Se terminó la mentira

 Arthur González. Estados Unidos lleva más de medio siglo con el desarrollo de campañas de prensa contra la Revolución cubana, esa que tanto odian por no poder impedir su triunfo en 1959, ni tampoco derrocarla a pesar de miles de planes subversivos, el malgasto de cientos de millones de dólares para financiar a mercenarios y fabricar organizaciones contrarrevolucionarias dentro y fuera de la Isla.

Un tema recurrente ha sido el comunismo, sistema que como cual fantasma les quita el sueño a las administraciones yanquis, pues no aceptan que exista otro que pueda servir mejor al pueblo y ponga en evidencias las violaciones a los derechos del ser humano que provoca el capitalismo salvaje, como aseguró San Juan Pablo II.

El andamiaje creado para satanizar al socialismo cubano y responsabilizarlo de las crecientes penurias que sufre el pueblo, a causa de la guerra económica, comercial y financiera que Estados Unidos se empeña en ocultar, ha estado presente en los 67 años de Revolución, pero ante la resistencia estoica de cubanos y cubanas que no se lanzan a las calles exigir el regreso del capitalismo, añejo sueño del gobierno yanqui y la CIA, se puso de manifiesto en las recientes declaraciones de algunos políticos de la administración de Donald Trump.

Sin nuevos argumentos para culpar al socialismo cubano y con total desfachatez, Mauricio Claver-Carone, enviado especial de Trump para América Latina, expuso en un reciente foro en el Miami Dade College, detalles de las nuevas iniciativas contra la Revolución cubana, y dejó bien claro que no es el sistema socialista el responsable de la crisis económica cubana, sino las permanentes medidas y sanciones impuestas por Estados Unidos desde 1959.

Con total desvergüenza, Claver-Carone aseguró que el gobierno de Trump ha implementado medidas más modernas y efectivas para presionar a quienes no se arrodillan y mantienen su cabeza en alto con soberanía.

En el caso de Cuba, explicó: “las sanciones están dirigidas a sectores económicos claves, con el objetivo de reducir los ingresos que sostienen al gobierno de Miguel Díaz-Canel”.

Y añadió: “Muchas de las herramientas utilizadas en el pasado eran obsoletas y la nueva estrategia busca ser más directa y contundente, al utilizar nuevas sanciones económicas, alianzas estratégicas y medidas que podrían restringir los viajes a estos países”.

¿Entonces es el socialismo el responsable de la situación económica, como llevan más de medio siglo diciéndole al mundo?

Estas declaraciones echan por tierra la mentira fabricada de que “Cuba es un estado fallido”, repetida hasta la saciedad para crear una matriz de opinión, que los cubanos de la Isla saben es totalmente falsa.

Paralelamente, el congresista Carlos Giménez reconoció que propuso suspender viajes y las remesas a Cuba, en un esfuerzo por cortar aún más la entrada de divisas a la Isla y estrangular su economía, viejo y sostenido empeño de todas las administraciones yanquis desde Dwight Eisenhower hasta la actual de Trump.

La pretensión de estos políticos es totalmente inhumana y están dirigidas a fomentar las penurias de las familias cubanas, cortar la entrada de ayuda monetaria, medicinas e incluso la posible suspensión de los vuelos entre ambas naciones, lo que cerraría las visitas a padres, madres, hijos, hermanos y demás familiares.

Carlos Giménez reconoció el costo humano de la medida, pero la justificó cínicamente al asegurar: “es un sacrificio necesario para lograr un cambio estructural en la Isla, porque ese régimen ya se tiene que ir”.

En una carta enviada al Departamento del Tesoro estadounidense, el legislador pidió detener inmediatamente todos los vuelos comerciales, chárter y los envíos de dinero, permitiendo únicamente excepciones estrictamente humanitarias.

Ya se cansaron de mentir y sin un ápice de vergüenza Giménez afirmó:

“La suspensión total es necesaria para dejar sin oxígeno financiero al gobierno cubano, al que calificó de dictadura asesina y una amenaza para la seguridad nacional estadounidense”.

