Enlazando con la publicación anterior: lo que el arte y la
ciencia modernos anuncian, como dice Ortega, igual que “los humos de los hogares
permiten presumir el viento que va a gobernar la jornada”[1],
es la disolución del sentido de la realidad. Ya lo anunció Nietzsche; “No
hay hechos, sólo interpretaciones”[2].
Dentro del mundo artístico, Picasso dijo en el mismo sentido, pero formulándolo
a la contra: “Cualquier cosa que puedas imaginar es real”. Y respecto de la ciencia,
dice Ortega: “Si conocen bien la física actual, sabrán que la materia también se le
ha desvanecido al físico. El hecho de “los cuantos” revela que en un cierto
instante el electrón no puede ser localizado en el espacio. Es decir, que se
abre un vacío, un nada de materia, de espaciosidad. Esto es: que el mundo material
se le ha desmaterializado al físico, y le queda sólo la duda cerca de él. Esta
situación la expresa el lenguaje vulgar diciendo que “el hombre está en un mar
de dudas”[3].
El lector de Ortega y Gasset
La filosofía, la historia, la psicología, el arte, la antropología, la actualidad... de la mano, sobre todo, de Ortega y Gasset, el pensador más importante de todos los tiempos en lengua española
viernes, 21 de marzo de 2025
ESTÁ DESAPARECIENDO LA REALIDAD
jueves, 20 de marzo de 2025
LA REALIDAD SE ESTÁ DECONSTRUYENDO
TÁPIES: "CALCETÍN" |
“Está en ruinas casi todo, desde las instituciones políticas hasta el
Teatro, pasando por todos los demás géneros literarios y todas las demás artes.
Está en ruina la pintura —sus escombros son el cubismo—; por ello, los cuadros
de Picasso tienen un aspecto de casa en derribo o de rincón del Rastro. Está en
ruina la música —el Strawinsky de los últimos años es un ejemplo de detritus
musical” (Ortega y Gasset[1])
●●●●●
“Como en la aldea, al abrir de mañana el balcón, miramos los humos de
los hogares para presumir el viento que va a gobernar la jornada, podemos
asomarnos al arte y a la ciencia de las nuevas generaciones con pareja
curiosidad meteorológica” (Ortega y Gasset[2])
lunes, 17 de marzo de 2025
EL FUTURO NO ESTÁ ESCRITO
martes, 11 de marzo de 2025
LA CIRCUNSTANCIA ES LÍMITE Y DIFICULTAD
Kant dice que la realidad en sí (la realidad al margen de
lo que nosotros percibamos) es “un caos de sensaciones”, algo, pues, sin
sentido; la realidad es absurda. Pero nosotros ponemos orden en lo percibido
con nuestras estructuras a priori. ese orden, pues, no estaría en la realidad,
que sigue siendo absurda, sino en nuestra mente. De aquí nace finalmente el
posmodernismo, que, entre otras cosas, dice que, puesto que “realidad” es lo
que los sujetos queramos que sea… que cada cual se monte su realidad (por
ejemplo, el Ministerio del Interior español ha creado un documento para
instruir a la policía en la que se notifica la existencia de 37 géneros y 10
orientaciones sexuales (no está la heterosexual; esa debe de ser cosa de
fachas). Ortega, sin embargo, dice que la realidad, la circunstancia no es lo
que queramos que sea; por el contrario, es lo que no soy yo, lo que me limita y
dificulta (no puedo decidir lo que me venga en gana). Ni tampoco es un caos que
yo revisto como algo ordenado; al revés, es la realidad (la mesa de la
publicación anterior) la que obliga a mi pensamiento a adecuarme a ella. El
orden está afuera y yo le sigo la pista con mis apriorismos, sí, (el orden que
se proyecta desde mi mente), pero no me lo invento, como viene a decir Kant:
está en la realidad.
jueves, 6 de marzo de 2025
EL SENTIDO DEL MUNDO NO ES UN INVENTO
Para Kant, el mundo en sí es un “caos de sensaciones”. Somos nosotros,
los sujetos, los que le damos sentido y orden a través de nuestras formas a
priori del conocimiento, que nos permiten generar conceptos que añadimos a los
datos de la experiencia. De aquí la idea hoy vigente de que la realidad es una
“construcción social”, es decir, que, a partir de lo que nos dan los sentidos,
añadimos a esa realidad una forma y un orden que en sí misma no tiene; y como
es cosa subjetiva, podemos dar a esa realidad la forma que nos parezca; da
igual una que otra, dirán los hoy partidarios de la llamada “diversidad” o
“identidad fluida”. Pero hay una forma orteguiana de ver todo esto y superar
así a Kant y a sus posmodernos herederos. De la mesa, por ejemplo, sobre la
cual escribo, los sentidos solo me aportan su anverso y un par de patas. Para
llegar hasta el concepto “mesa” tengo que añadir algo que no me aportan los
sentidos… ¡pero no vale cualquier cosa! La mesa que está ahí, y en general, la
circunstancia, imponen límites y exigencias a mi “construcción”, a mi concepto.
La forma, el orden están ahí afuera, no son una invención cualquiera mía. “El
dato radical (…) es una coexistencia de mí con las cosas”, dice Ortega;
no, por tanto, una construcción mía, de cada sujeto (Ortega y Gasset[1]).