21 marzo, 2025

Las series inéditas destacadas de 2025: Parte 2

La nueva edición del Festival Séries Mania comienza esta noche con la ceremonia de apertura y la proyección de la producción francesa Carême (Apple tv+, 2025), una adaptación aventurera de la trayectoria del chef Antonin Carême durante el gobierno del emperador Napoleón Bonaparte. Una selección de 48 series forman parte de la programación del festival, procedentes de 19 países de los cuales dos participan por primera vez: Brasil y Argelia. El festival, que ofrece gratuitamente todas sus proyecciones y las conferencias y Masterclass, alcanzó la cifra de 98.000 espectadores el año pasado, convirtiendo a la ciudad de Lille en el centro de la industria audiovisual internacional, con unas jornadas profesionales muy destacadas que se celebran a partir del 25 de marzo en Séries Mania Forum. Como vamos a ofrecer crónicas a partir del lunes de las actividades más destacadas del festival y reseñas de buena parte de su programación, en esta introducción vamos a comentar solo la presencia española en Séries Mania '25. 

Cuatro series españolas forman parte de la programación: Querer* (Movistar Plus+, 2024), en la Competición Internacional y Celeste (Movistar Plus+, 2024) en la sección Panorama, que también es competitiva. Mientras que en sesiones especiales fuera de competición se presentarán Los años nuevos (Movistar Plus+, 2024) y Mariliendre (atresplayer, 2025). Además, España también incluye series que aún se encuentran en desarrollo o producción, seleccionadas para los encuentros profesionales. Series Mania Buyers Upfront es un evento que se celebra por primera vez, exclusivo para compradores de primer nivel, que presenta proyecciones de diez series con un atractivo global, entre las que se ha seleccionado Fusión (Reykjavík Fusion) (AMC, 2025), una producción islandesa que cuenta con participación de la compañía española The Mediapro Studio, y ya ha sido pre-vendida a AMC Iberia. Entre los 15 proyectos que compiten en las Sesiones de Pitching Co-Pro, cuyo premio principal está dotado con 50.000 €, también está seleccionada la producción de Secuoya Studios The lottery Ticket (2025), una dramedia escrita por Carlos Vila sobre la disputa familiar en torno a un boleto de lotería. Como es habitual, durante Séries Mania Forum, se celebrará el showcase Coming Next from Spain, con algunos de los títulos más destacados para este año, organizado por Audiovisual From Spain, que también ofrecerá un desayuno-encuentro con productores españoles. Asimismo, Catalan Films y Catalunya Film Commission organizan un Networking Lunch donde se presentarán las producciones catalanas más destacadas y se lanzará la convocatoria Open Call del Serielizados Fest. La presencia española en Séries Mania se cierra con el Showcase Content organizado por ZDF Studios e Islas Canarias, en el que se presentará la serie Weiss y Morales (RTVE, 2025), un procedimental de cuatro episodios de 90 minutos cada uno, coproducido por las televisiones públicas ZDF y RTVE, que ha sido rodado en Gran Canaria por la productora Portocabo, y que protagoniza la investigadora de la BKA alemana Nina Weiss (Katia Fellin), colaborando en varios casos criminales con el sargento de la Guardia Civil Raúl Morales (Miguel Ángel Silvestre).  

Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series que destacamos y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.

Requiem for Selina

Miniserie | NRK | Noruega 2025 | 6x35' ★★★ 

Creada por Emmeline Berglund, Benjamin Berglund

Dirigida por Rikke Gregersen, Ole Sebastian Kåss

Séries Mania '25: Panorama Internacional


Una de las series que participa en Séries Mania es esta producción noruega que está centrando la conversación en su país después de su estreno el pasado fin de semana, en una presentación que tuvo lugar en una iglesia desacralizada en la que se representó el funeral de la protagonista. La historia de Requiem for Selina (NRK, 2025) se centra en el auge de los blogs rosas, que surgieron a principios de los años 2000, se desarrollaron gracias a la adquisición de algunos medios de comunicación que aumentaron su difusión, y posteriormente fueron sustituidos por las redes sociales y los pódcast. Las rosabloggers fueron las primeras influencers, y entre ellas en Noruega destacó la popularidad de Sophie Elise, carne de la prensa rosa, en la que está más que inspirada esta serie, tanto que ella misma firma como consultora de guión. Sophie Elise fue descrita en algunos medios como "la influencia más peligrosa para la juventud noruega", porque la publicidad de sus continuas operaciones estéticas promocionaba la superficialidad y el culto al cuerpo en el peor sentido de la palabra (recientemente se ha sometido a una nueva operación para reducir el tamaño de los pechos que se había aumentado en otras operaciones años atrás). De hecho, una de las anécdotas reales que cuenta la serie es que, el mismo día que cumplió 18 años, viajó a Turquía para realizarse su primera operación estética, que no salió tan bien como esperaba. Para los espectadores noruegos, por tanto, muchos de los relatos que se cuentan en la serie son reconocibles, y por tanto tienen una perspectiva diferente a la de los espectadores que no conocen la realidad que ha mantenido a Sophie Elise en una figura popular desde 2014 hasta la actualidad. Pero eso no es un obstáculo para reconocer en Requiem for Selina una serie de narrativa original, estéticamente apasionante, que sabe manejar un sentido del humor negro para, al mismo tiempo que satiriza el mundo de los influencers, extraer los aspectos trágicos de sus historias. La serie comienza cuando Celina Isabell (Elli Müller Osborne) es todavía una desconocida joven de 17 años que vive en un pequeño pueblo del Norte de Noruega (se cuenta que el acento norteño de la actriz es perfecto), y empieza a sufrir el acoso de sus compañeros cuando en su incipiente blog se inventa un personaje que dice haber tenido una relación sexual con el chico más popular del instituto que, por supuesto, tiene novia. Pero este acoso también la impulsa a refugiarse en un personaje semi-ficticio que se convertirá en la Selina del título. Convencida de que su destino es ser popular, decide someterse a una operación de aumento de pechos en Turquía en cuanto puede decidirlo por ella misma, y consigue una primera portada en revistas masculinas como FHM. 

La serie creada por Emmeline Berglund y escrita junto a su hermano Benjamin Berglund, ha tenido una trayectoria complicada. Primero fue un proyecto para TV2, uno de los canales escandinavos más destacados, que sin embargo rechazó el tono de humor negro que querían darle. Estuvo también a punto de convertirse en un proyecto de HBO Nordic, que se interesó en desarrollarlo, pero justo en el momento en que la reciente Warner Bros. Discovery decidió cerrar casi todas las oficinas de producción europeas de HBO, así que finalmente acabó en la televisión pública noruega. Evitando una narrativa cronológica, la estructura de Requiem for Selina pasa de dedicar episodios a momentos destacados de la trayectoria de la protagonista, a retroceder o adelantarse en el tiempo, como en Gi et lite pip (Da un pequeño silbido) (T1E3) que comienza con el final de la historia, cuando Selina representa su propio suicidio, que ya está anunciado en el título. Hay un tono irónico en el relato que hace ella misma como narradora, tan caótica a la hora de contar su propia historia como es su propia vida, cada vez más envuelta en operaciones, adicciones a las drogas y competitividad con otras blogueras del mundo rosa. Algunas de ellas representan a influencers reales de la vida social noruega, especialmente en el episodio Det tapte Atlantida (La Atlántida perdida) (T1E4), en el que compite con la popular Natalie (Mina Dale) y sobre todo con la estirada Linda (Ingrid Myhre Løvik). Pero es en su relación con el escritor Nikolaj (Pål Sverre Hagen), que representa una relación real que tuvo Sophie Elise con un conocido comediante noruego, en la que se muestran las verdaderas vulnerabilidades de la protagonista, a la que Elli Müller Osborne aporta una mezcla de inocencia tonta y soledad trágica. Los directores escogidos refuerzan la estructura de la serie, más comedia negra al principio, con Rikke Gregersen, que dirigió la miniserie Ida takes charges (Viaplay, 2022), también protagonizada por Elli Müller Osborne, y tomando el relevo por parte de Ole Sebastian Kåss, director de Bestia (Filmin, 2023), para una segunda parte más dramática

La propia Selina califica su historia como una tragedia, y hay incursiones en la salud mental, especialmente a través de un amigo de la infancia, Johan (Oliver Sletvold Andersen), que precisamente tiene ese final trágico que ella representa para sí misma. Pero también es capaz de utilizar este drama personal para ganarse el favor del público cuando participa en el concurso Star Dance, una especie de Mira quién baila (TVE, 2005-2014), una franquicia televisiva muy popular en la época. La serie tiene la capacidad de transmitir la superficialidad de ese mundo rosa al mismo tiempo que se siente conmovedora en la descripción de un personaje que asume el destino de su soledad, especialmente cuando se enfrenta a un embarazo que no quiere llevar adelante porque piensa que su hija sufrirá el mismo acoso que ella ha sufrido cuando se enfrente a las consecuencias de tenerla como madre. Es interesante cómo se refleja la manera en que el mundo editorial de escritores pretenciosos mira con desdén a un personaje que es atraído para que cuente su historia en un libro, como una intrusa intelectualmente inferior, para darse cuenta sin embargo que ese es el tipo de historias que los lectores quieren leer, convirtiendo su libro Norges farligste forbilde (El modelo más peligroso de Noruega) en un número uno de ventas. De manera que Selina consigue traspasar las barreras que la separan del reconocimiento como parte de la cultura popular en una sociedad que se rinde a su realidad falsa. Cuando Nikolaj la invita a bañarse desnudos en un lago, ella se niega porque una cosa es mostrar su cuerpo en Instagram falseando con maquillaje las cicatrices de las operaciones estéticas, y otra distinta es mostrarlo al natural. La serie se esfuerza en demostrar que, lejos de la idiotez superficial que se atribuye a las blogueras rosas, se esconden jóvenes que han sabido manejar auténticos negocios de éxito, empresarias de sus propias intimidades. El plano final que rompe la cuarta pared sugiere que la historia está contada por una narradora no fiable, y que quizás nos ha manipulado con un relato tan falso como el cuerpo que ha ido construyendo a lo largo del tiempo. Requiem for Selina ha sido adquirida por AMC Networks International Southern Europe para su estreno en España y Portugal.

