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5 de març del 2025

The Order (2024)


Un artículo de Juan Pais.


Ambientar una historia en el pasado para reflejar un determinado clima del presente es un recurso que bien llevado puede producir resultados remarcables. The Order se desarrolla en 1983, pero realidades como el asalto al Capitolio de 2021 y los dos mandatos presidenciales de Donald Trump han evidenciado en nuestros días la insatisfacción de muchos ciudadanos de la llamada América Profunda.

En la filmografía del director de The Order, el australiano Justin Kurzel, se hallan películas como las muy interesantes Los asesinos de Snowtown (Snowtown, 2011) y Nitram (2021), además de la notabilísima adaptación de Macbeth (2015) protagonizada por Michael Fassbender y Marion Cotillard. En The Order abandona los habituales escenarios aussies para trasladarse al pueblo de Coeur d'Alene, Idaho, manteniendo el habitual vigor de sus realizaciones previas, abundantes en locura y violencia. El cine de Kurzel se caracteriza también por una elegante factura. La lustrosa fotografía de su habitual colaborador Adam Arkapaw imbuye de adecuada gravedad a la película y evoca los thrillers de los 70s y 80s. The Order podría haber sido dirigida por Alan J. Pakula y fotografiada por Gordon Willis.

Un efímero grupo terrorista de ideología supremacista surgido en Estados Unidos en el citado año 83 da nombre a esta película. Fundado por el fanático Robert Jay Matthews y otros integrantes de Nación Aria, organización que habían abandonado por su inacción, The Order tenía pensado rebelarse contra el gobierno federal y crear un estado independiente en el noroeste estadounidense, en el que estarían rigurosamente vetados negros y judíos. No tardó más de un año en extinguirse, pero alarmó considerablemente a las autoridades.

“Según mi experiencia, los grupos de odio no roban bancos”. A raíz de esta reflexión, Terry Husk, el agente del FBI llegado a Idaho para investigar el repentino incremento delictivo en aquellas tranquilas tierras, empieza a intuir que algo realmente amenazador está en marcha. Con la ayuda de un policía de Coeur, Jamie Bowen, llevará a cabo unas pesquisas que concluirán con la confirmación de sus sospechas: sobre esas tierras (la cámara de Arkapaw capta su agreste grandiosidad) se cierne un peligro mayor que el inicialmente calibrado.


El enfrentamiento entre Terry Husk y Bob Matthews es el eje sobre el que gira The Order. Las buenas interpretaciones de un airado Jude Law y un gélido Nicholas Hoult como estos personajes inciden en su credibilidad. También es reseñable la relación entre el veterano Husk y el bisoño Bowen (el pujante Tye Sheridan), con trazas de buddy movie, lo que bien puede verse como un guiño al cine de los 80s.

Una de las virtudes de The Order es su perspicaz descripción de la llamada América Profunda. En unas zonas se les llama rednecks, en otras hillbillies, pero algo muy común en esos ciudadanos es su decepción con las élites, a las que acusan de haberlos abandonado y humillado, y es frecuente su resistencia mediante una orgullosa actitud de anclaje a la tierra y la tradición. Algunos, como Robert Matthews, querían "menos palabras y más acción”, lo que exige en una reunión de Nación Aria. Posiblemente, The Order podría haber profundizado más en el tema político, pero también es posible que al tratarse The Order de un thriller se hubiera resentido en cuanto a narrativa y ritmo.

En la trayectoria de Justin Kurzel, The Order es un nuevo paso adelante. Una película atenta al contexto en el que se desarrolla la acción y que sitúa con tino la violencia en el centro del análisis. En estos convulsos tiempos pueden producirse hechos alusivos a lo relatado en The Order, no sería extraño.

22 de gener del 2025

Jurado No. 2 (Juror #2, 2024)



Un artículo de Mike Sanz.


Justin Kemp
 es un ciudadano estadounidense ejemplar. Trabaja en el periódico regional, vive en una casa a las afueras y espera a su primera hija con su joven esposa. Pero, cuando lo llaman a formar parte del jurado que ha de esclarecer un asesinato, se descubre que Justin quizá sea el mismísimo asesino.

Tras dirigir y protagonizar la anodina Cry Macho (2021), Clint Eastwood sorprende con una película sobria, vibrante e incisiva. Jurado n.º 2 se aleja de los aspavientos y artificios que pueblan otras producciones estadounidenses y se apoya en un guion sólido, un reparto entregado y una puesta en escena austera para construir un thriller judicial de aroma clásico, al estilo de El Puente de los Espías (Bridge of Spies, 2015), de Steven Spielberg, o de los trabajos del maestro Sidney Lumet en 12 Hombres Sin Piedad (12 Angry Men, 1957) y Veredicto Final (The Verdict, 1982), a las cuales homenajea directamente.

