El dosmildoce no significa un año nuevo sino una oportunidad nueva para que se sumen uno o dos al reducido grupo de los que no son arrastrados por la corriente; una o dos mentes lúcidas que comprendan que han sido, son y seguirán siendo engañados si no reaccionan; uno o dos valientes que se atrevan a soñar, que no hayan renunciado a sus sueños, o que por una sola vez crean en la posibilidad de lograr lo casi imposible.
El dosmildoce quizás no cambie el mundo, quizás el hambre siga azotando a los más pobres, quizás las guerras sigan ocupando las portadas de la prensa, quizás sigamos alimentando a los bancos y a los mercados y nos sigamos olvidando de educar a los niños; quizás la religión siga siendo nuestro refugio y un año más nuestro pensamiento siga estando encadenado; quizás nos siga dando igual que los derechos humanos -también en el dosmildoce- sigan siendo letra muerta y sin sentido; quizás el consumismo nos siga consumiendo y el conformismo nos siga aniquilando...