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Suspendo...

Debido al duro momento que estoy pasando por la muerte de mi papá, dejaré de escribir en este blog por tiempo indefinido. Ahora necesito tiempo para leerme a mí misma más que para escribir públicamente sobre lo que vivo, pienso o siento. Volveré cuando vuelvan las ganas, cuando regrese la inspiración, cuando quiera dedicarle tiempo otra vez a esto, que de momento dejará de ser una prioridad porque mi mundo interno está ahora en primer lugar. A veces es no solo necesario, sino útil, cerrar los ojos, acallar el teclado y mirar para adentro. Y en eso me voy a concentrar ahora. Es un tiempo de reflexión, de enriquecimiento, de nostalgia y de aprender a vivir con esta nueva circunstancia en mi camino. No es el fin del mundo y no cierro por depresión, pero he perdido a mi papi, y esa horrible certeza de saber que no volveré a verlo me estruja el corazón tanto como para saber que ahora no es el momento de escribir, al menos, en este mundo virtual que tanto me gusta. Volveré, con más ganas...

Despedida

Papi: Hace solo seis meses te decía en una carta que cada cumpleaños tuyo era un milagro. Y curiosamente fue el último de tantos. Te me has muerto a tus 57, y yo con mis 30 recién estrenados. Este dolor es tan horrible que no puedo ni escribir, así que voy a pegar el post del 20 de noviembre del 2009, mi homenaje a vos, el mejor papá del mundo y el mejor ser humano que he conocido. Prometo escribirte una despedida más bonita en unos días, cuando tu partida duela igual que hoy pero aún así pueda sonreír un poco más con esa sonrisa que heredé de vos. Te amo con todo mi ser. ----------------------------------------------------------- Feliz Cumpleaños papi, 20 de noviembre de 2009 ¿Te he dicho, papi, que en la oficina me paso comiendo chocolates, confites y todos los dulces disponibles? Hay una cajita de galletas danesas donde hacemos el refill para tener dosis de azúcar siempre disponible. Definitivamente estoy caracterizada como una golosa adicta a la cajita, y siempre pienso que...

¿Y qué voy a hacer ahora? - Por Arturo Pérez-Reverte

El segundo gintonic, Pencho se vuelve hacia mí. Hace quince minutos que aguardo, paciente, esperando que se decida a contármelo. Por fin hace sonar el hielo en el vaso, me mira un instante a los ojos y aparta la mirada, avergonzado. «Hoy he cerrado la empresa», dice al fin. Después se calla un instante, bebe un trago largo y sonríe a medias con una amargura que no le había visto nunca. «Acabo de echar a la calle a cinco personas.» Puede ahorrarme los antecedentes. Nos conocemos hace mucho tiempo y estoy al corriente de su historia, parecida a tantas: empresa activa y rentable, asfixiada en los últimos años por la crisis internacional, el desconcierto económico español, el cinismo y la incompetencia de un Gobierno sin rumbo ni pudor, el pesebrismo de unos sindicatos sobornados, la parálisis intelectual de una oposición corrupta y torpe, la desvergüenza de una clase política insolidaria e insaciable. Pencho ha estado peleando hasta el final, pero está solo. Por todas partes le deben di...

Milagro primaveral, esto dice MeteoGalicia... ¡ojalá sea cierto!

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Regreso...

Y de repente un día te pasa algo y dejás de escribir. Pluf. Se fue la musa, o estás en otras y te da más por leer a los demás buscando pistas de tu falta de letras o simplemente dejando que fluyan las ajenas en tus sienes. A veces te pasa algo bueno, a veces algo pésimo. Otras veces no te pasa nada, solo que el tiempo fluye en cámara lenta o extra rápida, y tu blog sigue ahí como una copa sin beber entera, tu libro sigue ahí, esperando el sonido del teclado entre tus yemas para seguir creciendo, tus fotos siguen ahí, con ganas de un delineado suavecito de pincel virtual. Y vos seguís ahí. Entre las sábanas. Porque es mayo, y aunque es mayo afuera llueve. Y hace frío. Mucho. Y la manta está caliente, con su olor pegado a ella, por eso cuando se va te cambiás a su almohada aún tibia de su mejilla, para seguirlo oliendo un rato, en el que además te volvés a dormir, volvés a soñar y el libro, el blog y las fotos siguen esperando mientras vos seguís durmiendo, las gotas golpean la ...

40 cents...

Lo mejor en la víspera de un viaje...

Por: Konstandinos Kavafis Cuando partas hacia Itaca pide que tu camino sea largo y rico en aventuras y conocimiento. A Lestrigones, Cíclopes y furioso Poseidón no temas, en tu camino no los encontrarás mientras en alto mantengas tu pensamiento, mientras una extraña sensación invada tu espíritu y tu cuerpo. A Lestrigones, Cíclopes y fiero Poseidón no encontrarás si no los llevas en tu alma, si no es tu alma que ante ti los pone. Pide que tu camino sea largo. Que muchas mañanas de verano hayan en tu ruta cuando con placer, con alegría arribes a puertos nunca vistos. Detente en los mercados fenicios para comprar finos objetos: madreperla y coral, ámbar y ébano, sensuales perfumes, -tantos como puedas- y visita numerosas ciudades egipcias para aprender de sus sabios. Lleva a Itaca siempre en tu pensamiento, llegar a ella es tu destino. No apresures el viaje, mejor que dure muchos años y viejo seas cuando a ella llegues, rico con lo que has ganado en el camino...