lunes, 24 de marzo de 2025

FAUSTO (1832), DE JOHAN WOLFGANG VON GOETHE Y DE FRIEDRICH WILHELM MURNAU (1926). PACTAR CON EL DIABLO.

La leyenda de Fausto remonta sus orígenes hasta el siglo XVI, basándose en un misterioso personaje que existió de verdad, del que se decía que era alquimista y mago, capaz de ejecutar todo tipo de prodigios gracias a su pacto con el diablo. La idea de pactar con el diablo es mucho más antigua y la encontramos por ejemplo en la crónica de San Cipriano, uno de los padres de la Iglesia. La idea que aparece al principio del libro, la apuesta entre Dios y el diablo respecto a la posibilidad de corromper a un hombre recto como Fausto ya aparece en el bíblico libro de Job. Pero en este caso no se va a atormentar al protagonista con todo tipo de males, sino que Mefistófeles va a tentarlo (tal y como Jesucristo fue tentado en el desierto) con los bienes más estimados por el hombre: conocimiento, amor y eterna juventud.

El Fausto que se nos representa al principio es un ser dual, aferrado a la existencia terrenal pero a la vez anhelante de conocer los secretos del más allá:

"Dos almas residen ¡ay! en mi pecho. Una de ellas pugna por separarse de la otra, la una, mediante órganos tenaces, se aferra al mundo en un rudo deleite amoroso, la otra se eleva violenta del polvo hacia las regiones de sublimes antepasados. ¡Oh! Si hay en el aire espíritus que se mueven reinando entre la tierra y el cielo, descended de las áureas nubes y conducidme lejos, a una nueva y variada vida. ¡Ah, si yo poseyera tan solo un manto mágico que me transportara a extrañas regiones, no lo cedería por las vestiduras más preciosas, ni por un manto real!"

Pero paradójicamente, después de una breve prueba es el amor el sentimiento que hace que Fausto caiga en la tentación. La plenitud física y de conocimiento que consigue gracias a los poderes oscuros le consiguen los bienes que todos anhelamos, lo cual no va a impedir que su breve historia amorosa con Margarita acabe en una inmensa tragedia, porque en cualquier caso la existencia del protagonista sigue sucediendo en un mundo en el que el mal se mueve a sus anchas. Pero la tragedia de Goethe es mucho más. Se trata de una obra inabarcable en la que se funden los mitos clásicos con las creencias religiosas y su desmesurada segunda parte asistimos a toda clase de acontecimientos grandiosos que ponen a prueba constantemente a unos lectores que siempre leen con mucho más agrado la primera parte de la obra, la más famosa y representable teatralmente. Según Cansinos Assens, uno de sus grandes lectores españoles, se trata de una obra literaria inconmensurable:

"Tiene su punto de partida en los Cielos y a ellos vuelve su curva gigantesca, después de abarcar toda la amplitud de la tierra y profundidad de la subtierra, medir la altitud de las montañas y sondear la hondura de los mares y cargarse de todo el légamo de la cultura y del mito que los hombres y el tiempo fueron acumulando."

La versión cinematográfica de Murnau es una adaptación realmente impresionante, una obra que lleva hasta el límite las posibilidades técnicas del cine de la época. Fausto contiene escenas míticas, como la de Mefistófeles envolviendo una ciudad con su oscuro manto para desencadenar la peste o la aparición de los cuatro jinetes del Apocalípsis. Imágenes inquietantes que han influido en obras posteriores. Pero el alma de la película es la actuación de Emil Jannings que se encuentra en su salsa interpretando al diabólico personaje, un rol en el que ofrece una gran variedad de recursos interpretativos.

P: 9

domingo, 23 de marzo de 2025

EL HOMBRE BICENTENARIO Y OTRAS HISTORIAS (1976), DE ISAAC ASIMOV Y DE CHRIS COLUMBUS (1999). EL ROBOT QUE QUISO SER HUMANO.

Los robots de Isaac Asimov son seres amables y al servicio del hombre, regidos por las famosas tres leyes que impiden hacer daño a un ser humano y obedecer a estos siempre que no se contravenga la primera ley. La tercera ley tiene que ver con la obligación de autoconservación del robot, siempre que esto no choque con las dos primeras. Andrew es un robot que empieza a servir a una familia y poco a poco su cerebro positrónico empieza a desarrollar una idea fija muy sorprendente: quiere convertirse en humano o al menos ir desarrollando características propias de los hombres. El hombre bicentenario transcurre durante muchas décadas y constituye una reflexión profunda acerca de lo que significa ser humano y si dicha condición es solo algo biológico o puede desarrollarse a través de un ser artificial. En última instancia su batalla no solo la entabla consigo mismo, intentando siempre adoptar características nuevas que lo acerquen a la humanidad, sino también se entabla desde el punto de vista judicial, buscando el reconocimiento legal a su condición, lo cual derivará en un sorpredente final que es muy coherente con la lógica del relato.