A través de sus redes sociales, Carlos Giménez amenazó a los cubanos residentes en Estados Unidos que envían remesas o viajan a Cuba: “Si lo hacen es bajo su propio riesgo. Después no se quejen. Están avisados”.

¿Hay libertad en ese país o es una dictadura inhumana que establece a sus ciudadanos a qué lugar pueden viajar y qué hacer con su dinero?

¿Se olvidó este congresista que fue Estados Unidos quien financió y organizó los planes de asesinato contra Fidel Castro, reconocidos durante la investigación realizada por una comisión del Senado de aquel país?

¿Y la guerra biológica contra el pueblo, la flora y la fauna cubana, entre ellos el dengue hemorrágico, la fiebre porcina africana, la meningoencefalitis, la conjuntivitis hemorrágica, la roya de la caña, la broca del café, el moho azul del tabaco y una docena de enfermedades más, no califica a Estados Unidos como un imperio asesino y una verdadera y amenaza para la seguridad nacional cubana?

¿No sabrá ese cubanoamericano renegado, de los actos terroristas ejecutados por la CIA contra Cuba, entre ellos la voladura de un avión civil cubano en pleno vuelo, donde fueron asesinados vilmente 73 inocentes?

Lo que sí se aprendió muy bien Giménez es el memorando del Subsecretario de Estado Lester D. Mallory, fechado el 6 de abril de 1960, donde expone:

“No existe una oposición política efectiva en Cuba; por tanto, el único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución es a través del desencanto y el desaliento, basado en la insatisfacción y las dificultades económicas. Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.

Los políticos anticubanos muestran un desespero enfermizo por destruir el socialismo en Cuba, algo que no han podido saborear a pesar de tantas violaciones de los derechos humanos contra un pueblo trabajador, que ha visto emigrar a sus hijos en busca de un respiro económico y ahora ven desmoronarse su sueño ante el cambio de política migratoria del dictador Donald Trump.  

En su evidente terror al socialismo, en fecha tan temprana como abril de 1959, la embajada de Estados Unidos en La Habana envió un informe al Departamento de Estado, donde expresan que “el drástico programa de reformas sociales y económicas, demuestra que el comunismo está creciendo en Cuba y se infiltra con éxito en diferentes sectores de la vida pública cubana”.

Ante el rápido avance de los programas que ejecutaba la Revolución en favor del pueblo, el 11 de diciembre de 1959 el jefe de la División del hemisferio occidental de la CIA, J.C. King, envió un memorando al director de la CIA, Allen Dulles, donde entre un conjunto de medidas agresivas contra Cuba, propuso:

“Se le debe dar una cuidadosa atención a la eliminación de Fidel Castro. Muchas personas bien informadas consideran que la desaparición de Fidel aceleraría grandemente la caída del gobierno actual”.

Igual línea de acción trazó el Plan Mangosta en 1962, donde se expone:

“La acción política será apoyada por una guerra económica que induzca al régimen comunista a fracasar en su esfuerzo por satisfacer las necesidades del país, las operaciones psicológicas acrecentarán el resentimiento de la población contra el régimen, y las de tipo militar darán al movimiento popular un arma de acción para el sabotaje y la resistencia armada en apoyo a los objetivos políticos”.

Esta es la verdad, por tanto, basta ya de tantas mentiras y dejen vivir en paz al pueblo cubano.

Por eso José Martí expuso claramente en una de sus obras:

¿Por qué con tanto rigor, cuando a un casto bien se aspira, ha de ser la vil mentira, forma fatal del pudor?

La CIA contra Cuba: Expediente JFK

 Los documentos hechos públicos tras la orden ejecutiva de Donald Trump, que desclasificó más de 1,100 archivos relacionados con el asesinato de John F. Kennedy en 1963, no solo abordan el magnicidio del 35º presidente, sino que también exponen operaciones encubiertas diseñadas para manipular la percepción pública, desestabilizar economías, sabotear industrias claves y emplear armas biológicas contra Cuba.