Teherán

Temporada 3 | Kan 11/Apple tv+ | Israel, Estados Unidos, Grecia 2024 | 6x45' ★★★ 

Creada por Dana Eden, Maon Kohn, Omri Shenhar, Moshe Zonder

Dirigida por Daniel Syrkin


Después de algunos retrasos en la producción, la tercera temporada de la serie de espías más popular de la televisión israelí y una de las más exitosas a nivel internacional en Apple tv+, ha acabado estrenándose a principios de enero en Israel, aunque permanece sin fecha por parte de la plataforma norteamericana. El ataque terrorista del 7 de octubre de 2023 influyó en la agenda de estreno, a pesar de haber conseguido que el rodaje continuara durante la huelga de guionistas de Hollywood. Precisamente la conexión con ciertos acontecimientos de la realidad a través de las tensiones entre Irán e Israel, y el programa de armas nucleares del primero, era uno de los aspectos más interesantes de la serie. El descubrimiento real de que algunos agentes de inteligencia iraníes eran en realidad agentes encubiertos del Mossad israelí, se introdujo como uno de los elementos principales de una historia en la que las lealtades son frágiles debido a las decisiones de los propios servicios de inteligencia en contra de sus agentes, como vimos al final de la segunda temporada. Pero la percepción actual en torno a los conflictos armados, el genocidio de Gaza y las tensiones con Irán también han influido en el guión de la serie. A finales de 2023 el canal Kan 11 que emite Teherán (Apple tv+, 2020-) en Israel, pidió a los guionistas que cambiaran el comienzo de la cuarta temporada ya en producción, que se iniciaría con un ataque con misiles de Irán hacia territorios israelíes. De hecho, el estreno original previsto en abril de 2024 se suspendió por el ataque real de Irán contra Israel, como respuesta a la invasión del sur del Líbano por parte del régimen de Netanyahu. Cuando Apple tv+ compró los derechos de la primera temporada de una serie de espías en la que estaba implicado como co-creador y jefe de guionistas Moshe Zonder (1965, Israel), creador del éxito Fauda (Netflix, 2015-), no solo le dio una proyección internacional sino que se comprometió a co-financiar las siguientes temporadas, lo que permitió incorporar al reparto a estrellas de Hollywood: Glenn Close en la segunda temporada y Hugh Laurie en esta tercera. A lo largo de la historia, la hacker Tamar Rabinyan (Niv Sultan) trabaja para el Mossad infiltrándose en Teherán, su lugar de nacimiento, bajo una identidad falsa y enamorándose de Milad (Ahervin Alenabi), un joven opositor contra el régimen iraní, mientras les persigue el agente de la inteligencia Faraz Kamali (Shaun Toub), que tiene su propia historia personal. El final de la segunda temporada mostraba la traición del Mossad hacia Tamar, y es el punto de partida de una tercera temporada en la que la protagonista se encuentra en un terreno intermedio entre las agencias de inteligencia de ambos países, atrapada en la capital de Irán (en realidad, la serie se rueda en Grecia).  

La tercera temporada de Teherán ha sido recibida como decepcionante en Israel y de hecho la intención de mantenerse fiel a sí misma, pero al mismo tiempo tratar de permanecer en un terreno neutral en medio de conflictos internacionales reales, perjudica a la historia. Esto provoca que no pueda ser tan ambigua respecto a los servicios secretos israelíes como lo era en las temporadas anteriores, pero tampoco puede situarse en una posición demasiado sionista por la diferente percepción internacional hacia Israel después de los ataques que han destruido Gaza. De manera que la trama se hace más general en torno a la amenaza nuclear de Irán y el intento de los servicios de inteligencia de ambos países por hacerse con una cabeza nuclear que podría poner en peligro la seguridad nacional: la intención no es lanzar el ataque contra Israel, sino contra la propia Teherán. De esta forma, Tamar Rabinyan también debe situarse en un terreno más independiente, aunque la aparición de Nissan (Sasson Gabbay), un veterano agente del Mossad, la obliga a volver a colaborar con la agencia israelí, que está de nuevo liderada, como en la segunda temporada, por Yulia Magen (Sara von Schwarze). La incorporación del actor Sasson Gabbay, uno de los intérpretes de la serie Shtisel (Netflix, 2015-2021) y protagonista absoluto de su precuela Kugel (Yes tv, 2024), es una de las más interesantes de esta tercera temporada, porque consigue crear a un agente aparentemente inactivo, que puede ser despiadado pero que entabla una relación casi fraternal con Tamar Rabinyan. El otro lado está representado de nuevo por el oficial de la Guardia Revolucionaria iraní Faraz Kamali, que mantiene ciertas dudas sobre los procedimientos de su propio gobierno, y su esposa Nahid (Shila Ommi), que conecta con un refugio de mujeres que han huido del maltrato en sus hogares. La presencia internacional está representada por el actor británico Hugh Laurie interpretando a Eric Peterson, un inspector nuclear sudafricano que podría tener una agenda oculta. Aunque el guión trata de darle un trasfondo humano, sobre todo a través de la relación con su hija, es el personaje que se siente más forzado y plano, aunque adopte un papel central en los últimos episodios. A pesar de ello, Teherán sigue manteniendo el pulso de escenas de acción y de tensión constantes, cliffhangers continuos y cambios de rumbo en unos personajes cuyas lealtades tienden hacia uno u otro lado, dependiendo de sus intereses personales o de las posibilidades de extorsión que puedan utilizar sus enemigos. La caza de Faraz hacia Tamir sigue manteniendo la tensión, incluso cuando a veces tienen que colaborar juntos, y la ambigüedad se manifiesta también a través de Ramin Gamzi (Phoenix Ray), un empresario que mantiene cierto equilibrio entre el sentido de justicia y el beneficio económico. Con un perfil más internacional, Teherán se hace más convencional, pero mantiene el suspense en sus tramas cruzadas y sus persecuciones, mientras cada vez le resulta más difícil defender una cierta colaboración interna entre individuos de dos países enfrentados, a raíz de los acontecimientos reales que la rodean. 

Après la nuit

Miniserie | France Télévisions | Francia, Bélgica 2025 | 6x52' ★★★ 

Creada por Marine Gacem

Dirigida por Frank Steen


Estrenada el pasado 10 de marzo y todavía en emisión en el canal lineal France Télévisions, esta miniserie propone una mirada a cuatro mujeres que sufren el ataque de un violador en serie en la localidad costera de Les Saintes. Asaltadas por la noche dentro de sus propias casas, los minutos que duran las violaciones destruyen sin embargo la sensación de seguridad que proporciona el hogar, y transforma las vidas de estas mujeres, no solo por el trauma que provoca la agresión en sí, sino por la propia actitud de su entorno, que las victimiza doblemente. Stéphanie (Charlie Bruneau) es la dueña de un hotel de lujo que prefiere no denunciar la violación por temor a que perjudique la reputación de su familia, una de las más respetadas en la zona; Camille (Marie Mailla) es una joven estudiante de Bellas Artes que denuncia inmediatamente los hechos, pero a la que no le dan credibilidad debido a que las pruebas toxicológicas revelan que ha consumido alcohol y drogas; Nafissa (Myriam Bourguignon) es una fisioterapeuta soltera y su presencia activa en las aplicaciones de citas la convierte a los ojos de la policía en víctima de sus propios excesos; y la denuncia de la profesora de la escuela local Isabelle (Ludmilla Dabo), solo es admitida como agresión sexual porque no se consumó la violación. Que las agresiones sucedan en un entorno pequeño, donde todos se conocen, en la temporada baja que deja la localidad con sus habitantes permanentes, se convierte también en un elemento disuasorio que refuerza la vergüenza que sienten algunas de ellas por haber sido atacadas. Mientras la agente de la policía Karine Jablonski (Alice Daubelcour) comienza a sospechar que podría ser un violador en serie después de la segunda denuncia, su compañero Benoît Diagne (Jérémie Poppe) realiza interrogatorios incluso agresivos a algunas de las víctimas, sobre las que tiene dudas de la veracidad de sus denuncias. El regreso de Romain Novak (Raphaël Lenglet), un policía que se enfrenta a sus demonios internos refugiándose en el alcohol, dará sin embargo un impulso a la investigación, conforme aparecen más víctimas del agresor. Se ha criticado a la serie por incorporar demasiados clichés, pero este análisis no tiene en cuenta que los cuatro personajes femeninos son representaciones de diferentes realidades que pueden acompañar a las denunciantes de una violación. La negación de Stéphanie por la repercusión social, la impotencia de Camille por la pasividad de la policía, que no realiza pruebas de ADN a los habitantes masculinos de la zona "por ser demasiado costoso", la culpabilización que sufre Nafissa por tener una vida sexual promiscua, lo que parece convertirla en una mujer más susceptible de sufrir una violación, y una especie de condición de víctima de menor categoría para Isabelle, por el hecho de no haber sido físicamente violada, aunque el trauma que ha sufrido es igual de permanente. 

Hay también una incomprensión de las familias hacia la vergüenza que sufren las víctimas, recibiendo reproches por parte de la hija adolescente de Isabelle, Iris (Louise Marion) y del marido de Stéphanie, Diego Duval (Antoine Hamel) por no haber sido ellos los primeros a los que comunicaron el ataque sufrido. El trauma de la violación se reproduce a través de estas acusaciones que las revictimiza, pero también en los comentarios o preguntas sobre la falta de resistencia a la violación, que puede estar motivada por lo que en psiquiatría se denomina "estado de estupor", o simplemente como un mecanismo de autodefensa para evitar que se produzca mayor violencia. Aunque precisamente Isabelle, que sí reacciona dirigiéndose al violador y provocando que se marche, se convierte sin embargo en una víctima menor por no haber sido violada. La investigación de Après la nuit (France tv, 2025) no es lo más importante, aunque se intenta aportar ciertos giros de guión en torno a la identidad del violador, que parece estar conectado con algunas de sus víctimas. Y aunque el desenlace no es tan convincente como podría, en un episodio final algo deslavazado, tampoco es el elemento más destacable de una serie que pretende dar voz a las víctimas, en vez de centrarse en el culpable, y establecer diferentes dinámicas de confrontación que las perjudica doblemente. La comunidad de Les Saintes, representada a través de su alcalde, se niega a admitir que podría existir un violador en serie porque no es positivo para la respetabilidad turística de la zona. Y el trato que reciben las agredidas refleja las diferencias sociales: solo cuando Stéphanie, la víctima de buena familia, denuncia públicamente su agresión, es cuando se ponen en marcha realmente los mecanismos de investigación. Para presentar este punto de vista, la creadora Marine Gacem (1972, Francia), guionista del procedimental Chérif (Pluto TV, 2013-2019), utiliza los comentarios de las víctimas mirando hacia cámara, reflejando sus sentimientos respecto a lo que está sucediendo. Es un recurso interesante que no siempre funciona, sobre todo cuando se utiliza como respuesta directa a determinados acontecimientos, porque subraya demasiado el efecto dramático. Curiosamente, la serie está dirigida por Indra Siera (1972, Bélgica), pero firmando como Franck Steen, lo que explica en su página web: "A veces hay proyectos en los que trabajas con el corazón y el alma. Pero a lo largo del camino, las ambiciones y los gustos del cliente cambian en una dirección que tú, como creador, no puedes defender ni respaldar". Al usar este seudónimo, el director belga parece indicar que no apoya exactamente el resultado final de la serie, concluyendo: "Franck Steen es Indra Siera, pero como un soldado leal, que ejecuta todas las órdenes creativas superiores sin cuestionarlas". A pesar de algunas deficiencias, Après la nuit es una serie contundente que habla de la violación desde el punto de vista de las agredidas, y en este sentido puede recordar a la miniserie Creedme (Netflix, 2019), que también reflejaba cómo las denunciantes de una agresión sexual deben demostrar su respetabilidad para defender su credibilidad como víctimas.

