viernes, 21 de marzo de 2025

ESTÁ DESAPARECIENDO LA REALIDAD

Enlazando con la publicación anterior: lo que el arte y la ciencia modernos anuncian, como dice Ortega, igual que “los humos de los hogares permiten presumir el viento que va a gobernar la jornada”[1], es la disolución del sentido de la realidad. Ya lo anunció Nietzsche; “No hay hechos, sólo interpretaciones”[2]. Dentro del mundo artístico, Picasso dijo en el mismo sentido, pero formulándolo a la contra: “Cualquier cosa que puedas imaginar es real”. Y respecto de la ciencia, dice Ortega: “Si conocen bien la física actual, sabrán que la materia también se le ha desvanecido al físico. El hecho de “los cuantos” revela que en un cierto instante el electrón no puede ser localizado en el espacio. Es decir, que se abre un vacío, un nada de materia, de espaciosidad. Esto es: que el mundo material se le ha desmaterializado al físico, y le queda sólo la duda cerca de él. Esta situación la expresa el lenguaje vulgar diciendo que “el hombre está en un mar de dudas”[3].



[1] Ortega y Gasset: “La deshumanización del arte”, O. C., Tº 3, p. 378.

[2] Friedrich Nietzsche: “Fragmentos póstumos”, Vol. 4, Madrid, Tecnos, 2008, p. 222.

[3] Ortega y Gasset: “Sobre la razón histórica”, Alianza, pp. 65-66.

jueves, 20 de marzo de 2025

LA REALIDAD SE ESTÁ DECONSTRUYENDO

TÁPIES: "CALCETÍN"

“Está en ruinas casi todo, desde las instituciones políticas hasta el Teatro, pasando por todos los demás géneros literarios y todas las demás artes. Está en ruina la pintura —sus escombros son el cubismo—; por ello, los cuadros de Picasso tienen un aspecto de casa en derribo o de rincón del Rastro. Está en ruina la música —el Strawinsky de los últimos años es un ejemplo de detritus musical” (Ortega y Gasset[1])

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“Como en la aldea, al abrir de mañana el balcón, miramos los humos de los hogares para presumir el viento que va a gobernar la jornada, podemos asomarnos al arte y a la ciencia de las nuevas generaciones con pareja curiosidad meteorológica” (Ortega y Gasset[2])



[1] Ortega y Gasset: “Idea del teatro”, O. C. Tº 7, p. 450.

[2] Ortega y Gasset: “La deshumanización del arte”, O. C., Tº 3, pág. 378.

lunes, 17 de marzo de 2025

EL FUTURO NO ESTÁ ESCRITO


 Viene a ser el Big Bang no solo una eclosión de potencialidades, la manifestación de una idea que estaba ahí desde siempre, la versión exuberante de lo que hasta entonces se había conformado con ser una recatada latencia, sino como el comienzo de un inacabable viaje de exploración. No estaba decidido, concluido, prefijado lo que iba a ser el Universo ya desde su origen, sino que el horizonte de la Creación estaba abierto, iba a discurrir por un camino que, como decía Machado, “se hace al andar”. Las cosas surgieron sin una meta clara, pero con una especie de mandato que las impulsaba a tirar para adelante con la sola pretensión de que allá donde pusieran el pie pudiera vislumbrarse algún sentido (transitaran, pues, hacia una mayor complejidad, mayor belleza, mayor armonía…). Traducido a esquemas antropomórficos: cuando nacemos (cuando se produjo nuestro Big Bang personal) venimos al mundo con unas predisposiciones que determinan un cierto cauce a través del que habremos de manifestarnos (los genes, los instintos, las capacidades y las limitaciones que supone nuestra forma física…), pero nuestra vida no estará determinada, sino orientada hacia el futuro, en el que nos abriremos paso elección a elección, es decir, libremente, explorando, tratando de establecer objetivos, finalidades que no estaban prescritas (no somos mera respuesta a una idea que estuviera ahí dese siempre). El Universo, nuestra vida… van haciéndose, descubriéndose camino adelante.

martes, 11 de marzo de 2025

LA CIRCUNSTANCIA ES LÍMITE Y DIFICULTAD

Kant dice que la realidad en sí (la realidad al margen de lo que nosotros percibamos) es “un caos de sensaciones”, algo, pues, sin sentido; la realidad es absurda. Pero nosotros ponemos orden en lo percibido con nuestras estructuras a priori. ese orden, pues, no estaría en la realidad, que sigue siendo absurda, sino en nuestra mente. De aquí nace finalmente el posmodernismo, que, entre otras cosas, dice que, puesto que “realidad” es lo que los sujetos queramos que sea… que cada cual se monte su realidad (por ejemplo, el Ministerio del Interior español ha creado un documento para instruir a la policía en la que se notifica la existencia de 37 géneros y 10 orientaciones sexuales (no está la heterosexual; esa debe de ser cosa de fachas). Ortega, sin embargo, dice que la realidad, la circunstancia no es lo que queramos que sea; por el contrario, es lo que no soy yo, lo que me limita y dificulta (no puedo decidir lo que me venga en gana). Ni tampoco es un caos que yo revisto como algo ordenado; al revés, es la realidad (la mesa de la publicación anterior) la que obliga a mi pensamiento a adecuarme a ella. El orden está afuera y yo le sigo la pista con mis apriorismos, sí, (el orden que se proyecta desde mi mente), pero no me lo invento, como viene a decir Kant: está en la realidad.

jueves, 6 de marzo de 2025

EL SENTIDO DEL MUNDO NO ES UN INVENTO

Para Kant, el mundo en sí es un “caos de sensaciones”. Somos nosotros, los sujetos, los que le damos sentido y orden a través de nuestras formas a priori del conocimiento, que nos permiten generar conceptos que añadimos a los datos de la experiencia. De aquí la idea hoy vigente de que la realidad es una “construcción social”, es decir, que, a partir de lo que nos dan los sentidos, añadimos a esa realidad una forma y un orden que en sí misma no tiene; y como es cosa subjetiva, podemos dar a esa realidad la forma que nos parezca; da igual una que otra, dirán los hoy partidarios de la llamada “diversidad” o “identidad fluida”. Pero hay una forma orteguiana de ver todo esto y superar así a Kant y a sus posmodernos herederos. De la mesa, por ejemplo, sobre la cual escribo, los sentidos solo me aportan su anverso y un par de patas. Para llegar hasta el concepto “mesa” tengo que añadir algo que no me aportan los sentidos… ¡pero no vale cualquier cosa! La mesa que está ahí, y en general, la circunstancia, imponen límites y exigencias a mi “construcción”, a mi concepto. La forma, el orden están ahí afuera, no son una invención cualquiera mía. El dato radical (…) es una coexistencia de mí con las cosas”, dice Ortega; no, por tanto, una construcción mía, de cada sujeto (Ortega y Gasset[1]).



[1] Ortega y Gasset: “¿Qué es filosofía”, O. C. Tº 7, p. 410-411.