Entre las revelaciones más sorprendentes se encuentran campañas de prensa sobre supuestas epidemias, actos potenciales de guerra biológica, sabotajes agrícolas, ataques a industrias estratégicas y una estrategia de asfixia económica, todo ello respaldado por un presupuesto desproporcionado que refleja la prioridad que Estados Unidos dio a neutralizar la influencia cubana en la región y su relación con la URSS durante la Guerra Fria.

Uno de los documentos más reveladores, el «DA Memo 64», un informe secreto del Ejército estadounidense, detalla cómo la estación de inteligencia en la Ciudad de México orquestó una campaña de prensa que alertaba sobre supuestas epidemias de fiebre aftosa y viruela en Cuba. El objetivo era claro: desalentar la asistencia al Congreso de la Unión Internacional de Arquitectos en La Habana, programado para 1963. Según el informe, esta maniobra logró que 52 de los 60 arquitectos mexicanos esperados cancelaran su participación, temerosos de las cuarentenas e inoculaciones que tales enfermedades implicarían. El Ejército estadounidense estaba decidido a neutralizar un evento que pudiera convertirse en un foro para las afirmaciones propagandísticas del régimen de Castro.

Sin embargo, aunque los archivos en este caso no aclaran si estas epidemias eran reales o fabricadas, cierto es que los Estados Unidos llevaron a cabo actos de guerra biológica  como parte de la Operación Mangosta, y así quedó plasmado en otros de los documentos desclasificados. Estos confirmaron que la CIA planeó sabotajes agrícolas en Cuba utilizando agentes biológicos con el objetivo de provocar el fracaso de las cosechas.

La agencia consideró el uso de armas biológicas como una herramienta para forzar un cambio de régimen, empleando métodos como la fumigación aérea para dispersar químicos sobre las tierras de cultivo. Se utilizaron agentes biológicos sutiles para evitar ser detectados, «asegurándose» de que no hubiera un vínculo claro con los Estados Unidos. Estas tácticas reflejan la disposición de la CIA a emplear medidas extremas, incluso a costa de la seguridad alimentaria de la población cubana, en su “cruzada contra el comunismo”.

Así mismo, un archivo desclasificado, fechado el 29 de agosto de 1962, detalla una operación encubierta de la CIA en San Juan, Puerto Rico, en vísperas de la Crisis de los Misiles de Cuba. Aprovechando un incidente fortuito un buque mercante británico, el Streatham Hill, que transportaba 80,000 sacos de azúcar cruda cubana rumbo a la Unión Soviética sufrió daños en el casco, la CIA ejecutó un plan para sabotear esta exportación clave. Mientras el barco descargaba temporalmente 14,000 sacos en un almacén para reparaciones, los agentes contaminaron 800 de ellos con un químico desnaturalizante. Este compuesto, aunque no tóxico, impartía un sabor «amargo, enfermizo e indestructible» al azúcar, arruinando su utilidad para consumo humano o animal y, por extensión, contaminando el resto de la carga.

La operación, descrita como «no detectable y no rastreable», se llevó a cabo sin que la tripulación del barco o las autoridades locales sospecharan. Este acto no solo buscaba infligir un golpe económico a Cuba y su aliado soviético, sino también minar la confianza en el comercio cubano, un elemento crucial tras el embargo impuesto por Estados Unidos en 1960.

Los archivos también revelan planes para interrumpir el suministro de níquel cubano a la URSS, un recurso estratégico para la economía soviética. Estos planes incluían ataques terroristas contra las industrias en Cuba, el empleo de equipos de infiltración para llevar a cabo actos de sabotaje, y el uso de torpedos y minas para dañar infraestructuras clave.

El níquel, vital para la producción industrial y militar, era un objetivo prioritario, y su interrupción buscaba no solo debilitar a Cuba económicamente, sino también estaba destinado igualmente a tensionar su relación comercial con la Unión Soviética, socavando así la alianza entre ambos países.

