Pisamos por donde hubo viejas guerras,
y ahora sólo verdor,
amor y paz en vez
de la sangre y el fuego.
Sonreían los hijos de la espada,
no la empuñaban más;
las mies tienen raíces
en el campo de muerte.
LO INOLVIDABLE
En sueños, desdichado, puedo vertetal como eras antaño;las olvidadas prendas en tu manoya nada significan.
No volverá el fulgor de la mañanaa ser amor sagrado;te golpea la luz fría del tiempoy deja ver tus lágrimas.Vino y se fue. Tal vez lloraste un pocoy olvidaste después.Pero el que sonriendo te dejó,no te ha olvidado nunca.
R. L. Stevenson en Poemas
Traducción de Carlos Pujol.