Quitar el pañal

Publicado el 08 agosto 2011 por Bebemon

Muchos padres creen que para que los niños controlen los esfínteres, hay que enseñarles, y eso se consigue a través de la retirada del pañal. Según la psicopedagoga Nuria Otero, lo ideal sería hacerlo exactamente al revés: esperar a quitar el pañal cuando el niño esté preparado para ello, es decir, cuando pueda controlar esfínteres por sí mismo. El control de esfínteres forma parte del proceso madurativo del niño, igual que la adquisición del habla o aprender a andar. Por ello, muchos expertos creen que no hay que presionar a los niños ni evaluarlos en este sentido. Atendiendo las señales del niño, el momento de quitar el pañal llega de una forma natural.

Para conseguir controlar los esfínteres, es necesario que su sistema nervioso alcance cierto grado de madurez. Cuando empieza a tener una buena habilidad manual, pronuncia bien un cierto número de palabras, sabe subir y bajar una escalera y se concentra en un juego durante mucho tiempo, significa que ha alcanzado una buena coordinación psicomotora, gracias a la maduración del sistema nervioso. Eso se da entre los 2 y 3 años, aunque todo varía de un niño a otro. Hasta ese momento el niño no tiene una percepción clara del estímulo. Y si la vejiga está hinchada, se vacía sin dar tiempo al pequeño a tener la sensación de plenitud. Por este motivo, imponer el orinal antes de esta edad no es recomendable.



Son muchos los que aprovechan las vacaciones de verano para quitarle el pañal al niño: los padres tienen más tiempo y los niños llevan menos ropa y es más fácil, en caso de accidente, hacer un cambio rápido. Aún así, sería recomendable estar alerta a las señales que nos vaya dando el bebé y esperar el momento adecuado, independientemente de la estación del año.

Cuando se decida quitar el pañal al niño, si se está dispuesto a afrontar con serenidad los primeros fracasos, son muy pocas las cosas que hay que hacer, ya que el niño superará cada etapa de forma espontánea, de acuerdo con los tiempos y los ritmos que mejor se adapten a él. Lo importante es no confundirle y no dar marcha atrás ni ponerle el pañal en todo el día. Se puede hacer una excepción cuando duerme y en las siestas, por motivos de comodidad. En este caso, puede ser recomendable explicárselo bien al niño.


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