Las operaciones descritas forman parte de un esfuerzo más amplio para aislar a Cuba política, económica y culturalmente. Los documentos del «DA Memo 64» revelan tácticas adicionales, como persuadir a delegaciones argentinas de arquitectos para boicotear el Congreso de La Habana y usar una estación en Brasil para obstaculizar los viajes a la isla. Asimismo, bajo la sección «Control de la Transferencia de Fondos», se detalla cómo el Departamento de Estado y del Tesoro colaboraron para bloquear el acceso de Cuba a capital extranjero.

Además, los documentos evidencian cómo se ejecutaron presiones a empresas estadounidenses para «negar el acceso a bienes económicos» como parte del plan de asfixia económica y financiera contra Cuba. Esta estrategia buscaba limitar el acceso de la isla a recursos esenciales, desde maquinarias hasta alimentos, con el objetivo de generar descontento interno y presionar al gobierno cubano hacia el colapso.

La magnitud de la prioridad estratégica que asignó Estados Unidos y la CIA a la isla queda aún más clara al considerar el presupuesto asignado: en 1961, destinó 41 millones 498 mil 743 USD a las operaciones contra Cuba, cifra que representa casi cuatro veces lo que la agencia gastó en el resto de América Latina y el Caribe combinados.

Los «archivos JFK», exponen un capítulo oscuro de la Guerra Fría en el que Estados Unidos, a través de la CIA, desplegó una campaña sistemática y despiadada contra Cuba, utilizando tácticas que violaban toda norma ética y humanitaria. Desde la manipulación de la prensa con falsas epidemias, hasta el uso de armas biológicas en la Operación Mangosta para sabotear cosechas y provocar hambruna, pasando por la contaminación de exportaciones de azúcar y los ataques terroristas contra la industria del níquel,  operaciones que reflejan una política de agresión encubierta destinada a desestabilizar a Cuba a cualquier costo.

La estrategia de asfixia económica, los sabotajes a infraestructuras claves y las presiones a empresas para negar bienes esenciales a Cuba, muestran un patrón de hostilidad que buscaba no solo derrocar a la Revolución Cubana, sino también castigar a un pueblo entero por su decisión irrevocable de seguir un camino independiente y soberano.

https://micubaporsiempre.wordpress.com/2025/04/01/la-cia-contra-cuba-expediente-jfk/

Revelan nueva operación de comunidad de inteligencia estadounidense para tergiversar la Historia de Cuba

Nuevas informaciones sacan a la luz la Operación Streamin⁷g, una reciente creación de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, con el objetivo de manipular acontecimientos y figuras de la Historia de Cuba.

En el centro del entramado subversivo se encuentra la desgastada contrarrevolucionaria Rosa María Payá, ansiosa de recuperar notoriedad tras los numerosos fracasos que ya se acumulan sobre su espalda. Por medio de nexos con funcionarios del gobierno neoliberal de Javier Milei, en Argentina, pretenden establecer en ese país una nueva base para operar contra Cuba.

La primera campaña mediática desde la nueva locación apuntará hacia la deformación de lo ocurrido en torno a la tragedia del Remolcador 13 de marzo. Otros temas de interés serán la muerte de figuras históricas como Camilo Cienfuegos y Ernesto «Ché» Guevara, la Limpia del Escambray, Playa Girón, el internacionalismo cubano en África y nuestras misiones médicas en el mundo, por solo citar algunos ejemplos.

Las principales fuentes de contenido desinformativo serán las universidades de la Florida y de Miami, la Voz de las Américas, archivos del Departamento de Estado de EE.UU., Radio y TV Martí, así como el panfletario Instituto de la Memoria Histórica contra el Totalitarismo, bajo el ala del contrarrevolucionario Pedro Corso.

Para su puesta en práctica cuentan con un estudio de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos sobre prácticas de consumo de este tipo de contenidos por jóvenes de la Isla, principales destinatarios de la oleada subversiva.