Si, en trabajos previos como Richard Jewell (2019) o Mula (The Mule, 2018)Eastwood examinaba las aristas de la figura del héroe estadounidense, en Jurado n.º 2 explora las contradicciones inherentes a este modelo de conducta al vertebrar la película en torno al punto de vista de un hombre en apariencia intachable, pero de pasado oscuro y de carácter manipulador. De hecho, el dilema ético de este protagonista, quien empuja a cambiar de opinión a los demás miembros del jurado (por motivos diametralmente opuestos a los del personaje de Henry Fonda en 12 Hombres sin Piedad), vehicula la crítica a las desigualdades sistémicas del aparato judicial estadounidense que otras películas ensalzan.


Jurado n.º 2 no llega a ser tan revisionista y demoledora como Los Asesinos de la Luna (Killers of the Flower Moon, 2023) de Martin Scorsese, pero despierta el interés del público con un thriller de persecuciones e intenciones ocultas. Ayuda el encomiable trabajo de Nicholas Hoult. Después de una década de papeles secundarios en películas como Mad Max: Furia en la carretera (Mad Max: Fury Road, 2015) o los X-Men de James McAvoy y Michael Fassbender, se ha consagrado como uno de los actores del momento, capaz de dar vida al hombre medio (ese arquetipo que personificaba James Stewart) en títulos como Nosferatu, The Order y Jurado n.º 2. Su perseguidora es la ambiciosa fiscal de Toni Colette y los acompañan actores secundarios de una profesionalidad descomunal, como el gran J. K. Simmons, un recuperado Kiefer Sutherland y Chris Messina, que mejora las escenas en las que figura (como sucedía en Air, de Ben Affleck).Con tales ingredientes, Jurado n.º 2 es un thriller trepidante y profundo, que revisita los dilemas éticos que Eastwood ya planteara en títulos como Mystic River (2003). Continúa incidiendo en el examen al que el maestro somete a la figura del héroe estadounidense, una de las constantes de su excelsa filmografía, junto al conflicto paternofilial.

2 de gener del 2025

Les millors pel·lícules de 2024, segons l'equip d'El Cinema de Hollywood

En aquest primer post de 2025, volem aprofitar per desitjar-vos un molt bon any! Que sigui profitós per tothom i que en ell pugueu fer realitat tots els vostres somnis i projectes. Que hi hagi també salut i empenta per tal de fer front a les dificultats amb determinació. 

En el món cinèfil, ens trobem davant d'un any que promet un ventall de produccions molt potents que, si finalment són capaces de captivar al públic, podrien fer pujar un esglaó més cap a la recuperació del box-office cap a nivells pre-pandèmics. Esperem, doncs, que el cinema de gran format per la seva banda i les propostes independents, per l'altra, formin un bon conglomerat que asseguri i enforteixi la supervivència del setè art a les sales d'exhibició.

Pel que fa als nostres habituals rànquings de valoració de l'any, a El Cinema de Hollywood tenim la immensa sort d'haver reunit un grup de redactors bastant transversal. Això ens dóna contrast i diversitat en les opinions i apetències fílmiques. Podem observar, una vegada més, com els rànquings resultants cobreixen tota mena de procedències, gèneres i nivells de producció. L'heterogeneïtat tan desitjada en aquest tipus de valoracions l'aconseguim representar, d'una manera notable, amb les nostres eleccions personals.

A banda de tot això, hem de continuar lamentant un fet crònic que sempre ens tenalla a les nostres contrades. Les distribuïdores no planifiquen adequadament l'últim trimestre d'estrenes i, superades per l'acumulació de títols que arrosseguen de mesos anteriors, ens condemnen a veure només una part dels grans títols que s'estrenen, a escala mundial, en aquest últim terç.

Això es tradueix amb l'evidència de presentar-nos en aquesta valoració sense haver pogut veure títols tan rellevants com Heretic, We Live in Time, Queer, A Real Pain, Sing Sing, Babygirl, The Order, The Apprentice, The Brutalist, September 5, A Different Man, Maria Callas, A Complete Unknown, Hard Truths, i The Last Showgirl, entre d'altres.

Aquest problema de l'endarreriment en les estrenes és aplicable a bona part d'Europa i és per això que quan comparem els nostres rànquings amb els dels col·legues nord-americans, ens trobem amb diferències molt notables. Amb els títols esmentats anteriorment havent estat objecte de consideració, apareixen seleccions on no és possible que nosaltres hi puguem convergir i això ens fa perdre pistonada com a analistes.

