Importantes medios informativos extranjeros que simpatizaban con los nacionalistas catalanes al creerlos víctimas históricas del franquismo han variado de tendencia y comienzan a presentarlos como racistas.
El primer golpe al nacionalismo, acostumbrado a las sonrisas de quienes aún ven España como el país de Franco o el del viejo imperio papista, lo propinó Stephen Sackur, de la BBC, dos semanas antes de las elecciones del 27S.
En el programa de entrevistas más prestigioso de la cadena británica, Hard Talk, diálogo fuerte o duro, Raúl Romeva, número uno de la lista de Juntos por el Sí, en la que iba de cuarto Artur Mas, contestó torpemente a Sackur, dejando claro que el independentismo catalán es egoísmo, insolidaridad y racismo de los ricos que se creen superiores a los pobres e inferiores españoles.
Tras las elecciones autonómicas, France 5 TV emitió el debate “C'est dans l'air”, está en el aire, que analizó la posible influencia del independentismo catalán en el fronterizo Rosellón, donde aún se habla occitano-aquitano-limosin, el verdadero origen del catalán.
Descubrieron que en Cataluña los nacionalistas trataban de erradicar el idioma nacional, el español, y que subvencionaban a grupos de franceses para imponer su catalán remozado, eliminando el occitano, para acabar además con el francés a la larga.
Demostraron así que los altamente tóxicos motores del independentismo son el egoísmo y la insolidaridad, además del racismo, como el del líder de ERC, Oriol Junqueras, que escribió orgullosamente que “los catalanes tienen más proximidad genética con los franceses que con los españoles”, y que racialmente estaban “más cerca de los suizos”.
Ahora muchos nuevos catalanes, hijos de charnegos o inmigrantes en las ápocas en las que Franco enriquecía a Cataluña, se han creído que hablando catalán adquirían por ósmosis la raza superior de los suizos: se sienten como los mulatos que niegan su sangre negra y que dicen ser blancos.
El mensaje de los medios reseñados y de otros influyentes recientemente añadidos --The Wall Street Journal, New York Times-- está empeorando seriamente la visión exterior que se tenía del independentismo catalán.
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SALAS