Joseph

Temporada 1 | TF1 | Francia 2025 | 6x52' ★★★ 

Creada por Lucien Jean-Baptiste, Sébastien Mounier

Dirigida por Lucien Jean-Baptiste


El éxito de los procedimentales en Francia ha vuelto a demostrarse con el estreno reciente de esta nueva comedia policíaca que se une al buen momento que vive este género, por otro lado muy clásico en la industria audiovisual francesa. Que la clausura del festival Séries Mania este año se produzca con la quinta temporada de ACI: Alta Capacidad Intelectual (Antena 3, 2021-), de la que en España solo se ha estrenado hasta la tercera, no se trata de una casualidad, porque de hecho es una serie que cada año reúne en el festival, que ha presentado todas sus temporadas, a un gran número de seguidores. La característica principal de los procedimentales franceses está en el tono de comedia y en la peculiaridad de sus protagonistas: si Mademoiselle Holmes (Cosmo, 2024), que acaba de estrenar su segunda temporada, es la bisnieta francesa de Sherlock Holmes con una especial capacidad de deducción, Panda (Cosmo, 2023-) es un hippie extrovertido y Candice Renoir (AXN, 2013-) compagina su trabajo como detective con su faceta de madre divorciada de cuatro hijos, el nuevo investigador que protagoniza Joseph (TF1, 2025) es un policía originario de Martinica que tiene un aire despistado y se entromete en los alrededores del lugar donde investiga un crimen. Su creador, director y protagonista es Lucien Jean-Baptiste (1964, Martinica), muy popular por su personaje principal en el procedimental judicial Munch (TF1, 2016-2021) y al que hemos visto en la miniserie Las senderistas (Sundance TV, 2024). La media de audiencia de los seis episodios emitidos en el canal lineal de TF1 es de un 20% de share (3.700.000 espectadores), convirtiéndose en líder de los jueves, lo que consolida el éxito de la propuesta. Y eso que no ofrece, de manera consciente, nada nuevo, sino que se apoya narrativamente en un planteamiento muy reconocible: reproducir la estructura y la personalidad del detective Colombo (Prime Video, 1971-1978), una influencia que está reconocida por Lucien Jean-Baptiste, lo que la sitúa asimismo en la línea de Elsbeth (Movistar Plus+, 2024-), que también es una reproducción del tipo de personaje y de la estructura narrativa de la clásica serie protagonizada por Peter Falk. De manera que en cada episodio vemos al culpable cometer el crimen y a lo largo del desarrollo de éste, el investigador Joseph (Lucien Jean-Baptiste) se introduce en un entorno en el que no encaja demasiado y asistimos al procedimiento que sigue para acabar resolviendo el caso, que generalmente consiste en observar, inmiscuirse y mantener conversaciones aparentemente banales, pero que le ofrecen pistas sobre lo sucedido. 

Esta estructura también permite a la serie incorporar en cada episodio a un actor o actriz conocido, una especie de estrella invitada: en Plat signature (Plato estrella) (T1E1), Dounia Coesens, protagonista de otra comedia procedimental francesa estrenada recientemente, Tom y Lola (AXN, 2024-), interpreta a una chef que asesina a su mentor cuando éste la amenaza con desvelar un secreto, mientras que en Au large (En alta mar) (T1E2), el conocido actor Jean-Marc Barr incorpora a un adinerado patrón de barco que mata accidentalmente a su yerno cuando tiene una discusión debido a sus infidelidades. El policía Joseph se introduce en estos mundos de la alta cocina, la navegación de lujo o el deporte del golf en Trou numéro 15 (Hoyo número 15) (T1E3), con Alice Taglioni como invitada especial, que están muy alejados de su propia vida. Mientras que Colombo solía mencionar a su esposa, en el caso de Joseph, podemos ver la vida privada algo caótica del protagonista: está en pleno proceso de divorcio, tiene un hijo adolescente con el que no siempre sabe cómo relacionarse y, sobre todo, una madre (Firmine Richard) que se roba todas las escenas en las que aparece, como cuando Joseph la invita a una degustación de haute cuisine y le presentan un plato de ingredientes deconstruidos: "Pues los hubiera preferido cuando estaban construidos", comenta ella. La serie ha sido creada por el protagonista y director junto a Sébastien Mounier, que colabora con el actor desde el éxito de la comedia familiar Hasta tiene tus ojos (Lucien Jean-Baptiste, 2016), que se convirtió en la serie Il a déjà tes yeux (France 2, 2020). Es interesante el tratamiento musical que realiza el compositor Erwann Kermorvant (1972, Francia), colaborador del director Oliver Marchal en películas como Bastion 36 (2025) y que esta semana ofrece una Masterclass en el Festival de Cine y Música de Marsella. Porque, aunque se trata de una comedia procedimental, en la música predomina el tono de thriller dramático, con la relevancia de los instrumentos de cuerda en temas que adoptan la tonalidad de Jerry Goldsmith para Instinto básico (Paul Verhoeven, 1992), como el espléndido "Le mariage sanglant" en el episodio Jusqu'à ce que la mort nous sépare (Hasta que la muerte nos separe) (T1E4), en el que Diane Di Baggio (Alice Pol) es una planificadora de bodas a la que un antiguo amante amenaza con revelar un secreto del pasado. Aunque es cierto que la resolución de los casos es generalmente poco ingeniosa, pero tampoco es que en Elsbeth sea demasiado compleja, este nuevo procedimental francés utiliza los resortes habituales con eficacia y construye un personaje al que quizás le falta algo más de desarrollo para ser definitivamente más peculiar de lo que es. 

Uncivilized

Miniserie | ZDF | Alemania 2024 | 6x20' ★★★ 

Creada por Bilal Bahadir, Çağdaş Eren Yüksel

Dirigida por Bilal Bahadir

Grimme Preis '25: Mejor Serie Ficción


Ganadora de uno de los cinco premios de Ficción que conceden los Grimme-Preises, los galardones más prestigiosos de la televisión alemana, que se entregan en una ceremonia el 4 de abril, esta serie antológica presenta cinco historias diferentes que abordan los racismos cotidianos que sufren las comunidades de inmigrantes en Alemania. La inspiración y el título provienen del estallido de la guerra en Ucrania en 2022, cuando los discursos sobre la acogida de refugiados comenzaron a cambiar en Europa, y algunos medios de comunicación llegaron a referirse a los ucranianos que huían de la guerra como "inmigrantes civilizados". Surgió así un hashtag en redes sociales con el término #Uncivilized que se volvió viral, y que se preguntaba quiénes eran entonces los inmigrantes incivilizados, haciendo referencia a la mirada habitualmente menos condescendiente con determinadas comunidades. El cocreador de la serie, Bilal Bahadir (1983, Alemania), utiliza fechas significativas en las que se cometieron ataques terroristas para analizar de qué forma influyeron en la percepción de la sociedad alemana respecto a determinados grupos de emigrantes de segunda generación, planteando cinco situaciones que ofrecen un debate sincero y destacado sobre los instrumentos de reacción hacia acontecimientos trágicos y la resonancia en determinadas comunidades. Hanau (T1E1) transcurre en la noche posterior a los tiroteos que se produjeron en 2020 por parte de un neonazi que dejó nueve fallecidos, además del perpetrador y su madre, encontrados muertos. El excelente documental Das Deutsche volk (Marcin Wierzchowski, 2025), que se estrenó en el Festival de Berlín, ofrece una visión muy clarificadora sobre las consecuencias en los años posteriores a través de los familiares de las víctimas. En el episodio, Can (Mücahit Altun) y un grupo de amigos pretenden celebrar que ha conseguido pasar un examen de formación, pero la noche en Colonia se volverá extraña. Primero, cuando se les niega la entrada en una discoteca a la que suelen ir porque han aumentado las restricciones debido al ataque terrorista, y posteriormente, cuando son acusados de un robo. Este episodio tiene influencias de la película Corto y con filo (Fatih Akin, 1998), que fue el debut del realizador alemán, con un cameo de uno de sus protagonistas. Hay otros episodios que, sin embargo, tienen mayor resonancia, especialmente Ukraine (T1E2), que está basado precisamente en el cambio de perspectiva que provocó la guerra de Ucrania, y está enfocado en una ciudadana alemana. Karla (Franziska Machens), impactada por las noticias de la guerra, ha decidido acoger a un refugiado, pero cuando debido a un error burocrático le asignan un joven sirio en vez de una mujer ucraniana como esperaba, surge la hipocresía real sobre las diferentes percepciones de los occidentales frente a quienes piden ayuda. 