La adaptación de Chris Columbus es una versión muy fiel del clásico de Asimov, pero también está realizada con un enfoque familiar y algo lacrimógeno que le resta algo del impacto filosófico que debería tener el relato en la gran pantalla. Da la impresión es que aquí lo verdaderamente importante es aprovechar el impacto de una estrella como Robin Williams y no una reflexión profunda (la duración de la película daría para ello) sobre lo que significa ser humano y las pérdidas y ganancias que ello supone para Andrew.

Respecto al resto de relatos que componen el libro de Asimov, todos se desarrollan en el mismo universo donde están vigentes las leyes de la robótica. Destacan algunos como Razón, en el que lo robots que se encargan de gestionar una estación espacial desarrollan su propia religión partiendo de una lógica parecida a la que hizo surgir las religiones humanas, Lenny, en el que un robot defectuoso desata los instintos maternales de su cuidadora y Necrológica, una estupenda historia de viaje en el tiempo que deriva en la ejecución del crimen perfecto. Entre las curiosidad encontramos en varios relatos el concepto de Multivac, una especie de inteligencia artificial que va recopilando toda la información y sabiduría humanas para finalmente convertirse en una especie de Dios con capacidad de volver a recrear el universo cuando este se extinga.

sábado, 22 de marzo de 2025

LA EVASIÓN (1960), DE JACQUES BECKER.

Una de las mejores películas del cine francés es esta magistral crónica de la fuga de un grupo de presos que conviven en la misma celda. La historia está filmada con un grado de verosimilitud verdaderamente sorprendente, a lo que contribuye que Becker se decantara para filmarla por actores no profesionales. Lo que podría parecer monótono y aburrido, la narración de todos los pormenores y detalles de la preparación de la evasión están mostrados como algo muy interesante y tenso, puesto que las intenciones de los presos pueden ser descubiertas en cualquier momento. La presentación de los personajes, realizada de manera sencilla pero eficaz, también contribuye a que el espectador se identique con ellos y simpatice con sus planes. Becker consigue grandes dosis de realismo con la utilización del sonido y los intentos de los prisioneros por evitar su propagación fuera de su celda. Pero lo verdaderamente magistral viene a partir de que los personajes consiguen acceder a las galerías subterráneas, escenas sombrías en las que casi podemos respirar el ambiente cerrado de esos espacios, hasta que un par de ellos en una de sus exploraciones consiguen asomarse al exterior a través de la tapa de una alcantarilla. Ese atisbo de libertad, esa tentación de salir corriendo y dejar atrás a los compañeros que permanecen en la celda a la espera es uno de los momentos más memorables de la historia del cine. La evasión es toda una lección de construcción de una historia plena de tensión y de humanismo con pocos medios.

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viernes, 21 de marzo de 2025

EL CASO ABEL TREM (2023), DE GÁBOR REISZ

Abel es un estudiante de secundaria que prepara un examen oral de historia. Durante el mismo se producirá un incidente, una mera anécdota, que él tratará de usar para justificar su suspenso. Se trata de un leve comentario que un profesor realiza acerca de su pin con la bandera de Hungría, pero que el alumno interpreta ante sus padres como el motivo de su fracaso. A partir de ahí la bola irá haciéndose más grande y el caso acabará convirtiéndose en un escándalo nacional que puede ser aprovechado por ciertos políticos en la nacionalista Hungría. Todo esto es aprovechado por una joven periodista con muy poca ética, que manipula los hechos para que tengan mayor relevancia. Mientras tanto un Abel abrumado, un adolescente que en lo único que piensa es en lo enamorado que está de una compañera, es incapaz de salir de su situación y tampoco aprovecharse de ella. El caso Abel Trem parte de una premisa muy interesante, pero al final es una película que se hace muy larga y no aprovecha su argumento para elaborar una crítica social verdaderamente consistente, ya que parece darle más importancia a la psicología de su protagonista que a las consecuencias de un escándalo que podría aclarse fácilmente si alguien tuviera interés en organizar una investigación independiente del mismo. En cualquier caso, se trata de una historia muy de nuestro tiempo, pues estos absurdos son siempre un bocado muy apetecible para las fuerzas ultras.

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MASH (1970), DE ROBERT ALTMAN.

Presunta comedia antibelicista, MASH se sitúa en la guerra de Corea queriendo hacer alusión a la Vietnam, que seguía disputándose en el momento del estreno de la película. El argumento sigue a un grupo de cirujanos en su labor diaria. No hay una trama elaborada ni personajes principales, aunque algunos cuenten con más protagonismo. Lo único que importa es mostrar una serie de anécdotas que dan lugar a un humor irreverente que se supone que está fuera de lugar en un contexto bélico. Pero MASH es una de las películas más sobrevaloradas de todos los tiempos. Su concepción del humor se asemeja más al cine español del destape que a nada que se pueda tener por sofisticado. Se trata de una obra realmente machista (esto no tendría por qué restar puntos a su calidad si tuviera algún sentido, pero aquí las bromas rezuman ranciedad y un mal gusto sorprendente) que parece más destinada a un público adolescente que al adulto. Además cuenta con una música machacona y unos efectos de sonido bastante vergonzantes cuando se quiere resaltar algún chiste. Que la película de Robert Altman fuera uno de los grandes éxitos de su tiempo es uno de los grandes misterios de la historia del cine, todavía más cuando dio lugar a una serie que también se convirtió en un éxito. El antibelicismo no se aprecia aquí por ningún lado, si acaso por el trato que se da a los heridos, que aparecen como simple material para que los personajes puedan soltar sus chistes malos.

