamina E.
En esta primera experiencia en casa, la he preparado para acompañar un ensalada, así que simplemente había que cocerla.
MUY IMPORTANTE: Antes de cocerla hay que lavarla muy bien para eliminar una sustancia llamada saponina, que recubre a las semillas, y que le daría un sabor amargo a la quinoa.
La puedes poner en un colador de red fina bajo el agua del grifo para asegurarnos que se lava bien.
Y una vez lavada, la cueces a fuego medio durante unos 15-20 minutos, hasta que esté 'transparente'. Las medidas son tres partes de agua por una parte de quinoa (para calcular la cantidad, ten en cuenta que la quinoa cocida dobla su tamaño en crudo). Pasado ese tiempo, la escurres y en este caso, la incorporas a la ensalada.
Esta ves era una ensalada bien sencilla: mezcla de brotes verdes, tomate, queso fresco, pipas de calabaza y la quinoa, y un buen aliño de aceite, vinagre y sal. Estaba buenísima.
Todas la dudas que me surgieron en la preparación se las iba preguntando a mi querida Carmen, porque sé que ella la utiliza mucho. Y un tip que me ha dado y que comparto aquí es que puedes cocer la quinoa y conservarla cocida en la nevera unos dos o tres días.
¿Tú la utilizas mucho? Deseando escuchar tus recetas con quinoa para probarla de más formas.