Contamos con una nueva
colaboración de Antonio de la Torre, en la que se pregunta ¿a dónde vas
Ciudadanos?, una pregunta que nos hemos formulado muchos en estos últimos
meses, más aun tras leer este magnífico artículo en el que demuestra las
contradicciones, las “mentiras” y los cuentos de Rivera…
El continuo vaivén de
Ciudadanos merece dedicarle una nueva reflexión en la línea –para algunos, sorprendente- a la que ya nos va
acostumbrando este ‘joven’ partido que todavía no ha sido capaz de centrarse en
su mensaje –no digo ya en su ideología, manifiestamente escorada a la
izquierda, como ellos mismos expresaban en su web-, víctima de ese “éxito”
inesperado que el descontento de la sociedad civil y la degeneración política
creciente ha supuesto, impulsado por algunos medios de comunicación y líderes
de los mismos que han visto en el desmesurado –e irracional, diría yo- apoyo a
este jovencito, bien parecido y campeón del blablablá, la forma de ‘vengarse’
del resentimiento que, más o menos justificado, albergan contra el Partido
Popular o, en algunos casos, directamente contra el Presidente de dicha
formación política, Mariano Rajoy como
comentaba allá por principios de Diciembre pasado, pidiendo perdón
por la autocita.
Hemos oído repetidamente
la contundencia con la que Albert Rivera se llenaba la boca durante la pasada
campaña electoral diciendo: “Votaré NO a cualquier pacto de perdedores” y,
¡zas!, dos meses después, nos “sorprende” (a mí no, desde luego, como queda
dicho en la anterior cita) firmando un pacto con Pdr Snchz –segundo y cuarto
partidos tras los comicios del 20D (tercero y cuarto si nos ceñimos a la
circunscripción por la que ambos se presentaban, Madrid)-, es decir, dos
perdedores.
Decía también el
todopoderoso líder naranja: “No apoyaré ni al Partido Popular ni al Partido Socialista”
llegando incluso a decir: “Nunca votaré SÍ a la investidura de Sánchez” y,
bueno, en este caso sólo ha mentido a medias, ya que no apoya al PP pero sí al
PSOE y remachaba sus incontinencias verbales con aquel dogmático: “Ciudadanos
respetará al partido más votado” y, tercera “mentirijilla”, no sólo no lo
respeta, sino que se permite insultar a su líder que, nos guste o no –yo ya he
dejado constancia por escrito de mi descontento con el Sr. Rajoy- es el que
ganó las últimas elecciones y hasta se permite decir que exige que se vaya el
líder popular para pactar con su partido. Osado, cuando menos, este muchachito
bien parecido, aunque si recordamos al maestro del multimillonario Sr. Bono en
la política, aquel “viejo profesor”, don Enrique Tierno, que decía eso de “Las
promesas electorales se hacen para no cumplirlas”, Rivera no está haciendo otra
cosa que ceñirse al guión.
También repitió hasta la
saciedad uno de sus mantras preferidos: “Ciudadanos no formará parte de ningún
Gobierno que no presida” y, ¿la cuarta? –van muchas más, pero me extendería
demasiado- en la frente, ayer, otro de los que pasa por ser uno de sus cerebros,
el ‘cultivado tertuliano’ Juan Carlos Girauta, se descuelga, ayer mismo,
diciendo que “un gobierno –esta vez no me atrevo a ponerlo con mayúscula, que ya me costó en el párrafo
anterior- del PSOE sería demasiado débil, por lo que deberían formar parte de
él algunos miembros de Ciudadanos-, con su mediático líder en la
vicepresidencia, claro, aunque poco después, el número dos, Villegas, creo que se
llama, lo matiza y lo deja un poco mal. Claro que este siniestro personaje que
responde al apellido de Girauta, otro encantado de haberse conocido, cada vez
que habla en público, le hace perder varias decenas de votos a Ciudadanos. Si
“la cara, es el espejo del alma”, con esa mirada torva y su característico
desaliño con el que se presenta este caballero –allá cada cual pero, en mi
opinión, más propio de Podemos que de un partido que pretenda representar a un
sector de la clase media, aunque sea de centroizquierda- no produce
precisamente confianza y no sería yo el que le comprara un coche de segunda
mano.
Ciudadanos afirmó, una y
mil veces, con total ampulosidad –y muchos parece que lo creyeron- que no
apoyaría tampoco un gobierno PSOE-Podemos y, es más, que se levantaría de la
mesa si el primero –segundo en las elecciones- negociaba con el segundo
–tercero-, mientras decía también que “si Rajoy lo llamaba a negociar, veía
lógico acudir junto a Pdr Snchz, ya que con él había firmado ese ‘pacto de
gobierno’ que fue revolcado en la sesión de investidura –de ‘embestidura’ la
califiqué yo- y, sin embargo, ve impasible cómo, su ‘socio’, le es infiel
haciéndose fotos con el líder bolivariano PabLenin en sus continuos encuentros
públicos e incontables bajo cuerda.
Pues bien, después de
todo esto, ahí tenemos a Ciudadanos dispuesto a sentar esta tarde a su ‘equipo
de trabajo’ –equipazos, todos- con los de socialistas y podemitas para, según dicen
los naranjas, forzarlos a abstenerse en el nuevo intento de hacer valer el
fallido pacto de los 200 acuerdos, hace ahora 33 días como tercer acto del teatrillo
iniciado por ambos protagonistas a finales de Febrero.
Como digo en el titulo,
¿a dónde vas Ciudadanos?, cada día más cercano en su errático comportamiento al
color de sus letras -el naranja no es sino la mezcla del rojo y el amarillo , y
dejo al hábil lector su valoración de lo que, en política, representan estos
dos colores- y que, si no termina de enterarse del berenjenal en que se ha
metido, dejándose llevar por su ignorancia y las ambiciones de ese caudal
humano de aluvión, arribismo y desecho, que vengo poniendo de manifiesto desde
las elecciones andaluzas de Marzo de 2015, acabará, más pronto que tarde, en el
frío electoral que está padeciendo ahora el partido con el que no quiso pactar
en su día, la UPyD de Rosa Díez, debido al ego infinito de ambos líderes y su
manifiesto totalitarismo, que ahora está demostrando con creces el aseado líder
catalán, al que parece que le viene grande la Península, Islas y Ciudades
Autónomas, para que nadie se enfade.