Ramón Saúl Sánchez, otro desgastado personaje anticubano, asesorará directamente la tentativa de agresión. El terrorista Orlando Gutiérrez Boronat también estuvo presente en la reunión organizativa, pero no se integrará esta vez a la intentona, pues se encuentra abocado a la generación de acciones clandestinas en la Isla, con el objetivo de generar un estallido social a través del caos y la violencia.

El financiamiento de la operación correrá a cargo del Departamento de Estado de EE.UU. y la Organización de Estados Americanos. Otras fuentes de dinero serían gobiernos europeos afines a intereses de la administración norteña y la recién electa presidencia argentina.

La nación suramericana también acogerá planes de becas y preparaciones para cubanos que los servicios de inteligencia yanquis pretendan utilizar en el futuro como operadores políticos contra la isla caribeña. Se trata de una práctica usual en el contexto de la subversión política contra nuestro país, consistente en utilizar supuestos programas de intercambio académico para fabricar líderes artificiales que promuevan el cambio de sistema sociopolítico.

Este tipo de proyectos forman parte de la guerra no convencional y cognitiva contra el pueblo cubano. Buscan atacar los cimientos históricos de la gesta independentista, de la cual el triunfo revolucionario del primero de enero de 1959 constituyó un glorioso hito.

La tergiversación de la Historia de los Estados donde centran sus ataques es uno de los componentes básicos de las revoluciones de colores. Por lo tanto, la Operación Streaming responde a una línea estratégica de los servicios de inteligencia estadounidenses contra la Revolución, para lo cual destinan anualmente millones de dólares.

Publicación de Rafael Hernández Aguilera

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Le llegó el turno a "El Toque”

El Toque, del Sr José Jasán Nieves Cárdenas, en su página principal, se jactaban de “mantener el proyecto vivo pero solo por nuestras manos” a través de la Fundación Colectivo Más Voces, según ellos mediante colaboraciones internacionales con otros proyectos y los ingresos por servicios profesionales de la agencia CATAO (otra que bien baila). 

Sin embargo, ahora realizan todo tipo de esfuerzos para solicitar dinero y pretenden ocultar su verdadera dependencia de las agencias del gobierno de los EE.UU. En una publicación que no podía ser más irónica, titulada “Apoya a tu medio independiente favorito. Es urgente”, han hecho visible su desesperación por buscar nuevos ingresos financieros para seguir con el negocio de la “lucha por la libertad”, cuando la administración Trump decidió suspender los financiamientos externos de la USAID y la NED.

Pero lo más gracioso vendría más adelante: “En nuestro caso, la parálisis nos afecta, aunque no teníamos contratos con USAID. No obstante, ya lo hemos dicho, la actual interrupción alcanza el 50% del presupuesto que teníamos previsto para 2025”. ¿Cómo es posible que no tengan vínculos con la USAID y que al mismo tiempo les afecte su cierre?

El asunto es muy simple; es como decir que la USAID no te da un dólar, pero te lo manda con un recadero. Los “proyectos de colaboración internacional” que posee El Toque, según su página web, como el Fondo Velocidad, Meedan y la International Fact-checking Network, están financiados tanto por la USAID como por la NED.

El fondo de la International Fact-checking Network, del Poynter Institute, en su propia página web señala entre sus financistas a la Fundación Nacional para la Democracia (NED) y a las Open Society Foundations, y por esta vía El Toque recibe más de $50.000.

Meedan, “una organización tecnológica global sin fines de lucro que crea software e iniciativas programáticas para fortalecer el periodismo” con sede en San Francisco, posee amplios vínculos con la USAID a través de terceros proyectos como Learning Lab o la ONG DAI. Según su declaración fiscal de 2019, gastó más de $180,000 en interés de la USAID en proyectos en África para la "regulación y verificación de contenidos” en redes.

Finalmente, el Fondo Velocidad, supuestamente “diseñado para ayudar a los medios de comunicación independientes de América Latina”, tiene entre sus creadores a la ONG Sembra Media, fundada en los EE.UU en 2015; y esta, a su vez, tiene como financistas a los ya mencionados Poynter Institute y la NED.

