Cada vez que tengo que leer un manual de instrucciones sé casi seguro, que me saltaré muchos apartados e incluso aburrido, lo dejaré de leer.Pero también es cierto que cuando queremos algo que verdaderamente nos interesa, entonces sí que leemos todas las páginas y las letras pequeñas.También somos capaces de hacer un esquema para que otras personas puedan entender y comprender sin dificultad lo esencial de ese manual.Pero hay un manual que se escribe día a día y no es otro que el de nuestra propia vida y en parte la de los que nos rodean.Entonces es cuando sí que comprendemos el manual de instrucciones, aunque, quizá ya sea tarde.