Foto de Internet. La Eterna Lucha.
Saben los que me siguen cual es mi postura en torno al buenismo que desde el génesis de la Democracia invade y carcome a nuestro país. En sí creo que hemos querido corregir tanto lo malo malísimo que fue Franco que al final nos hemos pasado de fuelle quedándonos en muchísimas ocasiones al borde de la ridiculez más absoluta en muchísimos de los temas sobre los que pivota el país. Y lo llamo país por llamarlo de alguna manera, pues las cosas hay que ganárselas y aquí, hemos reglado en demasía, estando ahora al borde del precipicio en que nos ha colocado la izquierda vengativa emanada de aquel funesto periodo de 1931-36 y sus complices separatontismos, tan dados a coger sin dar a cambio. Es por ello que el país ha desembocado en el buenismo inútil propio de lo progre y de lo rayante en la anarquía, convirtiendo a cualquier opción conservadora en descartable y haciéndola nadar, de manera totalmente vergonzosa en el complejismo más idiota.Símbolos que no son tales.
Es por ello que el Congreso, plegándose a las exigencias de los grupos que sólo persiguen su propio beneficio ha decidido prohibir de facto toda la simbología franquista, considerando delito enarbolar cualquier insignia o símbolo que induzca a pensar que eres un malévolo fachorro. Por supuesto y porque España es muy de izquierdas, (supongo que no piensan que gran parte de los que les dieron esa mayoría aplastante que han traicionado no pueden ver el rojo ni en pintura) no han piado ni un ápice sobre los símbolos no ya de la Républica, sino de un régimen tan criminal cómo pudiera haber sido el franquista y que es el comunista. Por tanto es muy válido ver banderas de la desaparecida Unión Soviética por doquier en manifestaciones pero muy chungo ver una bandera con el Pollo. No dudo que si se prohibe la segunda, la primera debería entrar de lleno en barrena, pues tan mala se supone que es la Ultraderecha cómo la Ultraizquierda.
No amaguemos con lo que no hay. No podemos quedarnos tan tranquilo prohibiendo la insignia nacional con el Águila de San Juan, arbolada durante el Régimen del General Franco y los primeros años de la democracia por franquista cuando es una insignia que lleva en activo desde hace quinientos años y ver tan puro, democrático y demás un trapo tricolor que sólo representa a media España, que supuso una Guerra Civil y que de hecho es el símbolo más carácteristico de la ruptura social en nuestro país. El Congreso, que cada vez representa menos a la población, arroja a los votantes a las ruedas del carro del Progresismo más radical que ha demostrado que su pasión es destruir la Historia y la Cultura española desde la base de la educación, la desunión que supusieron CCAA con la cobarde ayuda de Adolfo Suárez, chaquetero donde los haya y la manipulación más asquerosa de la masa civil endiosando a unos y hundiendo en la miseria a otros.
El país en emergencia.
Hoy son muchos los debates en los que los ciudadanos se ven inmersos al descubrir con horror que nada era cómo nos lo habían vendido. Empieza a estenderse el fantasma de que Cualquier tiempo fue mejor y ello supone una aspiración muy poco futurible al actual Sistema. Si el Partido que se supone que tiene que defender, por conservador, las tradiciones y los fundamentos de la España que todos merecemos la traiciona por no quedar cómo facha ante progres y separatontos, no quiero ni pensar que sucederá cuando, perdiendo las elecciones nos veamos en las garras de un nuevo Frente Popular si cabe más radical que el de la Segunda República. Entonces no sólo se prohibirá los símbolos que en mayor o menor medida han conformado la Historia de la Nación, sino que los fusilamientos por cualquier mínima alusión a tiempos pretéritos (hay una iniciativa en marcha en tal sentido) estarán a la orden del día y entonces, si te he visto, no me acuerdo.