P: 2

jueves, 20 de marzo de 2025

OPOSICIÓN (2025), DE SARA MESA. RUIDO ADMINISTRATIVO.

Ser funcionario es el gran sueño de un gran número de trabajadores y de empleados en España. Y no solo le sucede a los más jóvenes. Mucha gente muy madura sigue opositando en busca de una plaza que le otorgue estabilidad y un trabajo menos estresante en sus últimos años de vida laboral. La protagonista de Oposición llega a una Consejería como interina para cubrir temporalmente un puesto vacante. Parece ser, por lo que se intuye en una de las conversaciones que mantiene con sus compañeros que ha llegado allí con cierta facilidad, recién terminada su carrera, porque alguien ha movido los hilos adecuados. Quizá este es un fenómeno que tristemente se sigue produciendo. Pero lo más sangrante es que Sara, que así se llama la protagonista, carece de funciones en sus primeros meses como empleada pública. Sus aburridos días transcurren a la espera de que se ponga en funcionamiento un nuevo sistema de reclamaciones a la Consejería que ella deberá gestionar. Pero, mientras tanto, puede dedicar su tiempo a reflexionar acerca del lugar donde ha ido a parar y sobre las motivaciones de sus compañeros. Pero tampoco la carga de trabajo de Sara se incrementa demasiado cuando por fin se pone en marcha la aplicación. Apenas llegan reclamaciones de ciudadanos por esa vía, pese al dinero gastado en una campaña de promoción y a ella se le ocurre, de puro aburrimiento, empezar a inventarse reclamaciones, que envía desde su propio ordenador, a cual más grotesca. 

Oposición describe muy bien el ambiente funcionarial, tal y como se lo puede imaginar alguien que se encuentra fuera del mismo. Los fichajes en nombre del compañero, los largos desayunos, las escapadas para fumar en la prohibida terraza del último piso y las intrigas entre funcionarios por los más variados asuntos, que suele ser el tema de conversación estrella entre ellos. A nadie se le ocurriría renunciar a su cómoda situación y aunque se describe a gente muy trabajadora e implicada en mejorar la existencia de los ciudadanos, también abundan los expertos en el arte del escaqueo y los que directamente no parecen contar con función alguna, como el jefe de negociado que llega todas las mañanas y se encierra en su despacho misteriosamente sin relacionarse con nadie. La novela cuenta con un tono kafkiano muy apropiado a los ambientes que se están describiendo y la protagonista critica íntimamente los complejos procedimientos administrativos que podrían resolverse por vías más sencillas.

Lo único malo de Oposición es que se trata de una novela cuyo asunto principal se estira demasiado, aunque su último tercio resulta interesante por la intriga de saber cuál va a ser el destino de la protagonista. Una protagonista a la que todos los que la rodean no paran de repetir que tiene mucha suerte de haber ido a parar a esas oficinas, que debe consolidar su futuro aprobando una oposición para poder llevar esa vida sosegada - y aburrida, piensa ella - hasta su jubilación, evitando la crueldad del mundo laboral de fuera. Lo que sucede es que Sara no es una persona que no sabe integrarse (salvo la amistad que consigue con una compañera informática) y tampoco le entusiasma la idea de pasar el resto de sus días con esa rutina, por lo que, sin tener mucha conciencia de ello, se dedica a autosabotearse. Es de agradecer que aparezca una novela que describe el mundo laboral desde el punto de vista de los afortunados, de quienes poco tienen que temer a despidos, impagos u horas extras no retribuidas.

A PROPÓSITO DE SCHMIDT (2002), DE ALEXANDER PAYNE.

Rodada a mayor gloria de Jack Nicholson, A propósito de Schmidt nos ofrece la historia de una persona que acaba de jubilarse y tiene previsto salir de viaje con una caravana junto a su mujer. Pero su mujer muere repentinamente, por lo que, de pronto, su existencia deja de tener sentido. Nicholson interpreta muy bien a un tipo de personaje mucho más sosegado de lo que nos tiene acostumbrados, un señor maduro que se da cuenta de que su existencia fuera de las obligaciones laborales va a ser tan absurda como dentro de ellas. Así pues, después de unas patéticas visitas a su antiguo puesto de trabajo, emprende él solo el viaje que había planificado con su esposa, con el objetivo de llegar en caravana a la boda de su hija, cuyo prometido, por cierto, no es de su gusto. Todo esto lo va narrando el protagonista - que es un hombre con buenos sentimientos - en una serie de cartas que escribe a un niño que acaba de apadrinar en Tanzania, medio por el cual el espectador va enterándose de sus pensamientos más íntimos. A propósito de Schmidt es una película de tono agridulce que depende demasiado de su omnipresente protagonista, pero que se ve con agrado, ya que es capaz de transmitir en todo momento la frustración e impotencia de un hombre en el otoño de su vida.

P: 5