El 11 de septiembre de 2001 es el catalizador de otro conflicto cuando en Nine Eleven (T1E3), Ahmad (Rasmi Mohammed Nasrallah), un joven estudiante de secundaria, se niega a guardar un minuto de silencio por las víctimas del ataque a las Torres Gemelas, argumentando que han muerto muchas más víctimas por la intervención de Estados Unidos en los países árabes y nadie ha guardado un minuto de silencio por ellos. Su negativa a disculparse pone a prueba la capacidad de la joven profesora Sahra (Seyneb Saleh) para servir como mediadora entre las consecuencias que esta actitud provoca en la familia de Ahmed y la escuela, sobre todo cuando otra de las profesoras defiende la expulsión inmediata del alumno. Mientras que en Charlie Hebdo (T1E4) el joven artista Kenan (Aram Arami) prepara una exposición que se celebra unos días después del ataque a la revista satírica francesa. Pero la presencia entre sus fotografías de caricaturas de Mahoma despierta la tensión entre sus propios amigos durante la inauguración de la exposición. El relato más contundente es el del último episodio, Stuttgarter Krawallnacht (La noche de los disturbios de Stuttgart) (T1E5), en el que una detención de rutina del vehículo en el que viajan Yasemin (Yasemin Çetincaya) y su hermano Zeyhun (Zejhun Demirov) muestra el comportamiento racista de un policía. A través de estas historias en las que se abre el debate hacia ambos lados, Uncivilized propone una realidad incómoda sobre actitudes cotidianas de racismo que sufren continuamente los descendientes de inmigrantes, enfocándose en los prejuicios y comportamientos defensivos surgidos de acontecimientos violentos, pero que convierten en sospechosos a quienes también son víctimas. Para demostrar que se trata de historias conectadas con la realidad, el episodio documental Ihre Story, meine Realität (Tu historia, mi realidad (T1E6) describe las experiencias con el racismo de tres alemanes, como el periodista Emran Feroz, quien comprobó que su origen afgano transformó la perspectiva de cómo se le percibía después del 11/S. Karim Fereidooni, profesor de didáctica de la educación en Ciencias Sociales en la Universidad del Ruhr de Bochum, comenta: "El racismo no comienza como un cóctel molotov que es arrojado contra la pared de una casa. El racismo comienza con el escepticismo. Provoca que nos miremos de una forma estereotipada. A mi me hace tener miedo de una persona de raza blanca porque lo he experimentado, y que los demás tengan miedo de mi cuando entro en una habitación, porque me perciben como un musulmán machista".  

Festmachen

Miniserie | NDR | Alemania 2024 | 5x25' ★★★ 

Creada y dirigida por Hilke Rönnfeldt

Grimme Preis '25: Mejor Serie Ficción


Otra de las series ganadoras de los Grimme Preis este año en la categoría de ficción es esta producción de formato corto creada y dirigida por Hilke Rönnfeldt (1987, Alemania), a partir de su propia experiencia trabajando, mientras estudiaba, como amarradora en el puerto de Bremen, y posteriormente como oficial de barco. La directora, que ganó el Leopardo de Oro en el Festival de Locarno por su cortometraje A study of empathy (2023), debuta en el formato de series con la historia de Malika (Salka Weber), una oficial que está a punto de ser ascendida como capitana. Pero en Chiefmädchen (La jefa) (T1E1) su superior, la capitana Lundgren (Sonja Richter) piensa que todavía no está preparada, sobre todo después de que un accidente haya puesto en peligro a parte de la tripulación. Le ofrece un trato que consiste en que dedique el verano a trabajar en el puerto de Bremen para volver a tener opción de embarcarse en un barco. Para Malika, la opción de ser relegada a un trabajo como amarradora supone cierta humillación, pero acepta el trato por necesidad. El trabajo en el puerto, sin embargo, está desprovisto de la jerarquía que se establece en alta mar, así que Malika debe adaptarse a una relación laboral horizontal que no está regida por los rangos. Mientras conoce más profundamente a sus compañeros de trabajo, también se da cuenta que sus años como oficial la han apartado de tener una vida social y relacionarse con las personas con las que trabaja. Aunque tiene algún enfrentamiento con Tümay (Meryem Ebru Öz), que se considera el macho alfa del grupo, Malika también se reencuentra con Enno (Nils Rovira-Muñoz), quien compartió los estudios de navegación con ella, pero se fue quedando atrás y finalmente acabó conformándose con la idea de no llegar a ser nunca capitán de barco. Sin embargo, Enno ha aceptado hasta dónde ha podido llegar y está contento con su trabajo como amarrador y su faceta como padre, sin aspirar a deseos inalcanzables. Dentro de la notable producción de series alemanas del año pasado, Festmachen (NDR, 2024) puede ser una propuesta más modesta, pero es una hermosa historia agridulce sobre cómo nos enfrentamos a nuestros trabajos y de qué manera las aspiraciones pueden suponer grandes sacrificios de vida. Mientras era oficial, la protagonista ha sido responsable de su tripulación las 24 horas de cada uno de los días de la semana, lo que al mismo tiempo la ha apartado de establecer un vínculo social con ellos. Y la cura de humildad que supone trabajar en un puerto, dentro de una labor profesional considerada menos relevante, también la preparan para afrontar mayores responsabilidades con otra perspectiva. 

La directora ofrece una descripción bastante minuciosa del trabajo en el puerto de los amarradores, que va más allá de amarrar y soltar los barcos que llegan y los que se van, sino que también tiene que ver con el mantenimiento constante de las instalaciones para que la actividad se lleve a cabo con eficacia. Pero se trata de un trabajo más relajado, que está marcado por largas horas de espera respecto a la llegada de los barcos, y que establece un ritmo completamente distinto al de alta mar. Hilke Rönnfeldt también establece desde el principio ese mundo cerrado en el que ha vivido Malika a través de planos que la colocan en espacios estrechos e interiores en Kollisionskurs (Curso de colisión) (T1E2), cuando ella trata con frialdad al resto de compañeros de la línea de amarre y éstos parecen dispuestos a echarla, lo que la obliga a cambiar de actitud para no perder el trato que la devolvería a su trabajo como oficial. Pero conforme se desarrolla la historia el entorno de Malika se amplía y se hace cada vez más exterior, mostrando la forma en que se involucra cada vez más en las relaciones personales con sus compañeros, especialmente después de un accidente en Kaltduscherin (Ducha fría) (T1E3), en el que comprueba el sentido de compañerismo que predomina en el grupo. Festmachen también establece las relaciones a través de diálogos escasos, marcando más las miradas o los gestos de los personajes, de manera que evita ser demasiado explicativa al mismo tiempo que es absolutamente expresiva, como en la hermosa escena en la que Malika y Magga (Nina Petri) se bañan en el embarcadero en Sunny-Side-Up (T1E4), tomándolas a ambas de espaldas. Puede parecer una historia más o menos tradicional sobre un personaje prepotente que se da cuenta progresivamente de que su actitud no es adecuada para una vida equilibrada y socialmente estable, pero la serie hace una buena labor en la descripción de las dinámicas de trabajo y las tensiones que las jerarquías provocan. 

A better place

Miniserie | ARD | Alemania, Francia 2025 | 8x45' ★★★ 

Creada por Alexander Lindh, Laurent Mercier

Dirigida por Anne Zohra Berrached, Konstantin Bock

Festival de Colonia '24: Top Ten TV


El debate sobre si las condenas a prisión son simplemente un castigo o también deben ser una herramienta para reintegrar a los condenados a la sociedad es uno de los más extendidos en países que gestionan el sistema penitenciario desde una perspectiva social, no económica como en Estados Unidos, donde las cárceles son simplemente un negocio más. Siguiendo esa reflexión, la miniserie A better place (WRD/Canal+, 2025) tiene un planteamiento interesante que imagina una ciudad ficticia alemana llamada Rheinstadt, en la que el alcalde Amir Kaan (Steven Sowah) establece como una de las líneas principales de su gestión el apoyo a una iniciativa llamada TRUST, una organización liderada por la criminóloga Petra Schach (Maria Hofstätter), que coordina un programa piloto: liberar a un centenar de presos para reintegrarlos en la sociedad a través de un seguimiento personalizado. La idea es que la mayor parte de los condenados necesitan solamente un entorno más adecuado para no volver a caer en los delitos que cometieron, aunque esto plantea rápidamente dos problemas: uno hace referencia a si la sociedad está preparada para aceptar a estas personas que no han cumplido las condenas en su totalidad, y el más importante tiene relación con la reacción de los familiares o víctimas de sus delitos. ¿Puede una mujer violada aceptar que el perpetrador lleve una vida normal? La serie trata de colocarse en diferentes perspectivas, desde la política hasta la humana, acompañando a los liberados que tratan de reintegrarse, pero también a las víctimas que no están de acuerdo con esta medida, aunque el programa también tiene en cuenta una iniciativa de apoyo psicológico que permita reunir a culpables y víctimas. La iniciativa sigue las tesis del filósofo Michel Foucault (1926-1984, Francia), que estudió las cárceles desde la perspectiva de su papel reintegrador, considerando que estaban ideadas como un sistema de poder y control sobre los individuos, más que como una herramienta disciplinaria. Según el filósofo, la mayor parte de la delincuencia tiene relación con las circunstancias sociales en las que viven los criminales, y por tanto, pueden ser reinsertados modificando ese entorno social. Pero la serie también plantea la dificultad de hacerlo, como en el caso de Nader Massad (Youness Abbaz), un joven que acaba de ser liberado y comienza a trabajar en un concesionario de coches, pero cuya hermana Yara (Aysima Ergün) sigue involucrada en negocios de trapicheos de drogas, lo que acaba, inevitablemente, salpicándole a él. Otro de los liberados es Mark Blum (Johannes Kienast), condenado por atropellar a una joven y huir, quien trata de volver a una vida en familia, aunque la relación con su esposa Eva (Katharina Schüttler), una trabajadora social de TRUST, se ha enfriado debido al tiempo en prisión, y la reacción de sus dos hijos es muy diferente: mientras Niki (Dylan Blake Mendoza) está contento con su regreso, Alina (Miri Sommer) ya se había acostumbrado a vivir sin su presencia. 

En el lado de las víctimas, Nesrin Gül (Alev Irmak) es la madre de un joven que fue asesinado por motivos racistas por Klaus Bäumer (Richard Sammel), uno de los liberados. En el episodio Böse Menschen gibt es nicht (No hay gente mala) (T1E2), aparte de sentir miedo físico por el hecho de cruzarse con el asesino de su hijo en la calle, ella inicia una campaña junto a otros familiares de víctimas en contra del programa TRUST, transmitiendo el dolor y el trauma que provoca en ellos la liberación de los presos. Conforme se desarrollan los episodios, A better place parece enfocarse en las complejidades de un sistema social que no permite que se establezcan este tipo de iniciativas porque la "confianza" que propugna el programa TRUST no se sostiene en una realidad. Cuando en Eure Freiheit ist unser Knast (Tu libertad es nuestra prisión) (T1E7) las acciones de protesta comienzan a hacer mella en la credibilidad política del alcalde, éste decide tranquilizar a los ciudadanos de Rheinstadt obligando a los presos liberados a llevar una pulsera telemática para controlar sus movimientos, por lo que la criminóloga Petra Schach le acusa de estar pervirtiendo el verdadero sentido del programa: en cierta manera, está volviendo a encarcelar a los presos. Quizás la serie tiene mejores planteamientos de reflexión que resultados satisfactorios en cuanto a cómo desarrolla las historias, a veces demasiado movidas por decisiones de los personajes que parecen dispositivos de guión para reproducir los conflictos. Pero abre tantas posibilidades para replantearse los beneficios y los perjuicios del actual sistema penitenciario y su verdadera función en la sociedad que resulta una de las más atractivas y estimulantes de esta temporada. En algunos momentos, cuando las protestas de los ciudadanos comienzan a hacerse más violentas, parece el retrato de una distopía que establece la difícil convivencia entre los derechos de unos y las reivindicaciones de otros. A better place ha sido creada por Alexander Lindh (1988, Alemania), guionista mitad alemán, mitad finlandés que también fue el responsable de la serie de dos temporadas MaPa (Joyn, 2020-2023), aquella mirada particular a la paternidad, y por Laurent Mercier (1967, Francia), uno de los guionistas de la miniserie La promesse (TF1, 2020). Enfocada con acierto en algunas historias individuales que tienen especial relevancia, A better place se pregunta cuál es el sentido de justicia en una sociedad que cada vez está menos alineada con la importancia de los derechos humanos. 


