No me asusta el pensar que de todos los grupos que han surgido en este movida, Radio Futura ha sido, y con diferencia, de los más respetados del panorama nacional, y ese respeto se lo habían ganado en los primeros años, cuando en mitad de toda una contrarevolución cultural en la transición española, estos chavales estaban más enfocados a mezclar sonidos, temas y sabores en un mejunje que no solo ha traspasado el paso del tiempo, si no que es como el buen vino, que mejora con los años.
Comenzaron como quinteto, cuando en el año 80 se conocieron todos en las noches madrileñas... Pero cuando tuvieron que decidir su estilo, optaron por le rock cuidado y limpio, con claras referencias a la literatura y al buen saber musical, y a las pruebas me remito, Santiago Auseron (ahora mas conocido como Juan Perro), sigue estando en el oído de todos los que sabemos que le debemos mucho a Radio Futura.
Sus primeros discos no son mas que una recopilación de grandes momentos y canciones, como esta que nos ocupa, quizá una de mis favoritas, Annabel lee, basada en un texto de Edgar Allan Poe y con una base musical que aún hoy en día es difícil de conseguir en el panorama patrio. Recuerdo que vi por primera vez este vídeo viendo La Bola De Cristal, y aún me pone la carne de gallina.
Radio Futura- Annabel Lee
Hace muchos, muchos años en un reino junto al mar
habitó una señorita cuyo nombre era Annabel Lee
y crecía aquella flor sin pensar en nada más
que en amar y ser amada, ser amada por mi.
Éramos sólo dos niños mas tan grande nuestro amor
que los ángeles del cielo nos cogieron envidia
pues no eran tan felices, ni siquiera la mitad
como todo el mundo sabe, en aquel reino junto al mar.
Por eso un viento partió de una oscura nube aquella noche
para helar el corazón de la hermosa Annabel lee
luego vino a llevársela su noble parentela
para enterrarla en un sepulcro en aquel reino junto al mar.
No luce la luna sin traérmela en sueños
ni brilla una estrella sin que vea sus ojos
y así paso la noche acostado con ella
mi querida hermosa, mi vida, mi esposa.
Nuestro amor era más fuerte que el amor de los mayores
que saben más como dicen de las cosas de la vida
ni los ángeles del cielo ni los demonios del mar
separaran jamás mi alma del alma de Annabel Lee.
No luce la luna sin traérmela en sueños
ni brilla una estrella sin que vea sus ojos
y así paso la noche acostado con ella
mi querida hermosa, mi vida, mi esposa.
En aquel sepulcro junto al mar
en su tumba junto al mar ruidoso.
Hace muchos, muchos años en un reino junto al mar
habitó una señorita cuyo nombre era Annabel Lee
y crecía aquella flor sin pensar en nada más
que en amar y ser amada, ser amada por mi