De tota manera, aquesta és la nostra visió a partir de tot allò que hem pogut veure i, en tot cas, ja estem acostumats al fet que la nostra valoració de la collita anual l'hem d'acabar fent poc abans dels Òscars, ben entrat el mes de març. És per tot això que també acceptem en els nostres tops la presència de títols de 2023, estrenats a inicis de 2024. Fem evident, doncs, aquesta periodicitat desajustada a la qual ens enfrontem permanentment. Tot seguit, doncs, les nostres preferències. En alguns casos, hem esgotat al màxim el termini per poder valorar films com Conclave, Nosferatu o Saturday Night. 

Un cop més, tornem a desitjar-vos un molt bon any i us enviem una fortíssima abraçada! Continuarem en la lluita!


Juan Pais



Carles Martínez Agenjo




Mike Sanz




Eva Buendía




Adriano Calero




Jaume Figa



Nèstor Company

11 de desembre del 2024

Marco (2024)


Un artículo de Juan Pais.


Coloquialmente se utiliza la expresión "no es nadie" con ánimo peyorativo. En realidad está incompleta, le falta el atributo "importante". Pero prescindiendo de él resulta más hiriente, al despojar a la persona referida de relevancia e incluso de corporeidad. Y es que nuestra sociedad puede ser implacable.

Enric Marco pretendía ser alguien, o mejor dicho, alguien importante. En su biografía se aprecia la necesidad de destacar en diferentes ámbitos, todos relacionados con el activismo. Logró su propósito al darse a conocer como superviviente del campo de concentración de Flossenburg, no tardando en dirigir la Asociación Amical de Mauthausen, con sede en Barcelona, que reunía a los españoles que habían sido prisioneros de la Alemania nazi en sus campos de concentración. Sin embargo, el historiador Benito Bermejo advirtió inconsistencias en su relato y finalmente le desenmascaró: Marco nunca había sido prisionero del campo de Flossenburg.

El trio de cinesastas Aitor Arregui, Jon Garaño y José Mari Goenaga, autores de películas muy valoradas, como Loreak o La Trinchera Infinita, estaban interesados en llevar a la pantalla la historia de Marco ya desde que estallara el escándalo alrededor a su persona. Finalmente, lo han logrado, convirtiéndose el trio en duo, al centrarse Goenaga en la función de guionista. La película ha tenido muy buena acogida en los festivales de Venecia y San Sebastián.

Enric Marco no era quién decía ser, pero, ¿quién era? Al permanecer oculto su verdadero yo, se trata de un enigma para cualquier autor y también una hoja en blanco. Los directores optan por un enfoque poliédrico: abordan su figura en sus dimensiones íntima, social y mediática, Marco es un camaleón cambiando de piel en cada una de ellas. Asimismo, la película fluctúa en diferentes géneros: el biopic de un líder social que cae tras cimentar su auge sobre la mentira, el retorcido thriller de suspense en el que el héroe huye de la verdad, encarnada en su perseguidor, un villano con la apariencia de implacable profesor de historia, o la comedia picaresca de un granuja que sobrevive con el engaño. Aún así, Marco es una película compleja pero inteligible.

Enric Marco quería ser sublime, pero en realidad era patético, incluso peligroso en su patetismo. La película expone el daño que hizo a los demás con sus mentiras. Laura (Nathalie Poza), la mujer, reacciona con templanza, acaso porque ya sospechaba la verdad, y la hija, Aina (Julia Molins), de manera más airada, enfrentándose a su padre, al que idolatraba. Entre los compañeros de Marco en Amical los efectos también son diversos, pero todos tienen el denominador común de la decepción. Es muy notable el trabajo de los actores que dan vida a estos personajes (Nathalie Poza, Julia Molins, Sonia Almarcha...), como lo es la actuación de Eduard Fernández como Enric Marco. El actor catalán sale airoso del desafío de encarnar a un individuo que interpretaba constantemente un personaje, y aporta diferentes y muy valiosos matices. Este trabajo junto al que desempeña en El 47, también brillante, convierten al veterano Fernández en uno de los actores más destacados del año.

En buena medida, Enric Marco es un producto de los medios. Al no seguir con vida ningún otro superviviente español del campo de Flossenburg, Marco tuvo la oportunidad de apropiarse del relato. En un tiempo de volatilidad en las noticias e informaciones hay muchas incertidumbres, por lo que se escucha con asentimiento a quien propone una certeza, sobre todo, si se hace con la convicción de este personaje. Una claqueta señala el inicio de Marco, añadiéndole un elemento metacinematográfico. Vamos a ver la ficción de una ficción.