Curso de croquetas y canalones en Aula Gastronómica

Aula Gastronómica
(Aula Catedral)
c/ Sagristans, 5 
08002 Barcelona
Tel: 93 301 19 44


Estas Navidades pasadas fueron muy productivas. Además del taller de Navidad con Lolita Bakery me apunté al curso de croquetas y canalones que ofrecía Aula Gastronómica de Barcelona. Me apunté con una amiga, cocinillas también, y aquella noche nos dedicamos a escuchar con atención los trucos y pasos a seguir en la buena elaboración de croquetas y canalones.

Alguien podría pensar que se tratan de dos platos sencillos de cocinar y que no hace falta asistir a ningún curso para ello. Pero, después de haber asistido a estas clases, me he dado cuenta de que el mundo de la cocina es más que amplio y que, con imaginación, no hay límites para nada. 


Éramos un grupo no muy grande de personas. Nada más llegar, nos lavamos las manos y nos colocamos un delantal. Todos estábamos dispuestos a ensuciárnoslos.

Las instalaciones de Aula Gastronómica se encuentran delante de la Catedral. La sala donde realizamos el curso tiene una gran mesa desde donde los asistentes pueden ver perfectamente al profesor cómo explica y prepara los platos. Un espejo sobre la cocina ayuda a ver perfectamente cómo se maneja el señor cocinero en su cocina.



El curso duró unas dos horas y media, pero el tiempo dio mucho de sí porque conseguimos hacer unos seis platos diferentes. El profesor tenía avanzada la faena en algunos casos pero la mayoría de pasos de las recetas los pudimos hacer nosotros.

Al finalizar los platos, pusimos la mesa nosotros mismos y nos aposentamos en los bancos para degustar cómo habían quedado nuestros hijitos. Fue como una especie de menú degustación pero basado en croquetas y canalones. Todo regado con vino y agua incluido en el precio del curso (35 euros)



Todavía no he practicado con lo que aprendí aquel día pero tengo en mente algunas invenciones de croquetas y canalones. Próximamente aquí ^_^.

Sopa de ajo


Con este frío siberiano que dicen que está pasando por encima de nosotros, a una sólo le apetece cocinar y tomar sopitas. Una de las sopas más sencillas que comemos últimamente es la sopa de ajo. Y es que además de estar buenísima, también es una forma sencilla de darle solución a ese pan duro que se nos queda día a día en la cocina.

Y nada de asustarse porque se llame sopa de ajo, el ajo se saca al final y lo único que le da es un toque.

La receta está sacada del libro 1080 Recetas de Cocina de Simone Ortega y dice así:

1/2 barra de pan del día anterior (de 1/4)
4 dientes de ajo
4 cucharadas soperas de aceite
1 cucharadita de pimentón
1 pastilla de caldo de pollo
1 1/2 l de agua
sal

Se corta la barra de pan en rebanadas finas. En una sartén se pone el aceite a calentar; cuando esté bien caliente se echan los dientes de ajo pelados y se refríen bien hasta que se doren por completo. Se añade entonces el pan, dejando que se dore por completo. Cuando se le ha dado unas vueltas, se espolvorea con el pimentón removiendo bien todo con una cuchara de madera (cuidado con el pimentón que se quema fácilmente).

Se incorpora entonces el agua, la pastilla de caldo de pollo y un poco de sal y a fuego lento se deja cocer despacio unos 5min (contados a partir del momento que rompe el hervor). Se quitan los ajos y se sirve.

Una última recomendación, que no aparece en el libro pero que a mí me parece imprescindible, es tomar esta sopa una vez reposada o al día siguiente. El pan absorbe todo el sabor y está mucho más buena.

Lolita Bakery (Barcelona)

Lolita Bakery
c/ Provença, 267
08008 Barcelona
93 310 36 76

Después de nuestra visita a Buenos Aires y el encontronazo, en el buen sentido de la palabra, con un millón de pastelerías y confiterías por toda esa ciudad, mi obsesión desde que volví a casa ha sido la de buscar las mejores pastelerías artesanas por la ciudad de Barcelona.

Coincidencias de la vida, una de las primeras pastelerías que visité al volver de nuestro viaje por tierras porteñas fue Lolita Bakery. Anteriormente ya había pasado infinidad de veces por su local en el Borne e incluso había tomado un café allí pero no fue hasta este pasado noviembre, en su local de la calle Provença, cuando conocí a Lolita Bakery realmente.