Por tanto, no es de extrañar que el lanzamiento de su “agencia CATAO” fuera anunciado por  Sembra Media en sus redes sociales, como un emprendimiento del  Fondo Velocidad. Estas son triangulaciones de subvenciones y aportaciones federales a través de un entramado de organizaciones y fondos, ubicadas en diversos países para llevar el dinero federal a sus verdaderos objetivos. Esto les permite a muchos “medios independientes” y “luchadores por la democracia” decir que no reciben dinero del gobierno de los EE.UU, lo cual es completamente falso.

El Toque, en definitiva, se une a la lista de aquellos que dependen de los fondos federales estadounidenses para desarrollar su “trabajo altruista y desinteresado”, pero que ahora buscan donaciones como forma de “rellenar el bache” creado por la congelación de los fondos.

Aunque la política de la nueva administración en Washington destila de todo lo más rancio posible y pretende un cambio de la zanahoria al garrote, ha hecho caer las tantas caretas de estos “medios independientes”que convirtieron los ataques a Cuba en un negocio más que lucrativo.


Publicación de Jesús Ruiz

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Desclasifican documentos de la CIA vs Cuba y Puerto Rico

 Una organización izquierdista condenó a la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA) por utilizar la isla puertorriqueña de Vieques para entrenar a mercenarios cubanos, a la vez que perseguía a los independentistas en Puerto Rico, informa Prensa Latina.

Pese a que se supone que no opere en territorio bajo jurisdicción de Estados Unidos, la CIA desclasificó información que este martes 7 de enero 2025 reseña el diario nacional El Nuevo Día, que deja en evidencia su intervención en contra del movimiento independentista puertorriqueño, tal como ese sector denunció por décadas.

El Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH) condenó la corroboración de que, en efecto, la CIA persiguió a organizaciones y militantes izquierdistas, lo que “debe mover a la indignación a nuestro pueblo”.

“Repudiamos también el uso de nuestro territorio nacional, específicamente la oriental isla de Vieques, para entrenar mercenarios en contra de la hermana nación de Cuba”, dijo la organización en referencia a la invasión de Playa Girón en los albores de la Revolución comandada por Fidel Castro.

Los expedientes ilegales por ideología política —conocidos como “las carpetas”—, las masacres contra los nacionalistas en el sector capitalino de Río Piedras (1935) y en la sureña ciudad de Ponce (1937), los asesinatos políticos y los prisioneros políticos —mujeres y hombres— son solo algunas instancias en las cuales los gobiernos de Estados Unidos y de Puerto Rico pretendieron inactivar, a fuerza de intimidación y violencia, al movimiento independentista, indicó.

“Estas acciones ilícitas tuvieron entre sus efectos criminalizar a un sector político cuya aspiración no es otra que la de lograr nuestra plena soberanía, tomando en nuestras propias manos el control de nuestras decisiones y nuestro destino”, dijo el Comité Ejecutivo del MINH.

Apuntó que, al utilizar su agencia de espionaje externo en vigilar y perseguir a un sector político puertorriqueño, Estados Unidos reconoció que Puerto Rico es un tema de política internacional, no uno interno o “doméstico” como suelen argumentar los portavoces de su gobierno con el propósito de desconocer la injerencia del derecho y la comunidad internacional sobre el caso colonial.

El Movimiento Independentista Nacional Hostosiano exige a los funcionarios electos del gobierno de Puerto Rico, comenzando por la gobernadora Jenniffer González y el liderazgo de la mayoría legislativa, que se expresen y asuman posición sobre este asunto.

“Lo menos que se esperaría de quienes alegan representar al pueblo puertorriqueño es que asuman una posición de defensa de los derechos civiles y humanos de la población, sistemáticamente violentados por el gobierno de Estados Unidos desde el momento mismo de la invasión en 1898”, reclamó la organización.

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