Mariliendre se estrena el 27 de abril en atresplayer.
Fusión y Requiem for Selina se estrenan próximamente en AMC. 
Weiss y Morales se estrena próximamente en RTVE. 
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Películas mencionadas:

Bastion 36 se puede ver en Netflix.
Instinto básico se puede ver en Filmin, Netflix y Tivify.
Corto y con filo se puede ver en Mubi. 

17 marzo, 2025

Las series inéditas destacadas de 2025: Parte 1

El Crossover Festival que se celebra entre el 24 y el 29 de marzo en San Sebastián, uno de los dos festivales que se organizan en el País Vasco dedicados a series, tiene un formato singular, como ya hemos comentado en otras ediciones. Está más enfocado en "pensar las series" que en las proyecciones, al contrario que Serielizados Fest o South International Series Festival, desarrollando sobre todo diálogos desde una perspectiva de análisis, no industrial como Iberseries & Platino Industria o Conecta Fiction & Entertainment. En su 8ª edición, Crossover Festival se centra en la producción de series españolas, con proyecciones y coloquios sobre series ya estrenadas como La promesa (RTVE, 2023-) y La vida breve (Movistar Plus+, 2025), pero ofreciendo el primer episodio de dos estrenos: la nueva docuserie true crime de Carles Porta, La caza del solitario (Movistar Plus+, 2025), y la esperada Mariliendre (atresplayer, 2025), después de clausurar el Festival de Málaga y proyectarse en Séries Mania. Las proyecciones estarán acompañadas de sus responsables: Carles Porta y Jorge Ortiz por la primera, y Javier Ferreiro, Omar Ayuso y Martín Urrutia por la segunda. También se presentará la miniserie Las hijas de la criada (atresplayer, 2025), basada en la novela de Sonsoles Ónega, con la presencia de la escritora junto a Irene Rodríguez y Menna Fité, y un coloquio sobre la representación de la mujer en la ficción, con la intervención de la actriz Ane Gabarain y las periodistas María Guerra y Mariola Cubells. Se ofrecerá un homenaje a David Lynch con la proyección del episodio piloto de Twin Peaks (SkyShowtime, 1990), junto a un coloquio entre Nacho Vigalondo y Borja Crespo. Y en la programación no faltan algunos de los clásicos de Crossover Festival: la batalla de series, la Cosecha del 25 y Series Gourmet, que en esta ocasión tiene como invitados al creador Diego San José, que acaba de estrenar Su Majestad (Prime Video, 2025) y el actor Arturo Valls. 
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En el terreno internacional, se dieron a conocer las nominaciones de los Premios Platino del Cine y la Televisión Iberoamericanos, que se entregarán en Madrid el 27 de abril. En las categorías de cine, la española La infiltrada (Arantxa Echevarría, 2024) ha conseguido el mayor número de nominaciones, once en total, seguida de la producción argentina El jockey (Luis Ortega, 2024), con nueve nominaciones. La presencia española es menos contundente en las seis categorías de televisión, donde solo están nominados como intérpretes Alberto San Juan por Cristóbal Balenciaga (Disney+, 2024), Candela Peña por El caso Asunta (Netflix, 2024) y Carmen Maura por Tierra de mujeres (Apple tv+, 2024). Resulta curioso que algunas series premiadas como Querer (Movistar Plus+, 2024) y Los años nuevos (Movistar Plus+, 2024), que pasaron el corte de la shortlist, no hayan sido reconocidas, pero las nominaciones de los Platino han destacado el esfuerzo de las grandes producciones latinoamericanas del año pasado, aunque con resultados bastante irregulares: la colombiana Cien años de soledad (Netflix, 2024) con ocho nominaciones; el biopic brasileño Senna (Netflix, 2024), con cuatro nominaciones; y la mexicana Como agua para chocolate (Max, 2024) y la brasileña Ciudad de Dios (Max, 2024) con tres nominaciones cada una. Entre estas producciones se han repartido muchas categorías, dejando espacio para la comedia argentina Envidiosa (Netflix, 2024-), por la que está nominado el actor Benjamín Vicuña, y la producción mexicana El secreto del río (Netflix, 2024), con dos nominaciones, una de ellas para la joven actriz de 13 años Frida Sofía Cruz Salinas, que interpreta el personaje de Manuel cuando era niño. 

Esta semana presentamos dos repasos a series internacionales, antes de comenzar nuestras crónicas del Festival Séries Mania, destacando algunos de los estrenos recientes en países como Francia, Alemania, Reino Unido, Irlanda y Australia. 

Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series que destacamos y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.

Nismet

Miniserie | Arte France | Francia 2024 | 4x45' ★★★ 

Creada por Nismet Hrehorchuk, Philippe Faucon

Dirigida por Philippe Faucon

Festival de La Rochelle '24: Mejor Serie


El realizador Philippe Faucon (1958, Francia) es uno de esos directores respetados en el cine y la televisión franceses, con una perspectiva realista en la que se mezclan la adolescencia, la mirada de la mujer y la inmigración, en títulos como L'amour (1990), Samia (2000) o Fátima (2015), ganadora del César a la Mejor Película. En sus incursiones en el formato de series, trabajando sobre todo para el canal Arte, ha dirigido D'amour des révoltes (Arte, 2008), un retrato de la juventud desde finales de los sesenta hasta los años ochenta, marcado por las consecuencias de Mayo del 68, y Fiertés (Orgullo) (Arte, 2018), sobre la criminalización de la homosexualidad y la epidemia del SIDA. En cierto modo, los tres temas que comentamos antes se unen en Nismet (Arte, 2024), ganadora de uno de los premios principales del Festival de la Rochelle, en este caso Mejor Serie de 52 minutos, aunque en realidad los episodios están entre 36 y 42 minutos. Las otras dos ganadoras fueron Iris (Canal+, 2024) y Des gens bien ordinaires (Canal+, 2022-), de las que ya hemos hablado. La historia está basada en la experiencia real de Nismet Hrehorchuk, el relato de una adolescencia marcada por los abusos, pero también una historia de emancipación y de fuerza. La joven Nismet (Emma Boulanouar) tiene 16 años y vive en un apartamento situado en un suburbio de la ciudad de Lille, con su madre Najoua (Loubna Abidar), constantemente en estado depresivo y dependiente de las pastillas, y su nueva pareja Denis (Théo Costa-Marini). La relación entre la joven y el novio de su madre es muy tensa, sobre todo porque él aprovecha las ausencias de Najoua, que trabaja como prostituta, para iniciar acercamientos sexuales hacia Nismet. El director retrata el interior del apartamento como un espacio opresivo y pequeño en el que la protagonista se encuentra aprisionada y sin posibilidad de aislarse de los abusos de Denis, en contraste con la apertura de unas calles de avenidas anchas que representan la liberación de Nismet. Incapaz de soportar los abusos, ella decide huir de su casa hasta que la policía la detiene y es enviada a un centro de acogida. Aunque decide no denunciar a Denis para evitar las consecuencias que podría tener en su madre, expresa su intención de no querer regresar al apartamento, y una audiencia ante una jueza de menores decide, quizás de manera algo sorprendente, mantenerla alejada, como medida de protección, de una familia que parece no proporcionarle la seguridad que necesita.  

Con dos primeros episodios espléndidos que retratan el proceso de liberación de la protagonista sin caer en sensacionalismos (no necesita mostrar los abusos directamente sino que los sugiere), Nismet transmite la experiencia de una adolescencia que se ve perturbada por la violencia, y la fortaleza de una joven que decide tomar las riendas de su propia vida. Hay un estilo sobrio, de mirada realista que puede recordar a historias como La vida de Manon (Jean-Xavier de Lestrade, 2014), a través de la rebeldía de una joven. La co-guionista y protagonista de la historia real, Nismet Hrehorchuk, había interpretado un pequeño papel en la película Amin (Philippe Faucon, 2018), y decidió confiarle su historia al director, iniciando el proceso de desarrollo de esta miniserie. Aunque se pensó que ella misma interpretara a su madre, la idea se descartó después de la incorporación de la actriz Loubna Abidar, nominada al César por Much loved (Nabil Ayouch, 2016), que refleja de una manera precisa la vulnerabilidad de Najoua y posteriormente su conciencia de los abusos que Denis ha ejercido sobre su hija. Nismet Hrehorchuk aparece en la serie, pero en un papel secundario como Brigitte, la trabajadora de los servicios sociales que se convirtió en una segunda madre para ella, y le permitió acogerse a la emancipación jurídica, proporcionándole un apartamento hasta que cumpliera dieciocho años. Los dos episodios restantes reflejan la consolidación de esa independencia, a través de la cual madura como mujer mientras trata de conseguir dinero para ayudar a su madre, manteniendo dos trabajos paralelos: uno en la superficie, como asistente en una residencia de ancianos, y otro en el submundo, como bailarina de pole dance y striptease en un club nocturno. El primero le permite la visibilidad social y la posibilidad de disponer de un sueldo legal, mientras que el segundo le proporciona mayores ingresos, pero dentro de la economía sumergida. Hay un retrato demasiado buenista como para ser creíble en los entornos en los que se mueve la protagonista, sin conflictos en los centros de menores en los que ha estado e incluso respetada por el dueño del club en el que trabaja cuando se niega a cruzar el límite de la prostitución. En todo caso, Nismet refleja la negación del determinismo social, esa corriente de pensamiento que establece la imposibilidad de la libertad humana porque estamos sometidos a las presiones económicas y sociales que determinan nuestro destino. Interpretada con una especial sensibilidad por la actriz Emma Boulanouar, que transmite la fortaleza de una joven que construye su propio camino a través de la expresión de su perseverancia, ni ella ni la serie caen en el drama a pesar de experimentar una vida complicada. La serie crea el desenlace de la historia a través de la reconexión con su identidad, cuando regresa a Marruecos, el hogar de su madre, para descubrir a una familia con la que no había tenido conexión. Hay un mensaje de tenacidad en Nismet que acaba resultando esperanzador. 