Fue una grata sorpresa saber que sus propietarias son nada más y nada menos que argentinas. Vicky, Carolina y Martina tienen raíces porteñas. Eso es muy buena señal teniendo en cuenta que los argentinos poseen muy buenas manos para los dulces. Sino pasen y admiren.







Sus pastelerías están llenas de verdaderas obras de arte porque al fin y al cabo todos sus pasteles y galletas llevan mucho trabajo y acaban convirtiéndose en arte. Seguramente la tienda llamé la atención por los cupcakes, que tan de moda están ahora, pero si vais por alguno de sus locales os recomiendo no fijarse sólo en eso.

En los dos locales tienen un rinconcito donde poderse tomar un café acompañado de un dulcecito. Lo más seguro es que como sigan así de bien acaben abriendo un rincón más grande donde sentarse y disfrutar de una linda y larga merienda. Es lo único que veo que les falta.



Y es que estas chicas no paran. Después del éxito que tuvo su taller de Navidad, para este febrero están preparando un curso especial San Valentín, muy similar al anterior en el que incorporan, además de sus exitosos cupcakes y galletas, el último hit del momento en la repostería: los whoppies

La duración será de aproximadamente 3 horas (¡ya os digo yo que se pasan volando!) y será un grupo reducido. Su precio es de 65 euros con todo el material y uno se puede llevar a casa todo lo que realice, ¡yo volví bien cargadita! Tenéis el teléfono en la cabecera del post...

Bun Bô Vietnam (Barcelona)

Bun Bô Vietnam
c/ Sagristans, 3
08002 Barcelona
Tel: 93 301 13 78



Seguimos con la búsqueda de restaurantes por Barcelona con menús de mediodía buenos y económicos. Sinceramente cuando me puse este objetivo no creí que iba a ser capaz de encontrar tantos sitios y tan rápidamente, creía que iba a serme más difícil. Las razones pueden ser varias. Lo más probable es que mis propios ojos me engañen; como ahora me fijo más, también veo más. Todo psicológico. Y otra posible causa, a estudiar con más detenimiento, sería la creciente oferta en menús como reclamo para ganar (o no perder) clientela durante estos días de crisis.

Pero dejémonos de filosofar.

Al restaurante Bun Bô Vietnam me llevó un amigo que suele acertar bastante cuando me lleva a algún sitio (siempre recordaré aquel día, Joan). Es muy céntrico porque se encuentra cerca de la catedral de Barcelona aunque está un pelín escondido en la calle Sagristans. Es entrar en el local y aquello es todo alegría: lamparitas, asientos con telas floreadas, macetitas e estanteías, cuadros con representaciones de dioses, farolillos de mil colores colgando del techo.. y un precioso triciclo que ocupa el puesto principal y se lleva todas las miradas.


Comimos el menú de mediodía. En la carta se ofrecen platos con raíces vietnamitas (señalados graciosamente con un dibujito de la cara de un vietnamita) y en el menú del día se mezclan con otros platos más mediterráneos.

Primeros:

- Rollito de verano. ¡Vaya nombre! ;) Llevaba arroz, gambas y lechuga y aunque pareciera delicado para comer estaba perfectamente enrollado y cortado. Servido frío con una salsa semejante a una salsa brava con leche de coco. Se me olvidó preguntar porque la salsa estaba realmente buena..


- Nem, rollito de cerdo con tofu y verduras. Servido caliente y con una salsa de soja. Crujiente y bueno también. 


Segundos:

- Arroz vegetal con langostinos. Arroz salteado con gambas, verduras y una suave salsa de pescado, servido con pan de gamba. Todas las verduras parecían muy frescas y estaban muy bien cocidas porque crujían pero estaban bien hechas.


- Wok de pollo. A base de fideos de arroz salteados con verduras y hierbas y salsa de soja. Más sabrosos que el arroz. Las raciones de los segundos platos eran grandes, sorprendente tratándose de un menú tan económico.


Postres:

- Crepe de plátano con chocolate. Un crepe muy sencillito aunque bien hecho.


- Helado de menta con chocolate. Buenísimo, refrescante e ideal para después de una comida tan especiada.

Precio por persona: 10€ incluyendo una bebida además de los platos. El precio se incrementa si el menú se toma en su terraza en a 11€. La verdad es que para verano estoy segura de que esa terraza tan cálida se debe llenar. Un buen menú si se está por el centro y uno quiere salirse de lo habitual para comer.

Tortilla de patatas con manzana

Hace ya tiempo que rondaba por mi cabeza la idea de cocinar una tortilla de patatas con algo de manzana. Siendo sincera diré que probé una vez una similar en el Racó d'en Toni pero aquella llevaba además beicon y costaba diferenciar el toque de la manzana.

