El argumento de Radical puede parecer tópico, puesto que se centra en la historia de un profesor muy especial que acaba cambiando la vida de sus jóvenes alumnos, pero en este caso lo radical no se refiere solo a los métodos del maestro, sino al entorno social en el que desarrolla la historia. Se trata de la ciudad mexicana fronteriza de Matamoros, un lugar muy peligroso dominado por las bandas de narcotraficantes. A Sergio, el profesor protagonista, todo esto parece darle igual. Él va a centrar su existencia en estimular a sus alumnos. Y lo va a hacer fomentando que estos tomen las riendas de su propia educación, es decir, de su destino. La película no dulcifica el entorno en el que se desarrolla, sino que esto es un elemento fundamental del reto que se impone Sergio, un don Quijote que debe luchar contra molinos muy poderosos para salvar a estos jóvenes del triste destino que les tiene reservado la sociedad. Radical es un alegato sobre la importancia de la educación, un tema que suele ser poco atractivo para los políticos profesionales (las políticas educativas deben implantarse pensando en el largo plazo y los políticos son adictos al cortoplacismo) y más en un lugar como Matamoros, donde las prioridades tienen que ver más con la supervivencia diaria que con el aprendizaje intelectual.