A cruel love. The Ruth Ellis story

Miniserie | ITV | Reino Unido 2025 | 6x45' ★★★ 

Creada por Kelly Jones

Dirigida por Lee Haven Jones 


Se han estrenado recientemente en Gran Bretaña algunas historias, con mayor o menor fortuna, en las que predomina el impulso de mujeres que tratan de sobrevivir en entornos principalmente masculinizados, como la caótica y poco acertada Reinas del Soho (Movistar Plus+, 2025), que no sabe exactamente qué tipo de historia quiere ser. Todo lo contrario a lo que ocurre con la miniserie A cruel love. The Ruth Ellis story (ITV, 2025), porque se enfoca principalmente en Ruth Ellis, quien a los 28 años se convirtió en la última mujer ahorcada en Reino Unido, aunque posteriormente hubo otras tres condenas a muerte hasta que se introdujo una suspensión de la pena de muerte en 1965, dejando fuera a Irlanda del Norte, que no la abolió hasta 1973. Su historia ha sido contada en espléndidas películas como Bailar con un extraño (Mike Newell, 1985), protagonizada por Miranda Richardson, aunque el enfoque de esta miniserie creada por Kelly Jones, que ha trabajado en otras series como Inspector Venn (Britbox, 2021), también dirigida por Lee Haven Jones, prefiere centrarse más en el doble juicio al que fue sometida la condenada: el criminal y el moral, en una sociedad en la que los abusos cometidos por la víctima del asesinato y la posible implicación de otros cómplices no fueron tenidas en cuenta. La historia comienza en la mañana del día en el que Ruth Ellis (Lucy Boynton) fue ahorcada y retrocede a unos meses antes cuando ella dispara en plena calle a su amante David Blakely (Laurie Davidson), un crimen que no solo tuvo testigos sino que fue confesado por la propia autora, sin solicitar ningún tipo de defensa. El retrato de Ruth Ellis en el momento en que hace su aparición el abogado John Bickford (Toby Jones) es el de una mujer que asume su culpa y acepta el castigo, pero que tiene alguna posibilidad de reclamar el asesinato como un acto provocado, presentado como homicidio involuntario, aunque todo está en contra de ella, como le advierte John Bickford en el Episodio 1 (T1E1): "Usted representa todo lo que ellos temen: una mujer ambiciosa que no respeta la jerarquía de clases ni los límites sexuales. Para ellos, es una madre que ha abandonado a sus hijos. Ha usado todo para intentar progresar a costa de aquello que ellos más valoran, y no se lo perdonarán". Al adoptar este punto de vista, tomado del libro A Fine Day for a Hanging: The Ruth Ellis Story (2012), de la autora Carol Ann Lee, en el que se inspira, la historia proporciona una mirada mucho más compleja, sin evitar las contradicciones del personaje principal, cuyo relato sigue siendo controvertido en la actualidad, en torno a las circunstancias que rodearon la muerte de David Blakely, un hombre de clase alta sobre el que casi nadie realizó ningún tipo de cuestionamiento. Como le dice el periodista Jayveer Sethia (Advait Kottary) a Jacqueline Dyer (Audrey Brisson), una amiga de Ruth que puede tener alguna información importante: "Esto va más allá de ella. Se refiere a si el Estado debería enviar a la horca alegremente a personas, solo para descubrir más tarde que quizás no eran culpables. El gobierno está nervioso. Prometen ley y orden, pero los abolicionistas están llamando a sus puertas. ¿Contra quiénes irán después, contra los homosexuales, los abortistas?".

Una de las circunstancias más controvertidas es la posible implicación en el asesinato de Desmond Cussen (Mark Stanley), quien hasta su muerte en 1993 negó todo tipo de participación en el mismo. Expiloto de la RAF durante la 2ª Guerra Mundial, fue socio de Ruth Ellis en la gestión de un club nocturno, uno de los puntos en común con Reinas del Soho, al igual que el desarrollo de una historia que transcurre, en distintas épocas, justo después del final de una guerra mundial. Desmond se convierte en su segundo amante, prometiendo ser el salvador de la relación abusiva que mantiene con David Blakely, pero de alguna forma ejerce el mismo tipo de control sobre una mujer que acaba atrapada entre el abuso físico y la manipulación psicológica. En una representación muy clara de la doble moral de la justicia, no hubo ningún tipo de investigación en torno a Desmond Cussen, porque sería poco apropiado escudriñar la vida de un ex-piloto de bombarderos. Las escenas de flashback en las que Ruth Ellis tiene algunos momentos de alegría están bien filmadas, aunque hay cierta tendencia a usar primeros planos para mostrar la lucha interior de los personajes, subrayando demasiado el plano psicológico en los rostros de los actores. A pesar de que Lucy Boynton, que interpreta un personaje con tanta fortaleza como fragilidad, y Toby Jones, que se ha especializado en símbolos de la moralidad como el protagonista de Mr. Bates contra Correos (Movistar Plus+, 2024), saben aguantar bien esos planos. Hay un cierto aire trágico en la figura del abogado John Bickford, quien luchó en contra de su propia defendida por encontrar un resquicio para evitar la pena de muerte y que, se nos dice en los créditos finales, pasó el resto de su vida angustiado por su fracaso, hasta que murió alcoholizado en 1977. El Episodio 4 (T1E4) describe algunas posibles estrategias para liberar a Ruth Ellis de la muerte, no para crear suspense, puesto que conocemos el desenlace desde el primer minuto, sino para reflejar cómo el sistema judicial y político se negaron a permitir que hubiera una oportunidad de indulto para la condenada. "Estas últimas semanas han sido las mejores de mi vida", le dice Ruth Ellis a su carcelera Joy Okoro (Gloria Obianyo): "Sin gritos, sin peleas, sin hombres llamando a mi puerta en mitad de la noche. Me podría acostumbrar a esto". Compleja y clarificadora, A cruel love ofrece una perspectiva significativa de una historia llevada a la pantalla en numerosas ocasiones, y oculta una curiosidad relevante: el veterano actor Nigel Havers, protagonista de numerosos episodios de Coronation Street (ITV, 1960-) y al que hemos visto en películas como Carros de fuego (Hugh Hudson, 1981), interpreta a su propio abuelo, el juez que presidió el juicio contra Ruth Ellis. 

Crá (Torment)

Miniserie | TG4/BBC Northern Ireland | Irlanda, Reino Unido 2024 | 6x45' ★★★ 

Creada por Doireann Ní Chorragáin, Richie Conroy

Dirigida por Philip Doherty 

IFTA Awards '25: Nominada Mejor Serie 


Por razones diferentes, la incorporación de las lenguas tradicionales se está consolidando en las nuevas producciones que surgen desde sus propios lugares de origen, y posiblemente han conseguido más por la difusión del irlandés las irreverentes letras del grupo de hip-hop Kneecap y su incorporación a la industria cinematográfica en la película Kneecap (Rich Peppiatt, 2024) que muchas de las políticas de protección de la lengua que han realizado las administraciones públicas. Lo que es una buena lección para todos aquellos gobiernos regionales que no saben utilizar las herramientas adecuadas para que las lenguas originales no se pierdan: quizás no se trata tanto de imponerlas como de incorporarlas a la cultura popular. Es interesante que algunas series recientes como An t-Eilean (The island) (BBC Alba, 2025), que alcanza sin embargo resultados bastante mediocres en el desarrollo de su trama policíaca, o la más afortunada Crá (Torment) (TG4, 2024) estén abriendo un camino a la introducción del gaélico irlandés en la televisión pública británica. Esta última fue la primera serie programada en horario de prime time en la BBC a finales del año pasado, aunque se trata de una producción de TG4, un canal público irlandés que no solo transmite a nivel local, sino que está disponible a través de su plataforma de streaming para todo el mundo sin geobloqueo. No deja de ser significativo que, frente a una cierta convencionalidad oscura de los dramas criminales que suele producir RTÉ, la televisión pública de la República de Irlanda, la mejor serie de género negro que se ha estrenado recientemente provenga de este otro canal. Cuentan sus guionistas Doireann Ní Chorragáin y Richie Conroy que, frente a la tradicional incursión en un subgénero que tiene puntos de conexión con la tradición irlandesa como el es el nordic noir, ellos han querido crear una versión a la que denominan gaelic noir, que también se acerca a las historias personales que rodean a las tramas criminales, pero aportan un cierto sentido del humor negro muy característico de la zona. La historia se desarrolla en un pueblo ficticio situado en el condado de Donegal, formado por esos paisajes de acantilados rodeados de mar embravecido que parece responder a la amenaza de lluvia procedente de un cielo grisáceo y nublado, que podría ser la imagen característica que tenemos de Irlanda. Es un entorno que transmite de entrada esa melancolía que también tiene el protagonista Conall Ó Súilleabháin (Dónall Ó Héalai), un oficial de la Garda que es apartado de la investigación sobre un cadáver encontrado en medio de un pantano, porque podría ser su madre, desaparecida hace quince años. 

Por supuesto, Conall no permanecerá esperando el resultado de la investigación oficial y comenzará a realizar averiguaciones por su cuenta, una tarea nada fácil puesto que uno de los primeros sospechosos de la muerte violenta de su madre es su propio padre, Art (Barry McGovern), que alguna vez fue una figura relevante en el ficticio pueblo de Carrickanaul. Aunque no puede trabajar oficialmente en el caso, comienza a colaborar con una entrometida periodista amateur que pretende grabar un pódcast con su propia investigación paralela, Ciara-Kate (Hannah Brady), uno de esos clichés que la serie no consigue evitar. Ella tiene acceso a información privilegiada gracias a su relación sentimental con Barry (Alex Murphy), el agente de policía que ha tomado el relevo de Conall como enlace con los investigadores del caso. Por la información que facilita TG4, Crá se puede traducir como "tormento" o "angustia", de manera que el título establece ya un cierto tono de oscuridad que está reforzado por los imponentes paisajes grisáceos de Donegal, lo que presenta un trasfondo especialmente envolvente a una historia que tiene los giros de guión que toda trama policíaca actual debe tener, pero que no se sienten nunca demasiado forzados. Y consigue que incluso los falsos culpables tengan algún tipo de responsabilidad igualmente relevante, de forma que la línea divisoria entre víctimas y culpables está delimitada de una forma menos acentuada. La podcaster Ciara-Kate está descrita como una joven ambiciosa que utiliza algunas estrategias poco ortodoxas, lo que le permite conseguir información por delante de la que logra la policía. Incluso Conall, que atesora la carga del trauma por la desaparición de su madre y el descubrimiento quince años después de que fue asesinada, no es exactamente uno de esos personajes atormentados tan habituales últimamente, sino que utiliza un sentido del humor negro que alivia el peso dramático de la historia. El austero y accidentado paisaje de la Gaeltacht de Donegal tiene relevancia en la atmósfera de la serie, pero sobre todo juega un papel importante la música creada por el compositor bretón Christopher Le Menn, más conocido por su sobrenombre Krismenn. Utilizando instrumentaciones tradicionales como la gaita irlandesa de Xavier Boderiou o el violín de Thomas Felder, mezcladas con sonoridades electrónicas, crea una atmósfera etérea y al mismo tiempo misteriosa que se refuerza con la voz solista de Maela Le Badezet, consiguiendo una banda sonora que proporciona textura y a veces tiene resonancias de los thrillers de los años setenta ("Lazhet vi ganin"). Crá consigue distinguirse de muchos dramas policiales irlandeses, no solo por el predominio del gaélico en sus diálogos, que de hecho ni siquiera es la primera lengua para muchos de los actores que participan, sino porque logra establecer una historia familiar interesante alrededor de una trama criminal solvente. 