Mi maridito y yo nos metimos el otro día en la cocina y mientras sus manos se dedicaron a las patatas, las mías se dedicaron a las manzanas. La idea era añadir unos trocitos de manzana a la típica tortilla de patatas; unos trocitos de manzana como los que lleva la tarta tatin. Ahí va la receta:

Tortilla de patatas con cebolla y manzana:

6 patatas grandes
2 manzanas grandes
1 cebolla
4 huevos
2 cda de azúcar
aceite de oliva

Cortamos las patatas para hacer la tortilla de patatas como siempre. Las limpiamos y las ponemos en una sartén con abundante aceite para ir preparándolas para la tortilla. De mientras, pelamos las manzanas y las cortamos en cachos de igual tamaño que las patatas anteriores. Ponemos en una sartén un par de cucharadas de azúcar y dejamos a fuego lento para que se caramelice (esto podemos modificarlo en función de lo dulce que queramos la manzana). Cuando empiece a estar líquido añadimos los trozos de manzana dejándolo todavía a fuego lento. Lo dejaremos hasta que veamos que los trocitos están blandos pero no se desmoronan completamente, aproximadamente unos 10-15 min.

Mezclamos con las patatas bien cocidas y previamente coladas para quitarle el exceso de aceite. Incorporamos toda la mezcla a una sartén antiadherente con un poco de aceite de oliva a fuego moderado y añadimos los huevos batidos. Dejamos que se haga y le damos la vuelta a la tortilla con la ayuda de la tapa de la sartén. Dejamos en el fuego hasta que veamos que está bien hecha.

Retirar y dejar enfriar un poco antes de servir.


El resultado de añadir manzana caramelizada a la tortilla de patatas es muy bueno, sobre todo si uno es amante de los contrastes. Quedó una tortilla dulce-salada que al día siguiente, estando fría, mejoró.

Restaurante 137 (Ushuaia, Argentina)

137 Pizza y Pasta
San Martín, 273
Ushuaia (Argentina)
Tel: (02901) 435005

Ya nos habían advertido sobre la calidad de la pasta que íbamos a encontrar por el país argentino. En Ushuaia, después de pasar el día de excursión por los Andes, el grupo entero decidió quedar para cenar en un restaurante de pasta y pizza que nos recomendó el guía de aquel día.

137 Pasta y Pizza se encuentra en la calle principal de Ushuaia, como la mayoría de comercios de esta ciudad. Es un local bastante grande, con sofás en las mesas de los lados y una pequeña barra para los camareros. Y tienen, pues lo que su nombre indica: pasta y pizza. He de decir que el servicio se estresó un poco porque aquella noche nos juntamos como unas quince personas y no supieron ubicarnos muy bien pero una vez pasó este percance, pedimos rápido y sirvieron rápido.



La mayoría de los asistentes a la cena pidieron para beber la cerveza artesana Beagle elaborada en el mismísimo Ushuaia. Existen tres tipos diferentes de cervezas de esta marca pero como no soy ninguna experta en ello explicaré solamente que el nombre se refiere al famoso canal Beagle que discurre entre las islas y la península de Tierra de Fuego.

Y a continuación algunos de los platos que pedimos. Todos y cada uno de los platos de pasta estuvieron a la altura de la expectativa, buena pasta, buen relleno y buena salsa. Las pizzas no estuvieron mal pero no fueron más bien mediocres.

En la carta había mucha variedad y creo que entre todos repetimos pocos platos. Mi plato (como no, tengo buen ojo ^_^), los raviolones rellenos de centolla con salsa de cuatro quesos, triunfó. Ya comenté aquí que la gastronomía de esta provincia se basa en la centolla y el cordero patagónico.


Raviolón de centolla a los cuatro quesos


Ñoquis blancos con salsa parisienne (salsa blanca, pollo, champiñón y jamón)


Raviolón de ricotta y nuez con salsa de hongos


Pizza cuatro quesos

Precio (por persona): $70 aproximadamente, que vienen a ser como un poco más de diez euros, con un plato único y bebida. Buena relación calidad precio. Sin duda, si uno está en Ushuaia y le apetece algo de pasta, el restaurante 137 es un buen sitio para ello.

