Por Francisco Picornell
Plaza de Toros de Valencia. 13 de Marzo del 2011. Segunda de Fallas.
Seis toros de Jandilla. Faltos de fuerza, justitos de presentación. Un buen toro el cuarto.
Patxi Paquirri.- Silencio. Oreja.
Fandi.- Silencio. Oreja.
Talavante.- Silencio. Silencio tras dos avisos.
A la ganadería brava se le está quitando la casta a base de intentar conseguir el toro bobo que le valga a las seudo figuras de hoy. Así se cargarán la fiesta los propios taurinos porque vamos camino de convertirla en una representación teatral, en un valet carente de la emoción que da el sentir que hay peligro en el ruedo. Cuando el espectador pueda decir “eso lo hago yo” debemos organizar el funeral por la Fiesta.
Hoy había en Valencia un público festivo, creo que era debido al cartel. Por un lado el mediático Patxi y por otro el Fandi con sus “Fandilistas” seguidores. No obstante, no podemos asegurar que hubo mucho triunfalismo.
Ya digo en el titulo, que “lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo añade". Y en esa verdad estaba pensando cuando veía a Patxi enfrentarse al cuarto de la tarde. Un toro para formarle un lío, y decía para mi capote : si este hombre no es capaz de torear hoy, no toreará en su vida.
El animalito, tenía por nombre Depravado y por condición monjil, de lo bueno que era, no del dinero zaragozano… Empezó la faena con unos mantazos de rodillas para seguir distanciado, con la muleta retrasada cuando el animal pedía que se la adelantara, se le metiera en la bamba de la muleta y no con el pico. Terminó haciendo el “tiovivo” y escondiendo su cuerpo serrano en los costillares.
Con anterioridad había puesto tres pares de banderillas, el primero cuadrando en la cara, el segundo a toro pasado y el tercero al “violín”. Estocada desprendida. Orejita fácil.
Al que abrió plaza lo banderilleó a toro pasado en los dos primeros pares y, algo mejor el último, de dentro afuera.
Llegó a la muleta muy parado. Con la izquierda le tocó la muleta alguna de las veces. Patxi estuvo desconfiado, anodino, sin decir nada, fuera de cacho, con el pico. Al final recurrió al encimismo para dar unos mantazos que se le protestan. Dos pinchazos, estocada perpendicular y desprendida. Silencio.
El Fandi no hizo nada de lo que no sepamos. Al segundo de la tarde, que era muy parado, lo banderilleó a toro pasado con salto (primer par); el segundo igual pero en la variedad de andando para atrás. Al violín el último.
Con la muleta mantazos encadenados. Al toro le dio un “purrus” al iniciar la faena y se desplomó. No se pone de acuerdo la doctrina si tal “desplome” fue debido a que se dio cuenta de lo malo que es su matador o a que vio a la Gorda “desparramada” en un tendido. Lo cierto es que Fandila se dedicó a dar mantazos con una nueva versión: la de dar un ridículo saltito atrás para poner su cuerpo a buen recaudo. Estocada desprendida, descabello. Silencio.
Estaba el quinto justito de presentación. Lo banderilleó a toro pasado en los dos primeros pares y corriendo con tal propiedad que no parecía sino que iba en una moto de lo mucho que corría, en el tercer par. Basto como es el Fandi, con la muleta terminó descomponiendo al toro, que dicho sea en honor a la verdad, por el izquierdo no tenía un pase. Estocada desprendida. Oreja "Fandilista".
Talavante nada pudo hacer con el tercero pues estaba falto de fuerzas. Bastante hizo con mantenerlo de pié, pues en cuanto lo obligaba el animal se caía. Lo pasó a distancia y al hilo del pitón. Media estocada entrando al paso. Silencio.
El sexto acudió al caballo sin fijeza ninguna. Se derrumba al iniciar la faena de muleta. Talavante metía pico y el toro terminó por pararse. Debió cortar la faena antes, pues se puso pesado. Tres pinchazos, seis descabellos. Dos avisos.
Un saludo