Brian and Maggie

Miniserie | Channel 4 | Reino Unido 2025 | 2x45' ★★★ 

Escrita por James Graham

Dirigida por Stephen Frears 


La figura de Margaret Thatcher fue tan polarizante que cuando murió en 2013 la canción "Ding-Dong! The witch is dead" (1939) de la película El mago de Oz (Victor Fleming, King Vidor, 1939) volvió a las listas de éxitos consiguiendo el puesto número 2, muy por encima de su respuesta musical, el tema "I'm in love with Margaret Thatcher" (1979), del grupo Notsensibles, cuyos seguidores solo pudieron lograr que llegara al puesto número 35. Sus relaciones personales en vida también fueron complejas y a veces contradictorias, hasta el punto que solo unas preguntas incómodas durante una entrevista en directo del periodista Brian Walden acabó con muchos años de buenas relaciones y cierta amistad entre ambos. Esta entrevista está considerada como uno de los grandes momentos históricos de la televisión británica, y sirve como tema principal de Brian and Maggie (Channel 4, 2025), que por su duración total podría ser un largometraje, pero a la que el guionista James Graham (1982, Inglaterra) le ha dado una estructura de dos episodios que tienen sentido como dos partes bien diferenciadas: la primera para presentar los antecedentes y la segunda para centrarse en la entrevista y sus consecuencias. Pero la miniserie dirigida por Stephen Frears (1941, Inglaterra) quiere dejar claro desde el principio que no pretende solo ser una crónica sobre la ruptura de una relación provocada por el compromiso con el periodismo, sino plantear una reflexión más profunda sobre cómo ha cambiado la comunicación entre políticos y periodistas desde aquel 1989. Las primeras imágenes de archivo recuerdan que en 1958 se produjo la primera entrevista política en la televisión británica, considerada como un paso adelante en la democracia. Que en los últimos años la profundidad y el enfoque de este tipo de entrevistas haya derivado hacia espacios en los que los políticos se encuentran cómodos, en medios de comunicación afines ideológicamente, lo deja claro el personaje Brian Walden (Steve Coogan) en el Episodio 2: "Nadie hace entrevistas largas ahora. Todo son tonterías de programas matutinos. Charlas agradables en el sofá, de cinco minutos de duración. Preguntas sin responder. Políticos escupiendo sus propias agendas". Palabras que pronuncia precisamente en 1989, cuando le proponen hacer una entrevista a Margaret Thatcher, a la que había entrevistado muchas veces. Los tiempos han cambiado tanto que en 2019 el entonces candidato Boris Johnson se negó a ser entrevistado en la BBC, como han hecho los líderes políticos tradicionalmente en Gran Bretaña, iniciando una nueva estrategia de comunicación: la incomparecencia. 

El guión de James Graham, responsable de series como Sherwood (Filmin, 2022-) y The way (Filmin, 2024), y de películas como Brexit (Toby Haynes, 2019), profundiza de nuevo en las consecuencias de la política económica de Margaret Thatcher que todavía se sienten en la sociedad inglesa, sobre todo en un primer episodio en el que establece los vínculos que unían a la primera ministra y al entrevistador, principalmente su educación en escuelas privadas y su privilegiada clase social. En uno de los primeros encuentros entre Brian Walden (Steve Coogan) y Margaret Thatcher (Harriet Walter), ella defiende la meritocracia como una característica común entre ambos, ascender profesionalmente a través de los logros personales, aunque sin tener en cuenta que posiblemente no todos tengan las mismas oportunidades de demostrar sus capacidades, mostrando claramente que una de las consecuencias de las políticas de la primera ministra conservadora fue la reafirmación de la diferencia de clases, un tema recurrente en las aproximaciones políticas de James Graham. También se apunta como origen de la buena relación entre ambos el hecho de que Brian Walden no era realmente periodista, sino que fue diputado del Parlamento en las filas del Partido Laborista durante unos años hasta que renunció a su acta para comenzar a trabajar en televisión, realizando ese tipo de entrevistas largas que ya no se hacen. Basándose en el libro Why is this Lying Bastard Lying to Me? (2023), de Rob Burley (1969, Inglaterra), que ha sido productor de televisión de programas políticos para BBC, la serie aborda la relación entre los dos protagonistas de una forma precisa y reflejando la decepción de Brian Walden por la influencia de la extrema izquierda en los laboristas, lo que le llevó a considerar su paso al partido conservador (llegó a escribir discursos para Margaret Thatcher). Steve Coogan se ha habituado en los últimos años a personajes reales complejos, como el abusador sexual Jimmy Savile en The reckoning (BBC, 2023), quien de hecho también tuvo un relación cercana con Margaret Thatcher. Y tiene esa capacidad para transformarse en el personaje sin dejar de parecer él mismo. Mientras que la elección de Harriet Walter como Margaret Thatcher puede parecer llamativa, porque no se parecen demasiado, pero la actriz a la que hemos visto en Succession (Max, 2018-2023) y Silo (Apple tv+, 2023-) logra hacer reconocible al personaje sin necesidad de impostaciones como otras actrices que la han interpretado. 

El segundo episodio transmite la progresiva soledad del poder, algo que también une a los dos protagonistas, con Brian Walden ya retirado de la televisión en 1986, decepcionado con la falta de interés por las entrevistas con profundidad, y la primera ministra cada vez más aislada dentro de su propio partido. "A la gente como nosotros no nos dejarían estar sin fuéramos débiles", dice Brian Walden cuando se le pregunta por qué Margaret Thatcher no reconoce sus errores. Durante la entrevista en el programa Weekend World, de ITV, al que regresó el entrevistador para un encuentro especial con la primera ministra. La renuncia del ministro de Hacienda Nigel Lawson (Ivan Kaye) por discrepancias con la líder del gobierno la dejó en una posición vulnerable y la entrevista debía ser un espacio cómodo en el que ella explicara su política pasando por encima de las desavenencias internas del partido, pero Brian Walden lo convirtió en el tema central de la entrevista, presionándola y mostrando una debilidad en Margaret Thatcher que ella consideró una traición. La veteranía de Stephen Frears consigue extraer la tensión del momento, las dudas de una dama de hierro incapaz de explicar sus decisiones. Brian and Maggie puede sentirse demasiado corta para su enfoque de temas generales más relevantes, quizás porque la entrevista entre Brian Walden y Margaret Thatcher es menos conocida que la que mantuvieron David Frost y Richard Nixon, mostrada en la película El desafío. Frost contra Nixon (Ron Howard, 2008) Pero plantea una interesante reflexión sobre el periodismo y su relación con la política, comparándola con los años en los que una entrevista no era una herramienta de promoción de un partido.   

Invisible boys

Miniserie | Stan | Australia 2025 | 10x30' ★★★ 

Creada por Nicholas Verso

Escrita por Allan Clarke, Declan Greene, Enoch Mailangi, Holden Sheppard, Nicholas Verso

Dirigida por Nicholas Verso


Adentrándose en la exploración del deseo sexual de cuatro jóvenes homosexuales en un pueblo remoto del desierto australiano, Geraldton, la novela Invisible boys (2019), del escritor Holden Sheppard (1988, Australia) ofrecía una representación de las dificultades de estos adolescentes para vivir su deseo y su sexualidad de una forma liberadora, sometidos a la homofobia de una comunidad pequeña y a la presión de sus familias para adoptar una masculinidad heteronormativa, obligados a mantenerse invisibles. La adaptación en formato de miniserie, que ha sido desarrollada por Nicholas Verso, director de la película Boys in the trees (2016), traslada la acción a 2017, el año en que se celebró el plebiscito para la aprobación del matrimonio igualitario en Australia, apoyado por el 62% de los ciudadanos que participaron en la consulta, y posteriormente convertido en ley en el parlamento. Pero al situar la historia en este contexto, la serie plantea una reflexión sobre hasta qué punto la aceptación de la diversidad sexual en las grandes ciudades es un espejismo que oculta la realidad de las pequeñas poblaciones en las que permanecen las dificultades para la aceptación de una sexualidad libre. Nicholas Verso se rodeó de una mesa de guionistas formada por autores que en algunos casos no habían participado en ninguna producción audiovisual, pero son reconocidos en diferentes facetas profesionales, como el dramaturgo Declan Greene o el escritor de novelas Allan Clarke. Y han realizado una adaptación que se toma numerosas licencias en relación con el relato original, pero manteniendo el núcleo y los protagonistas de la historia. Si algo consigue Invisible boys (Stan, 2025) es mostrar diferentes aproximaciones a la sexualidad representadas en estos cuatro personajes: Charlie Roth (Joseph Zada) es un joven rebelde que lidera la banda de música Cemetery Drive junto a sus amigos Bec (Jade Baynes) y Rocky, y pasa las tardes haciendo cruising en unos baños públicos, mientras en el instituto el Padre Mulroney (David Lyons), que es retratado de una manera menos antagonista que en la novela, le exige que se limpie el delineador de ojos. Pero cuando es descubierto en el armario de un hombre casado, su tendencia sexual se hace rápidamente demasiado pública. Hasta que en una noche particularmente complicada, se encuentra en un aparcamiento con Matt Jones (Joe Klocek), un joven granjero con el que comienza una relación sentimental que ya no se basa solo en el sexo. Por su parte, Zeke Calogero (Aydan Calafiore) es un buen estudiante que intenta ocultar el historial de su ordenador en el que busca las redes sociales de Hammer (Zach Blampied), un destacado jugador del equipo local, para masturbarse viendo sus fotografías. Aunque Hammer le acosa en la escuela, siente una atracción especial por él, sin saber que en realidad también oculta su homosexualidad. 