Helados Melona

Pasear por el barrio chino de Buenos Aires y no probar nada hubiese sido un delito para nuestros paladares a los que tanto les gusta el sabor asiático. Podríamos haber probado cualquier plato o pincho que se nos ofrecía a la vista pero nuestro paseo fue a media mañana y los calores hicieron que eligiéramos un helado de melón como prueba de que aquel barrio es un barrio bien asiático.

El helado de palo que probamos pertenece a la marca de helados Melona. En el barrio chino porteño los vimos anunciados por todas partes y escuchando los elogios a este helado de nuestros amigos argentinos, al final acabamos cayendo ante sus pies. 


Con ese nombre nadie diría que estos helados son originarios de Corea del Sur. Melona es el distribuidor oficial de estos helados en Argentina. La distribuidora tiene muchos más helados (véase en la página web uno con sabor a sandía y uno con forma de pececito!) pero su helado más famoso es el Melona. 


Hay cuatro sabores: banana, mango, fresa y melón; este último es el más conocido y fue el que nosotros nos decidimos a probar. Simplemente buenísimo. si alguien espera encontrarse con un helado de hielo y poco sabor, se equivoca, es todo lo contrario: cremoso, sabroso y refrescante a la vez. El sabor a melón está conseguidísimo, aún lo recuerdo y se me cae la baba :-)................

Aquel día casi nos peleamos por quién se lo acababa. Menos mal que no existen este tipo de helados por Barcelona porque sino engulliría uno cada día después de comer.
Precio (unidad de helado): $4 que viene a ser unos 70 céntimos de €!!! Toda una ganga teniendo en cuenta lo bueno que llega a estar este helado. 

El barrio chino de Buenos Aires

Este lunes pasado se celebró el Año Nuevo Chino 2012 y por los medios de comunicación y redes se ha hablado mucho de ello. Seguramente los que sois de Barcelona habéis visto anuncios de ello o incluso alguna que otra fiesta. Para más info os dejo este enlace al blog Boarding Pass donde se explican todas las actividades relacionadas con ello.

Lo más probable es muchos hayáis oído hablar del barrio chino barcelonés (algún día hablaré de ello con detalle porque da para mucho), del barrio chino londinense o del famoso Chinatown de Nueva York. Pero creo que poquito se habla del barrio chino de Buenos Aires. En nuestra visita a esta maravillosa ciudad que tanto nos sorprendió, no nos olvidamos de pasear por las calles de este curioso barrio porteño. 





Este barrio nos recibió con una gran puerta. Ese fue nuestro inicio del recorrido. A partir de ahí no dejamos de hacer fotografías porque cada escaparate y cada tienda porque tenían mucho jugo. Nos encontramos con muchos locales de venta de productos ornamentales chinos pero también con muchos supermercados especializados en comida asiática

Y como no, como buena supermercadicta, tuve que entrar a uno de los numerosos supermercados para informarme bien de lo qué vendían. Quedamos asombrados de la infinidad de platos preparados que habían, sobre todo, de la variedad de rollos de makis, preparados para llevar a casa y cortárselos uno mismo. Pasen y observen. ¡Esto yo no lo he visto nunca en Barcelona!


Si viviera allí estoy segura de que probaría cada uno de los productos que vendían. Me dejó alucinada la sección de arroces, legumbres y frutos secos. Yo creo que tenían todos los tipos de arroz que existen en la gastronomía asiática.

Como no, la sección más transitada era la de pescados y mariscos. Es mundialmente conocida la fama que tienen los chinos de vender su pescado y marisco a precios más que competitivos. Ojipláticos nos quedamos con el tamaño de unas enormes almejas (¿de dónde serían?). No me atreví a fotografiarlas fuera a ser que me comieran ellas a mí en vez de yo a ellas ;-)




Vimos kilos y kilos de jengibre... ¡con lo que a mí me cuesta encontrarlo en el súper de mi barrio! En la mayoría de estos supermercados hay un puesto pequeño de comida rápida para hacer una pausa durante la compra de comida. Me parece una idea buenísima sobre todo para los que nos pasamos el día en el supermercado.


Pero los supermercados no son los únicos establecimientos donde se venden productos alimenticios asiáticos. Vimos panaderías especializadas donde uno puede adquirir los típicos bollos chinos rellenos, de todos los tipos y colores, y algún que otro dulce postre.


Por las calles de este barrio también hay montados varios puestecitos de comida rápida. En este caso no venden choripan (que hubiese sido lo normal tratándose de una calle de Buenos Aires) sino pinchos de pescado o carne con toques orientales. No probamos ninguno, preferimos tomar un helado Melona, originario de Corea del Sur. Pero de este helado ya hablaré en otro momento ;)

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