El retrato de las familias que realiza la serie es desolador, lo que refuerza en cierto modo el tono de melodrama del relato. El padre de Charlie falleció en un accidente cuando era niño y él mantiene una relación distante con su madre Nadine (Hayley McElhinney); Zeke se enfrenta a una familia religiosa formada por sus padres de origen italiano, Anna (Pia Miranda) y Sam (Vito De Francesco), para los que la homosexualidad es un pecado. Y Hammer está permanentemente controlado por su madre dominante Karla (Shareena Clanton), que parece obsesionada con su carrera deportiva, aunque encuentra cierto consuelo en su tia Doris (Elaine Crombie), quien solo necesita cierta observación para darse cuenta de que su sobrino tiene deseos sexuales muy alejados de los que quisiera su madre. Matt, por su parte, trata de salvar la granja familiar, enfrentándose al progresivo deterioro mental de su padre Luke (Warwick Jones), en constante estado de depresión. Con este panorama, Invisible boys podría parecer solamente una historia que incide en la representación melodramática de la homosexualidad que tanto se desarrolló hace unas décadas, pero el retrato de los personajes no se enfoca solo en la infelicidad de mantenerse invisibles en su entorno, sino que describe los momentos de satisfacción que provocan sus relaciones personales y determinadas actitudes de rebeldía, como la de Zeke en la boda de su hermano en Cake (T1E8). La historia habla también sobre la identidad, dedicando un prólogo en cada episodio a abordar los orígenes de los protagonistas, marcados en casi todos los casos por el predominio de la masculinidad: en la familia Calogero, solo los hombres tienen permitido recoger la cosecha de tomates cada año, mientras en el entorno de Hammer, de identidad indígena, él ha sido siempre considerado el macho alfa de la familia, el deportista que triunfará más allá del equipo local. El episodio The coming out ball (T1E6), se traslada a 1727 para contar uno de los relatos que forman parte de la Historia Queer de Australia cuando, antes incluso de la colonización británica, dos marineros adolescentes fueron declarados culpables de sodomía en el barco holandés Zeewijk, que había naufragado en lo que hoy se conoce como Isla Gun, frente a Geraldton. Ambos fueron condenados a muerte y exiliados a islas más pequeñas, sin comida ni agua. El historiador Edward Duyker describe su muerte como "probablemente lenta y dolorosa" en el libro The Dutch in Australia (Los holandeses en Australia) (1987). 

Marcada por algunos tropos de la representación homosexual, Invisible boys muestra con acierto los diferentes caminos de aceptación o negación, que experimentan cuatro personajes muy diferentes, en una historia juvenil que consigue transmitir indignación, pero también emoción y ternura a través de estas vidas adolescentes que se cruzan y de alguna forma encuentran seguridad formando una comunidad propia, como al final del episodio The coming out ball (T1E6), la única ocasión en la que vemos a los cuatro protagonistas juntos, después de una fiesta un tanto accidentada, el único momento en el que pueden ser ellos mismos. También es una historia que ofrece una visión de la homosexualidad desde un punto de vista muy masculina, en la que no hay espacio para otras comunidades, posiblemente por la propia experiencia personal del escritor Holden Sheppard. Tomando como principal influencia la película De cabeza (Ana Kokkinos, 2000), que está considerada como uno de los iconos del cine queer australiano, e introduciendo música de artistas LGTBIQA+, como la banda australiana Effigy, y grupos como Pansy Division, The B-52’s, Perfume Genius o Sigur Ros, Invisible boys es un relato juvenil de relaciones adolescentes, emocionante y profundo, sobre la necesidad de escapar de los entornos hostiles para aceptarse uno mismo. 

Schwarze früchte (Black fruit)

Temporada 1 | ARD | Alemania | 8x35' ★★★ 

Escrita por Lamin Leroy Gibba, Sophia Ayissi, Naomi Kelechi Odhiambo, Lisa Tracy Michalik

Dirigida por Elisha Smith-Leverock, David Ụzọchukwu

Festival de Tribeca '24: Sección Now

BFI Flare - Festival LGBTQIA+ de Londres '25: Sección Minds 


Estrenada en el Festival de Tribeca (Nueva York) y seleccionada para el festival BFI Flare (Londres) que se celebra desde esta semana, esta serie es una crónica sobre dos amigos queer en Hamburgo, una ciudad-estado que una semana después de los resultados de las elecciones generales en Alemania, celebró las únicas elecciones regionales de este año, manteniendo la mayoría socialdemócrata frente al auge de la ultraderecha. Ofrece una perspectiva singular del proceso de madurez de unos personajes que aparentemente han encontrado cierta estabilidad, pero cuyas circunstancias demuestran que es una realidad falsa. Lalo (Lamin Leroy Gibba) tiene una relación desde hace dos años con su novio Tobias (Nick Romeo Reimann), pero él nunca le ha presentado a su familia. Durante una cena en el primer episodio queda claro que el entorno familiar de su pareja es claramente racista, y la conversación cae en todos los tópicos y las preguntas posibles en torno a su raza. Esta mirada que asume realidades que tienen un marcado tono condescendiente está presente a lo largo de toda la serie, como cuando en el Episodio 3 (T1E3) Lalo tiene la oportunidad de presentar una instalación artística en una exposición colectiva de artistas negros, donde la coordinadora le dice: "Me interesa tu perspectiva africana", a lo que Lalo responde: "Bueno, en realidad nací y crecí en Alemania". Los orígenes de su familia en Gambia presuponen que debe tener determinadas inquietudes, como aprender la lengua original del país africano, aunque de hecho el idioma oficial es el inglés. Por su parte, Karla (Melodie Simina) es la mejor amiga de Lalo y tiene un buen trabajo en una empresa de inversión en la que ha recibido un ascenso, pero los comentarios entre sus compañeros adjudican esta promoción a un sistema de cuotas por el hecho de ser una mujer negra, y además su jefe está teniendo acercamientos poco apropiados. También se enfrenta a desafíos en su propio familia, cuando su hermana adolescente Lotta (Vanessa Yeboah) se ha quedado embarazada de su novio, Kojo (Thapelo Mashiane), al que prácticamente acaba de conocer. Creada por su protagonista, Lamin Leroy Gibba (1994, Alemania), Black fruit (ARD, 2024) sabe utilizar con habilidad los malentendidos para crear situaciones embarazosas que le proporcionan un toque irónico, y son el elemento de comedia peculiar que predomina en la serie. En el Episodio 5 (T1E5), Lalo y Karla reciben una invitación de su amiga de juventud Yvonne (Paula Kober), quien se marchó de Hamburgo y ahora vive en Rügen, debido a unos rumores que se propagaron en la escuela. No han hablado desde hace diez años y la intención de Yvonne es que se disculpen por lo que ocurrió, porque el responsable de los rumores no es exactamente quien ellos creían, creándose una de esas situaciones incómodas que provocan vergüenza ajena. 

En Alemania no es muy habitual encontrar series protagonizadas por personajes que abordan su raza y su sexualidad desde una perspectiva irónica, y en este sentido, más que las habituales referencias que se puedan encontrar respecto a dramedias más o menos clásicas, Black fruit se sitúa en la línea de series como Más o menos (Movistar Plus+, 2021-2024) o Soñando en negro (Filmin, 2023), con la que comparte esa representación de la negritud como orgullo, pero también como objeto de prejuicios. Aunque la historia solo aborda el tema racial de una manera esporádica, centrándose sobre todo en las meteduras de pata de un personaje principal que es bastante narcisista, pero también muy inseguro, y que tiene la necesidad de mantener vínculos con el pasado (los objetos de su padre, la amistad con Karla...), sin darse cuenta que le impiden mirar al presente. También puede recordar a la producción sueca Tore (Netflix, 2024), no solo por la mirada queer, sino por ese proceso de duelo mal asumido que lleva al protagonista a perder cierta perspectiva e incluso enfrentarse a sus amigos, después de la muerte de su padre. Hay una exploración muy conmovedora en el Episodio 7 (T1E7) de la infancia de Lalo y la relación actual con su madre Marion (Christine Rollar): "No quiero ser como soy ahora. Pero tengo la sensación de que siempre te estoy molestando", dice Lalo. A lo largo de la serie se tratan las relaciones de pareja, como cuando en el Episodio 6 (T1E6) se mencionan las relaciones abiertas después de que Lalo descubre que el novio de su amigo y galerista Bijan (Benjamin Radjaipour) está activo en las aplicaciones de citas. Pero se desarrolla en una noche en la que él mismo comienza a sentir celos porque su nueva pareja Joshua (Daniel Hernández) es demasiado cariñoso con su ex-novia. Que los dos directores de la serie, Elisha Smith-Leverock y David Ụzọchukwu (1998, Austria) provengan del mundo de la publicidad y la fotografía proporciona una estética cuidada y un uso de los espacios y el color que le da a la historia un aspecto visual especialmente atractivo. Pero la perspectiva también es relevante al contar con un equipo principalmente racializado y queer, especialmente en la sala de guionistas que escribió los episodios junto a Lamin Leroy Gibba, que hasta el momento no había abordado este formato. En el dossier de prensa de la serie, él habla de la autenticidad como un elemento esencial: "Creo que cuando cuentas historias muy específicas, con personajes contradictorios y complejos que tienen un cierto vocabulario y estilo, conectado con las realidades de vidas específicas, las historias tienen un gran potencial para ser auténticas". Black fruit se estrenó en Alemania el pasado otoño, coincidiendo con el estreno de Made in Germany (ARD, 2024), una serie antológica protagonizada por seis jóvenes de segunda generación de inmigrantes que aborda la identidad alemana desde la perspectiva de una juventud que tiene raíces en otros orígenes. Estas propuestas aportan una mirada distintiva a las historias que tradicionalmente se cuentan en las series alemanas, lo que las hace especialmente relevantes. 

El jockey se estrena en salas de cine el 30 de mayo.
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Películas mencionadas:

Fatima y Kneecap se pueden ver en Filmin.
Bailar con un extraño se puede ver en Acontra+, Filmin y Movistar Plus+. 
Carros de fuego se puede ver en Disney+, Filmin y Tivify.
El mago de Oz se puede ver en Max.
Brexit: Una guerra incivil y El desafío: Frost contra Nixon se pueden ver en Movistar Plus+. 
De cabeza se puede ver en Filmin y Prime Video.